La instalación de una cantera en la isla Gran Roque del archipiélago de Los Roques ha generado preocupación entre los habitantes de la zona. Según denuncias de residentes, durante la tercera semana de noviembre llegaron grandes máquinas a la ensenada Boca del Mal Tiempo, área de servicio que protege en las tormentas, para extraer piedra y tierra con el fin de ampliar la pista del aeropuerto y construir un muelle para los turistas.
Esta acción ha generado polémica, ya que va en contra del Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso Parque Nacional Archipiélago Los Roques (PORU), que tiene como objetivo evitar la pérdida de flora y fauna y conservar los recursos naturales. Además, el dragado en la ensenada Boca del Mal Tiempo está prohibido por la legislación vigente, lo que constituye una doble ilegalidad.
Ambientalistas y biólogos advierten sobre el impacto negativo que esta actividad puede tener en el ecosistema de Los Roques. No solo afectaría a los habitantes de la zona, sino también a la producción pesquera del país, la reproducción de especies como la langosta y el botuto, la preservación de tortugas marinas y la salud del pasto marino, que es vital para las aguas venezolanas.
La Fundación Caribe Sur también ha denunciado los efectos destructivos de la cantera. Según la organización, se está destruyendo el único cerro rocoso del archipiélago y una playa arenosa única del parque nacional para obtener material de construcción. Esta playa es utilizada por la Tortuga Carey, una especie en peligro crítico de extinción, para anidar. La pérdida de esta playa representa un gran impacto para la especie, ya que pierde un lugar de alimentación y zonas de vida importantes.
Ante esta situación, la Fundación Caribe Sur ha instado a las autoridades a detener este daño ambiental y tomar medidas para reparar el daño ya realizado. Es necesario proteger el ecosistema de Los Roques, que no solo es importante para los habitantes de la zona, sino también para el equilibrio del mar Caribe en su conjunto.