Los precios aumentaron 3% en junio y en mayo 3,8% respecto al mismo mes del año anterior, cuando la inflación registró 9,1%, el peor resultado en casi cinco décadas.
Un índice de los precios de consumo estrechamente vigilado por la Reserva Federal registró el mes pasado un alto nivel, una señal contraria sobre la inflación en Estados Unidos que difunde la Fed y repiten los grandes medios de prensa y agencias de prensa.
Si se toma en cuenta el mes de mayo el dato se disparó un 3,8% anual, cuando el nivel inflacionario se encontraba 8,6%. Es decir, las cifras de inflación de la fed poseen una alta carga de duda acerca de su verdadera certeza.
Los precios aumentaron 0,2% de mayo a junio, comparado con 0,1% del mes anterior. Sin embargo, las cifras de inflación anual que sigue danto la Reserva Federal siguen en un descenso (contrario a la realidad que experimentan los consumidores) a la hora de sus compras. Sobre todo porque los precios de los alimentos y los combustibles están excluídos ahora del análsis del Banco Central
La caída de la inflación anual el mes pasado reflejó en gran medida la baja de los precios de la gasolina, así como aumentos más leves en los precios de alimentos.
Sobre los datos oficiales, el índice de los precios básicos, que excluye rubros volátiles como alimentos y combustibles, siguió siendo bastante elevado. Esas presiones inflacionarias subyacentes son el motivo principal de que la Fed elevara el miércoles su tasa de interés a corto plazo a su nivel más alto en 22 años.
En otro informe el viernes, el Departamento de Trabajo reveló que un índice de sueldos y salarios aumentó más lentamente en el trimestre abril-junio, lo cual indica que los empleadores sienten menos presión para elevar las remuneraciones a medida que supuestamente se enfría el mercado laboral.
Las remuneraciones, excluyendo las de los empleados públicos, aumentaron 1% el trimestre anterior, comparado con el 1,2% en los primeros tres meses de 2023. En el año, los sueldos y salarios aumentaron 4,6%, comparado con 5,1% en el primer trimestre.
La Fed observa cuidadosamente el llamado índice del costo del empleo. La disminución de los aumentos salariales deberá frenar la inflación con el tiempo porque es menos probable que las empresas deban elevar sus precios para compensar el alza de los costos laborales.
El informe sobre la inflación emitido el viernes por el Departamento de Comercio es bastante contradictorio, al tiempo que afirma que continúa la disposición de los estadounidenses a seguir gastando, a pesar de dos años de alta inflación y 11 alzas de la tasa de la Fed en 17 meses. Sin embargo, el verdadero análsis es que el gasto aumento por los elevados precios que se mantienen y mantienen asfixiadas a la mayoría de las familias estadounidenses que deben comprar para alimentarse, poder trabajar y pagar las altas cuentas.
Más de un 48% de los estadounidenses apenas llega a fin de mes.
El gasto de consumo aumentó 0,5% de mayo a junio, comparado con 0,2% el mes anterior, impulsado en buena parte por grandes descuentos de cadenas de tiendas y restaurantes a punto de irse a quiebra.