Contexto presidencial 2024… Maduro corre contra el viento

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En el análisis del panorama presidencial de Venezuela para el año 2024, es importante considerar varios aspectos clave. La crisis económica, política, social y humanitaria ha dejado un impacto negativo en la opinión pública venezolana, lo que pone en duda la trascendencia del legado dejado por el fallecido comandante Hugo Chávez. La población se ha cansado de esperar una revolución utópica y redentora, que en su momento contó con un gran respaldo y alimentó ilusiones. Sin embargo, la realidad ha llevado a que el 85% de los venezolanos apoyen un proceso de transición política.

Nicolás Maduro parece actuar más por intereses económicos que políticos, mostrando poco entendimiento de la palabra «crisis» y sus peligrosas consecuencias. Sus acciones parecen ir en contra de la lógica y se ha convertido en el arquetipo del líder autoritario. Lo más preocupante es que ha dejado atrás los ideales de la revolución bolivariana y el «neosocialismo liberador» que intentó imponer el presidente Chávez.

En medio de esta compleja situación, Maduro se encuentra en un escenario de «perder-perder» versus «ganar-ganar». Sin embargo, la oposición venezolana debe comprender que no se pueden esperar milagros desde el exterior, incluso si se firman acuerdos como el de Barbados. La llamada «comunidad internacional» está compuesta por países que tienen sus propios problemas y es poco probable que asuman grandes riesgos para resolver el conflicto político en Venezuela.

Las múltiples crisis están causando un daño profundo a corto, mediano y largo plazo para los venezolanos. Es fundamental que se activen esfuerzos unitarios en el contexto presidencial de 2024 para detener la insolencia de Maduro y generar acuerdos prácticos para la recuperación del país. La arrogancia de Maduro al intentar dialogar y negociar a su manera una salida democrática ha erosionado su credibilidad. Los principales voceros del madurismo enfrentan acusaciones de corrupción, violaciones a los derechos humanos y restricciones de visas impuestas por el mundo democrático y otros mecanismos de presión. A medida que pasan las horas y los días, la obstinada resistencia de Maduro a abandonar el poder está llevando al escenario de «perder-perder», lo que tendrá consecuencias devastadoras para el futuro del proyecto político chavista/madurista y sus líderes.

La oposición debe cuidar su credibilidad ante la mayoría de la población, evitando dar la impresión de que la solución a los problemas del país depende únicamente de una intervención humanitaria extranjera. La historia demuestra lo contrario: Venezuela ha sido capaz de parir verdaderos líderes políticos que han luchado por la libertad y la democracia del país.

Tras 23 años de revolución bolivariana, parece que todo apunta a un escenario de «perder-perder». Sin embargo, Maduro no deja de moverse en sus contradicciones, a veces revirtiendo la situación hacia un escenario de «ganar-ganar». Es importante comprender que la política es dinámica y cambiante, y que los errores tienen consecuencias. Como dijo Heráclito de Éfeso, «nada es permanente excepto el cambio».