División golpea músculo opositor y no garantiza incentivos para votar el 21N

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En Miranda, el panorama electoral opositor de cara a las regionales del 21 de noviembre, no pareciera estar tan despejado como aseguran Ocariz y Uzcátegui y surgen dudas sobre los incentivos para movilizar al voto y las posibilidades de triunfo. Luis Salamanca señala que satanizar la división no ofrece una radiografía completa. Nancy Requena esgrime que el músculo de los adversarios de Maduro va debilitado para las regionales

Sofía Nederr| TalCual

En Miranda, la división expresada en la maqueta electoral de la oposición se aleja de la unidad exhibida por los adversarios del gobierno de Nicolás Maduro en las elecciones de 2015. Tras una guerra de encuestas y pugnas por el liderazgo, Carlos Ocariz (Primero Justicia) fue inscrito, el 25 de septiembre, como el abanderado del G4 para la gobernación del estado, en tanto David Uzcátegui (Fuerza Vecinal) hizo lo propio.

La trama mirandina, que algunos calificaron como una novela, se extendió a los candidatos a alcaldes de los 21 municipios. De estos, la unidad solo se aprecia en cuatro de los candidatos que son respaldados por la Mesa de la Unidad Democrática y Fuerza Vecinal: Gustavo Duque (Chacao), Darwin González (Baruta), Elías Sayegh (El Hatillo) y Josy Fernández (Los Salias), quienes aspiran a la reelección.

En ese escenario, el panorama electoral opositor en Miranda de cara a las regionales del 21 de noviembre, no pareciera estar tan despejado como aseguran Ocariz y Uzcátegui y surgen dudas sobre los incentivos para movilizar al voto y las posibilidades de triunfo. Esto pese a los cuestionamientos a la gestión de Héctor Rodríguez (Partido Socialista Unido de Venezuela), quien aspira a seguir en el cargo y obtuvo 52.78% de los votos, en tanto Ocariz 45.67%.

David Uzcátegui cuenta con el apoyo de los alcaldes mirandinos que constituyeron Fuerza Vecinal

«Siempre se le resta a la oposición la desunión, la emigración, la decepción y la abstención. Y nunca se piensa en lo que ha perdido el gobierno. En el análisis hay que ver los pesos probables de todos los candidatos importantes. Que la oposición pierde votos por la desunión es verdad, pero de eso no se deriva automáticamente que va a ganar el gobierno. Hay que ver cómo está el gobierno en Lara, Miranda, Bolívar y el resto de los estados», esboza el politólogo Luis Salamanca.

Salamanca cree que al satanizar a la división opositora se está trabajando para el gobierno. Cree que esta lectura no ofrece una radiografía completa del análisis político.

«Tan importante como ver lo que pierde la oposición es ver el bajón histórico del régimen. Esto tiene algo de autoflagelación. Y solo hablamos de lo mal que está la oposición, como si el gobierno estuviera buchón. Hay que ver a los candidatos en su correlación, los votos opositores tienen que ver con los votos del oficialismo y, a su vez, los del oficialismo tienen que ver con los votos opositores», puntualiza.

Añade que una división per se de la oposición, como en el caso Miranda, observa que van a ir tres candidatos que dieran la impresión de que ninguno es más fuerte que el otro, sin embargo, al final habrá un orden. «Ese orden puede ser que lo gane el gobierno, pero también puede ser que gane la oposición”, señala.

El politólogo expresa que esto último supone que la votación es limpia, correcta, que no hay manipulación del Registro Electoral (RE) para desplazar a votantes ni tampoco hay fraudes. Luis Salamanca insiste en que el criterio que debe privar tanto en Miranda como en el resto de los estados, es plantarle una derrota al gobierno de Maduro.

«Estamos en una situación de crisis y de precariedad institucional, no es la MUD de 2015. Aquí debe pelearse por darle una derrota al gobierno, hay que recuperar el simbolismo de la MUD de 2015, la unidad es el candidato perfecto», asevera Luis Salamanca.

Un punto neurálgico en el debate es ponderar los pesos probables de cada candidato, explica Salamanca. «Dado que el gobierno tiene una disminución histórica permanente en su votación, y está en su peor momento electoral, Héctor Rodríguez va a pagar el costo, así como lo va a pagar el candidato oficialista en Lara, el costo de la tragedia nacional. Si hay un 80% de gente (a nivel nacional) que quiere cambiar a Maduro y a su régimen, a nivel estadal, donde operan otras lógicas, allí también está esa gente que quiere cambiar a Maduro”, plantea.

La inhibición del voto en Miranda es un escenario con mucha posibilidad tras la división, advierte el politólogo Fernando Spiritto.

«La división va a inhibir el voto, al menos en el grueso del pueblo opositor. Va a desmovilizar a la gente porque el pueblo opositor va a pensar que dividido no van a poder ganar, la gente no querrá votar por un perdedor, la gente se moviliza más cuando hay una emoción de ganancia que cuando hay pocas probabilidades de ganar. Este será el cálculo, que no van a poder ganar a los chavistas. Sin embargo, siempre hay grupos que siguen muy de cerca a los candidatos y estos sí van a hacer llamados a votar», expone Spiritto.

El enredo en Miranda
Tras la inscripción de Carlos Ocariz como abanderado del G4 —lo que implica el respaldo de la tarjeta de la manito—, David Uzcátegui denunció imposiciones dentro de la oposición. A su juicio, se desconoció el respaldo que cada uno tiene y que se reflejó en las encuestas, según el acuerdo de las partes alcanzado en agosto de este año, y que se selló en un manuscrito.

«Nuevamente la democracia sufre un duro golpe. Al mejor estilo dictatorial se impone un candidato en Miranda que no aceptó medirse en primarias y perdió las encuestas El autoritarismo se combate con democracia Esta será una lucha de valores y principios. El pueblo de Miranda despertó», aseveró Uzcátegui en su cuenta en Twitter.

El dirigente ha insistido en su llamado a primarias aun luego de la inscripción del candidato del G4.