¿DISPUESTOS A CEDER? Una oposición debilitada buscará negociar con el régimen de Maduro

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La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca supuso un apaciguamiento en el enfoque que había tenido de Estados Unidos, bajo el mandato de Donald Trump, sobre Venezuela y sería esta una de las razones por las que la cúpula chavista expresó estar de acuerdo con que una delegación estadounidense forme parte de los veedores en el proceso, que aún no tiene fecha de lanzamiento

Por Luis De Jesús | @Luisdejesus_ / El Nacional

Una oposición debilitada ocupará un lugar en la mesa de negociación que se establecerá eventualmente con Nicolás Maduro, coinciden analistas políticos. Por eso será determinante la participación de la comunidad internacional en este nuevo acercamiento. Y los países deberán presionar para que el régimen chavista cumpla con las exigencias, en caso de que las conversaciones no deriven en otro fracaso.

Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de la República por Estados Unidos y otros 60 países, propuso el martes 11 de mayo retomar las negociaciones con el régimen de Maduro. Esto mediante un Acuerdo de Salvación Nacional, que incluya unas elecciones presidenciales libres y democráticas a cambio del levantamiento progresivo de las sanciones.

Maduro ya lo asomó en una alocución reciente: las próximas elecciones en el país son de gobernadores y alcaldes, el 21 de noviembre, convocadas con el nuevo Consejo Nacional Electoral. El oficialista no dio espacio para presumir que cederá en uno de los principales puntos que la oposición planteará en la mesa: unas presidenciales.

Y Maduro también quiere que Guaidó lo reconozca como presidente.

Oposición y chavismo: ¿dispuestos a ceder?
Félix Seijas, director de la firma Delphos, dijo a El Nacional que el nombramiento de las autoridades del Poder Electoral dio movilidad a un período en el que parecía haber un estancamiento y un especial énfasis, por parte de la oposición, de un “todo o nada”, principalmente impulsado por el expresidente estadounidense Donald Trump, que no cumplió con los objetivos que se había planteado.

“Hay un cambio importantísimo de propuesta, de discurso por parte del G4 (Un Nuevo Tiempo, Primero Justicia, Voluntad Popular y Acción Democrática). Veníamos desde hace dos años planteando el todo o nada. Se maneja la posibilidad de acercarse al objetivo, pero en un tono distinto: no sentarse poniendo como única condición que Maduro esté fuera o unas presidenciales”, manifestó.

Seijas señaló que eso era una piedra de tranca y que ahora hay un tono distinto que abre la posibilidad de que las negociaciones avancen. Añadió que un régimen que luce mucho mejor ante una oposición debilitada y que además tiene el control suficiente de las cosas, no cederá en lo que no quiere y mucho menos en entregar el poder al adversario.

“Más importante que lo que ocurra en la mesa será lo que pasará alrededor de ella. Para eso hay que ver qué pasos se empiezan a dar concretos con el CNE; ocurrió lo de El Nacional, que afecta de manera negativa. Lo cierto es que la posibilidad de empezar a avanzar se abre, que esto se materialice o no dependen de esas cosas que sucederán alrededor de la mesa y que influirán”, expuso.

El politólogo Pedro Urruchurtu, vicepresidente de la Red Liberal de América Latina, dijo a El Nacional que la oposición tiene la fuerza que ha ganado por el trabajo que desarrollado y por el reconocimiento internacional que ha logrado. Pero la dirigencia opositora también asumió una posición de debilidad al “prácticamente decir” que es el régimen el que manda.

“Que tiene el poder fáctico y que además prácticamente está pidiendo que el interinato públicamente pida perdón por lo que ha hecho. Eso de por sí debilita la posición de la oposición. Y una oposición que tiene respaldo internacional, que tiene una ruta trazada en sus últimos años, tan importante, de presión, identificación y entendimiento a lo que el régimen es, como genocida y como violador de derechos humanos y como criminal, no puede ir en una posición de debilidad”, indicó.

La oposición solo debe rehacer su juego y comenzar a trabajar en los escenarios en donde tiene las mayores fortalezas y no donde son más débiles, consideró el consultor político Jesús Seguías, presidente de la empresa de investigaciones DatinCorp, en una entrevista con El Nacional. Agregó que “todo o nada” no es posible y que hay que aprovechar todas las rendijas que surjan y dejar de alardear poderes que no existen.

“Maduro está ante el mismo dilema y no puede seguir fanfarroneando de poderes que ya no tiene. Él ha fracasado más que la oposición. Su socialismo es inútil y no funcionará bajo los actuales parámetros. Necesitan grandes cambios. Deben rehacer su juego. Y esta es una oportunidad de oro que nadie debe dilapidar. Ambos tienen la misma necesidad. Sinergizando democráticamente podrán tener mayores éxitos”, manifestó.

“No habrá presidenciales”
Seijas enfatizó que no habrá elecciones presidenciales en estos momentos. Dijo que se intentará, en algún momento, activar el referendo revocatorio contra Maduro y las elecciones presidenciales en 2024, un año al que la oposición no debe llegar en las condiciones en las que se encuentra actualmente.

“Una negociación no puede ser sentarse para adelantar unas elecciones presidenciales para este año ni para el año que viene. No puede ser de esta manera porque no hay la fuerza para obligar al gobierno. Entonces las soluciones para Venezuela tienen que ser negociadas, esto siempre ha sido así, lamentablemente se ha esquivado esa realidad y los hechos que están al frente en este momento han llevado a varios actores dentro de la oposición a darse cuenta de que ese es el camino que tienen que empezar”, dijo.

“Y al sentarse tiene que ser de una manera realista, poner cosas alcanzables en un principio. Si Maduro no cumple seguirá enfrentando los problemas que tiene en materia económica, de caja por las diferentes sanciones. Esta es una realidad. Han sabido sobrevivir con ellas, esto no los ha hecho perder el poder, pero claro que ellos quisieran moverse de una manera mucho más cómoda. Esto no ocurriría si no están dispuestos a ceder en algunas cosas; es un juego muy delicado que llevará tiempo, y es milimétrico”, analizó.

“La gente espera que el gobierno busque oxígeno, y eso es lo que busca. Ahora, sobre la confianza, estamos en un país de desconfiados que desean confiar, no se confía en nada porque la gente siente que lo que ha vivido son decepciones. Es decir, está buscando en qué confiar, en la medida en la que el liderazgo político demuestre unidad, que es uno de los valores más importantes para la gente, y una ruta que se plantee de manera sincera, clara, que dé resultados”, agregó.

Pero el régimen, destacó Seijas, también está en sus niveles más bajos de reconocimiento. “No tiene mayoría, es una minoría dentro del país y difícilmente la confianza volverá hacia este sector que ya está bastante desprestigiado; y que ya hay un convencimiento de que bajo esta administración hay cosas que no sucederán: la recuperación de oportunidades, de un nivel mínimo de bienestar y por eso es que la mayoría de los venezolanos piensa que cualquier solución pasa por un cambio político o de modelo”, indicó.

La llegada de Joe Biden a la Casa Blanca supuso un apaciguamiento en el enfoque de Estados Unidos sobre Venezuela y sería esta una de las razones por las que el régimen chavista expresó su disposición a que una delegación estadounidense forme parte de los veedores en el proceso, que aún no tiene fecha de lanzamiento.

Seijas afirmó que el expresidente estadounidense Donald Trump mantuvo la frontalidad con varios elementos que no surtieron efecto, pero que trancaron el juego político en el país hacia cualquier dirección. El gobierno de Biden, subrayó, está más alineado con la posición que han tenido los europeos: superar la crisis a través de la negociación, el acercamiento y unas elecciones con todas las garantías.

“Trump fue un factor de perturbación que no ayudó a los venezolanos. Creó muchas expectativas falsas. Se limitó a algunas sanciones muy severas y a mucha fanfarronería de micrófonos que no asusta a gobernantes formados en la escuela de La Habana, y que además cuentan con el apoyo de dos grandes potencias: Rusia y China. Eso hacía más difícil aún, diría que imposible, la dimisión de Maduro”, observó Seguías.

Para el presidente de DatinCorp, bajo amenazas de sanciones, Trump impidió que la oposición entendiera que la única opción que queda es negociar con Maduro un desenlace electoral a la crisis política y tratar de resolver con urgencia los grandes problemas de Venezuela.

“Biden es partidario de las negociaciones, no para discutir a cuál país debe irse asilado Maduro sino para ir a elecciones confiables, aún con Maduro en el poder. Si la oposición hubiese renunciado a la ruta insurreccional impulsada por Trump, con toda seguridad ya habría negociado un nuevo CNE lo más equilibrado posible, y el año pasado habría acudido de manera exitosa y unida a las elecciones parlamentarias. Hoy la Asamblea Nacional estaría en manos de la oposición y no del gobierno”, manifestó Seguías.

Más allá de las sanciones impuestas en la era Trump hacia el régimen de Maduro, indicó la politóloga Paola Molina Noguera, a lo interno no hubo avances ni se cumplieron los objetivos. Señaló que en el discurso de los demócratas hay menos tensión en el manejo de la política internacional y, en el caso de Venezuela, el gobierno de Biden apoya las mesas de diálogo y las negociaciones internas entre las partes.

Urruchurtu añadió que el cambio en la administración de Estados Unidos ha tenido una repercusión importante. Afirmó que Trump entendió “muy bien” la naturaleza del régimen al que se enfrentaba, una posición que cambió con la llegada de Biden a la presidencia primero porque, señaló, el tema estuvo presente con el exmandatario, pero ahora ha habido una especie de repliegue para replantearse la estrategia respecto a Venezuela.

Advirtió que la idea de cambiar el enfoque de Estados Unidos como principal actor y hacerlo más multilateral, que se involucren más países, puede llevar a Venezuela, a pesar de que puede resultar positiva la participación, a un espiral burocrático en la Unión Europea o en la Organización de las Naciones Unidas, y ocasionaría una disolución.

“Se pone en riesgo mucho de lo que se ha logrado. Esta administración pareciera no tener el mismo enfoque en cuanto a lo que estamos enfrentando, y uno podría pensar que están alineados en algunas cosas y pueden seguir reconociendo al interinato, pero la realidad es que intentan cambiar el enfoque porque creen que la presión máxima no ha funcionado. Si estuviera Trump en la Casa Blanca veríamos una política mucho más firme y frontal como la que se venía ejecutando y no una de duda y repliegue”, expuso.

¿Unificación de la oposición?
Guaidó habló, durante la presentación del Acuerdo de Salvación Nacional, de recuperar la unidad y de dejar las aspiraciones personales a un lado. Días después, en entrevista con el diario El País de España, el dirigente Henrique Capriles, quien se había adelantado el año pasado a negociar con el régimen, dijo que se reuniría con el líder opositor.

Pedro Urruchurtu explicó que, en primer lugar, se debe entender quiénes son de oposición. A su juicio, quedó claro que Capriles y Stalin González, diputado a la Asamblea Nacional electo en 2015, dejaron de formar parte de la oposición y aseguró que estos dirigentes han expresado posiciones que favorecen y le dan estabilidad al régimen.

“La unificación de la oposición pasa por entender quiénes son la oposición realmente y no creo que estos dos hombres lo sean por demostradas declaraciones y actuaciones. Porque más bien buscan que el régimen permanezca. La idea de la unión de la oposición radica no en la foto como todos han querido ver ni en el llamado de algunos dirigentes que dicen que hay que dejar los egos de lado, sino en el planteamiento de un propósito muy claro, que es la salida del régimen y la liberación de Venezuela. Si todos los que estén dispuestos a acompañar esa ruta, sin vacilación, sin entregarse, sin colaborar, sin ser parte del sistema y sin beneficiarse de él, obviamente funcionará”, señaló.

No habrá cambios ni salidas mientras en la oposición no se actúe unificadamente, advirtió Molina Noguera. Aseguró que ninguna fuerza política en el país tiene el capital necesario para actuar sola y unilateralmente porque para cualquier estrategia se requiere de la suma de todas las fuerzas. Los liderazgos, por tanto, deben anteponer los intereses de los venezolanos por encima de los intereses partidistas y personales.

La politóloga recomendó hacer autoevaluación y aceptar y enmendar los errores que se han cometido desde 2019, que dejaron a los venezolanos en una encrucijada y que ahora, en medio de una pandemia, están en las peores condiciones económicas y de salud.

Félix Seijas señaló asimismo que le toca a la oposición conseguir la unidad de propósito, en la medida en la que las partes entiendan que a un acuerdo no se llega cuando todos se encuentran en un mismo punto del camino.

“El hacer que las cosas se muevan de la manera en la que se están moviendo obliga a pensar en cada una de las partes a ceder. Esto es fundamental, más aún porque cada parte de manera aislada es mucho más débil si no se unen, vienen eventos electorales que no se pueden ver como fines en sí mismos, sino como pruebas en el camino. La idea tiene que seguir siendo institucionalizar el país, está la ventana abierta del CNE, que se puede cerrar en cualquier momento, una rendija que se abrió y eso no significa que por ahí quepa todavía nada, pero la rendija está abierta. Si se aprovecha puede haber oportunidades”, complementó Seijas.

La actuación de la comunidad internacional tendrá un papel determinante en el eventual diálogo, coincidieron los analistas. Sobre todo, los países y organizaciones que participen como garantes podrán ejercer presión para obligar al régimen de Maduro a cumplir con los posibles acuerdos que puedan alcanzarse en la negociación con la oposición.

Maduro dijo recientemente que está dispuesto a que Estados Unidos, la Unión Europea o el Grupo Internacional de Contacto y el gobierno de Noruega participen como veedores.

“La presión interna, de movilización social en el país, está bastante debilitada, las organizaciones políticas perdieron conexión con sus bases, la desesperanza inundó a la sociedad. La única presión concreta que en estos momentos es la presión de las sanciones, por eso es importante, y por participar en un conflicto en el que nadie confía en nadie. Entonces, la comunidad internacional puede terminar siendo el garante no solo para que se llegue a un acuerdo, sino que se cumpla. Ahí está la importancia. Ahora, con la comunidad internacional, y sin rescatar la presión interna, es poco lo que se va a lograr. La participación de la comunidad internacional es importante, pero no es lo más importante. Lo más importante es generar presión interna”, manifestó Seijas.

Urruchurtu subrayó que el problema de Venezuela ya es un tema que, por su magnitud, la naturaleza del régimen, la amenaza a la seguridad y todo lo que implica, requiere de la participación de esos factores internacionales.

”El hecho de que China, Rusia, Irán y Turquía estén metidos apoyando al régimen obliga a que la comunidad internacional también se agrupe en función de esto. Ciertamente será determinante. El asunto es que no es tanto que sume la comunidad internacional, sino para qué y allí es donde entran las gestiones del gobierno noruego, que ha sido el gran artífice de los fracasos de los últimos años de la oposición. Insiste en buscar un acuerdo con el régimen cuando los han utilizado como oxigenadores, y lo mismo ocurre con el Grupo Internacional de Contacto, que al final no ofrece una estrategia acertada porque siguen creyendo que lo que se enfrenta en Venezuela es una dictadura convencional y no un régimen criminal”, afirmó Urruchurtu.

Los países, añadió el vicepresidente de la Red Liberal de América Latina, deben tomar una posición más activa y entender que esta situación trasciende nuestras fronteras. Expresó que los países garantes no solo deben ser de reputación democrática importante, sino que deben tener la capacidad de imponer a través de la fuerza, la disuasión, el poder militar, policial, financiero y diplomático una agenda que obligue al régimen a ceder.

Molina Noguera también consideró que las sanciones son un punto clave. Expuso que la posibilidad de ir a procesos electorales que motiven la participación de los venezolanos debe estar sostenida en la observación internacional para que se recupere la confianza en el voto. ”Asimismo, la entrada de ayuda humanitaria pasa por la colaboración y alianzas internacionales, que también incide en la importancia de su presencia”, dijo.

El nuevo Consejo Nacional Electoral convocó para el 21 de noviembre las elecciones de gobernadores y alcaldes. Aunque el régimen llamó a activar la maquinaria del chavismo para postular a sus candidatos, en la oposición no hay hasta ahora una decisión conjunta sobre participar o no en el proceso.

Esas elecciones sucederán, afirmó Seijas. Manifestó que el tema principal no es la contienda, que se desarrollará en seis meses, sino el rescate de la institucionalidad y de las condiciones para que los venezolanos recuperen la confianza. Cada elección, dijo, debe servir como prueba para que se avance en la exigencia de garantías y para que la dirigencia se organice y reconecte con las bases.

”Son momentos importantes para aprovecharlos. Pero saber si el proceso unitario dentro de la oposición va a tener éxito o se va a lograr son variables que habrá que ver. Lo único que tenemos seguro de aquí a noviembre es que tendremos elecciones. Y si la oposición no va de manera unitaria, lo harán factores, piezas y líderes que buscarán la fórmula para participar fuera de su plataforma política”, analizó Seijas.

Molina Noguera puntualizó asimismo que la unificación de la oposición parte del hecho de que se establezca una decisión consensuada de la participación o no en las elecciones regionales y municipales. Todo señala, observó la politóloga, que la mayoría de los sectores políticos opositores desean participar, y resaltó que las garantías con las que se cuenten incidirán en la posibilidad de que los venezolanos participen.

”Los liderazgos locales y regionales de oposición, debilitados y prácticamente inexistentes en muchos estados, deben ir a un proceso de fortalecimiento local para presentarse en la elección, una campaña sin recursos económicos frente al ventajismo que dejará el oficialismo. Y por último, y no menos importante, el país con la peor crisis humanitaria de la región deberá asumir el proceso electoral en medio de la pandemia que aún no acaba, con una población sin vacunas ni tratamientos para enfrentar el covid-19”, concluyó.