Entre las autoridades de EE.UU ha ganado fuerza la hipótesis que el coronavirus de Wuhan si bien es de origen natural el mismo no inició en un mercado de animales sino en uno de los laboratorios ubicado en esa ciudad. ND
Así lo dieron a conocer en una columna publicada en The Washington Post. Donde explican que en el Instituto de Virología de Wuhan se realizaba una investigación con otros coronavirus similares al del SARS recolectados de murciélagos de la provincia china de Yunnan.
El objeto de esa investigación consistía en ver cómo podría detenerse otra epidemia o brote que fuera similar al SARS.
A ese laboratorio fueron invitados funcionarios de la embajada de EE.UU a inicios del 2018 y luego de la visita estos enviaron varios cables a Washington advirtiendo fallas en el complejo entre las que destacan falta de personal técnico “e investigadores debidamente capacitados necesarios para operar este laboratorio de alta contención de manera segura».
Los investigadores en Wuhan ya recibían asistencia del Laboratorio Nacional de Galveston de la Universidad de Texas y otras organizaciones de EE.UU, pero éstos solicitaron ayuda adicional.
Los cables argumentaron que EE.UU debería brindar más apoyo al laboratorio de Wuhan, porque su investigación sobre el coronavirus de murciélago era de importancia y a la vez peligrosa.
Ya en 2017, el jefe de la investigación en Wuhan, Shi Zhengli, y su equipo publicaron que varios coronavirus similares al SARS pueden interactuar con uno de los receptores humanos que usa el virus del SARS. El hallazgo sugiere que otros coronavirus encontrados en murciélagos y que son similares al SARS pueden transmitirse a los humanos y causar enfermedades.
«El cable nos dice que durante mucho tiempo ha habido preocupaciones sobre la posibilidad de la amenaza a la salud pública que surgió de la investigación de este laboratorio, si no se realizaba y protegía adecuadamente», dijo al rotativo estadounidense Xiao Qiang, científico investigador de la Facultad de Información de la Universidad de California en Berkeley.
“Existen preocupaciones similares sobre el laboratorio cercano del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Wuhan, que opera en el nivel de bioseguridad 2, un nivel significativamente menos seguro que el estándar de nivel 4 reclamado por el laboratorio del Instituto de Virología de Wuhan”, agregó Qiang.
“Eso es importante porque el gobierno chino aún se niega a responder preguntas básicas sobre el origen del nuevo coronavirus mientras suprime cualquier intento de examinar si alguno de los laboratorios estuvo involucrado”, añadió.
Los cables en cuestión han comenzado a circular en meses recientes lo que hay hecho que desde EE.UU comiencen a sospechar que la pandemia del coronavirus no inició en un mercado de animales como ha dicho China sino en uno de sus laboratorios.
Shi y otros investigadores del laboratorio chino han negado categóricamente que éste fuera el origen del nuevo coronavirus. El 3 de febrero, su equipo fue el primero en informar públicamente que el virus conocido como 2019-nCoV era un coronavirus derivado de murciélagos.
Mientras tanto, el gobierno chino ha puesto un bloqueo total a la información relacionada con los orígenes del virus. Pekín aún no ha proporcionado a expertos estadounidenses muestras del nuevo coronavirus recolectado de los primeros casos.
El laboratorio de Shanghai que publicó el nuevo genoma del coronavirus el 11 de enero fue cerrado rápidamente por las autoridades por «rectificación». Varios de los médicos y periodistas que informaron sobre la propagación desde el principio han desaparecido.
El posible paciente cero
Información similar fue dada a conocer de forma reciente por la Fox News, además explican que el primer contagiado con el virus reportado en Wuhan supuestamente era empleado del laboratorio de Wuhan.
“La creciente confianza proviene de documentos y pruebas abiertas y clasificadas”, dijeron las fuentes. Fox News pidió ver la evidencia directamente. Las fuentes enfatizaron que “no es un hecho definitivo y no debe caracterizarse como tal”. Algunos dentro de la administración y las comunidades de inteligencia y epidemiología son más escépticos pero aseguran que la investigación continuará.
En lo que todas las fuentes están de acuerdo es en el extenso encubrimiento de datos e información sobre COVID-19 orquestado por el gobierno chino.
Durante una rueda de prensa, el presidente de EE.UU, Donald Trump, admitió que «cada vez escuchamos más esa historia».
Por su parte, el Secretario de Estado de EE.UU, Mike Pompeo, admitió conocer el contenido de los cables citados por The Washington Post. “Sabíamos que estaban trabajando en este programa, pero muchos países tienen programas como ese. En países que son abiertos y transparentes, tienen la capacidad de controlarlos y mantenerlos a salvo, y permiten que observadores externos entren para asegurarse de que todos los procesos y procedimientos sean correctos. Solo deseo que eso no haya sucedido en este lugar».
Encubrimiento de China
Fuentes revelaron a Fox News que China “suprimió y cambió los datos”. “Se destruyeron muestras, se lavaron áreas contaminadas, se borraron algunos informes iniciales y se ahogaron los artículos académicos”.
“Hubo médicos y periodistas que ‘desaparecidos’ tras advertir sobre la propagación del virus y su naturaleza contagiosa y transmisión de persona a persona. China se movió rápidamente para cerrar los viajes nacionales desde Wuhan al resto de China, pero no detuvo los vuelos internacionales desde Wuhan”.
Además, las fuentes le dicen a Fox News que la OMS, la cual los fondos de EE.UU le fueron congelados habría sido cómplice desde el principio al ayudar a China a cubrir sus huellas.
No solo Washington Post y Fox News aseguran que hubo falta de transparencia de China respecto a informaciones del brote del coronavirus. La agencia AP publicó un reporta donde asegura que al menos desde inicios de enero autoridades de Pekín ya sabían de la existencia del coronavirus.
«Esto es tremendo», dijo el epidemiólogo de la Universidad de California en Los Ángeles, Zuo-Feng Zhang. “Si tomaron medidas seis días antes, habría habido muchos menos pacientes y las instalaciones médicas habrían sido suficientes. Podríamos haber evitado el colapso del sistema médico de Wuhan».