¿Donde están? Venezolanos buscan a sus familiares perdidos en el mar

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El sufrimiento de al menos 150 familias venezolanas no tiene fin, pues buscando un futuro mejor hijos, padres, hermanos y madres han desaparecido sin dejar rastro alguno, dejando en una incertidumbre interminable a sus familias.

De los 7,3 millones de venezolanos que han huido de la crisis económica y social, según la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas, al menos 100.000 han viajado por mar a islas vecinas desde el año 2015.

Pero, de ese total de 100 mil venezolanos unas 150 personas han desaparecido sin que ninguno de los gobiernos se tome la molestia de investigar que ha sucedido, no buscan restos de embarcaciones y mucho meno los cadáveres.

Familiares y allegados de las víctimas han pasado hasta cuatro años en la espera que el gobierno venezolano de respuesta, tal es el caso de Jhonny Romero, quien es el presidente de un grupo de defensa de la familia de los 150 migrantes desaparecidos, Romero ha liderado protestas frente a la Fiscalía, en la ciudad de Caracas, la más reciente el pasado junio.

Romero ha informado que solo se ha encontrado un cuerpo de las nueve embarcaciones hundidas, Romero cuyo hijo Jhonny de Jesús, de 27 años, desapareció junto con otras 32 personas cuando intentaban llegar a Curazao en 2019, sigue en su camino en busca de respuestas.

Por el caso de Jhonny de Jesús, hijo de Romero, cinco hombres fueron arrestados y esperan por su juicio en relación con el bote que transportaba al hijo de Romero, el padre desconsolado se hizo eco de todas demandas de otras familias de que se investigue para revelar lo que sucedió a sus familiares y para que se condene a los responsables, pero no consiguen respuestas ni en la Fiscalía, ni con autoridades marítimas.

La migración por mar son una de las opciones más peligrosas para los migrantes quienes en su desesperación buscan nuevas oportunidades en todo el mundo sin mirar los peligros que esta conlleva.

Aunque no está claro si los cruces marítimos en el Caribe son más letales que las rutas terrestres que llevan a los migrantes venezolanos a través de la Selva del Darién.