A pesar de que cada vez es más difícil adquirir todos los productos de la canasta básica alimentaria en Venezuela, que tiene un costo aproximado de 500 dólares, el país ha logrado mantener cierta estabilidad en términos de inflación. Sin embargo, esta estabilidad no se traduce en una mejora en la capacidad de compra y ahorro de los ciudadanos.
Según el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), la tasa de inflación de abril se situó en 2,9%, lo que representa una disminución del 3,9% en comparación con el mes anterior. Aunque esta disminución es positiva, las tasas acumulada (10,9%) e anualizada (87%) siguen siendo elevadas.
Los rubros más afectados por la inflación fueron los alimentos, con un aumento del 5%; la salud, con un aumento del 5,3%; y la educación, con un aumento del 5,2%. Dentro del sector alimentario, se registraron incrementos significativos en los subgrupos de huevos, frijoles y sardinas, con aumentos de entre el 10% y el 20%. Además, las harinas de maíz y trigo experimentaron aumentos superiores al 50%.
José Guerra, uno de los coordinadores del OVF, señala que la estabilidad en el tipo de cambio y la política fiscal austera han contribuido a esta disminución de la inflación, aunque también advierte que estas medidas no son necesariamente las correctas. Dentro de estas medidas se encuentra la negativa de aumentar los sueldos, salarios y pensiones.
El OVF destaca que esta estabilidad inflacionaria se produce en un contexto de ajustes graduales del tipo de cambio por parte del Banco Central de Venezuela (BCV), con el objetivo de controlar los precios. Sin embargo, esta política ha generado un atraso significativo del tipo de cambio en comparación con las tasas de inflación, las cuales han ido disminuyendo en el resto del mundo.
En un período de un año, desde abril de 2023 hasta abril de 2024, el tipo de cambio ha aumentado un 47%, mientras que la tasa de inflación ha aumentado un 87%. Esta diferencia indica una apreciación sustantiva del tipo de cambio, la cual podría corregirse en el futuro con una depreciación de la tasa nominal.
La economía venezolana sigue dependiendo en gran medida de los precios del petróleo, por lo que su producción tiene un impacto significativo en su crecimiento. Actualmente, la producción se sitúa alrededor de 900.000 barriles diarios, tras el alivio temporal de las sanciones impuestas por Estados Unidos.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que la economía venezolana crezca al menos un 4% este año, lo que la coloca en la lista de economías con buenas perspectivas en América Latina. Detrás de Venezuela, se espera que las economías que tengan un buen desempeño sean Paraguay, con un crecimiento del 3,8%; Uruguay, con un crecimiento del 3,7%; y Perú, con un crecimiento del 2,5%.
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