El Banco Mundial ha anunciado que no otorgará nuevos préstamos a Uganda debido a la aprobación de una ley contra la homosexualidad en el país. Esta ley ha sido condenada por grupos defensores de los derechos humanos. El Banco Mundial ha declarado que no considerará nuevos financiamientos públicos hasta que se demuestre la eficacia de las medidas adicionales adoptadas por el país. El objetivo del organismo es proteger a las minorías sexuales y de género de la discriminación y la exclusión en los proyectos que financia. Aunque la legislación contra los homosexuales cuenta con amplio apoyo en Uganda, el Banco Mundial ha decidido tomar esta medida para salvaguardar los derechos de las minorías.
La ley, que fue aprobada en mayo, contempla la pena de muerte para ciertos actos que involucran a parejas del mismo sexo. A pesar de las preocupaciones de socios como el Banco Mundial, las autoridades ugandesas han respondido desafiando las amenazas sobre los fondos. Algunos funcionarios han considerado inapropiadas estas amenazas y han sugerido que Uganda puede buscar financiamiento en otros lugares. Hasta ahora, las autoridades financieras ugandesas no han emitido comentarios sobre la decisión del Banco Mundial.
La Oficina de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha calificado la ley ugandesa como «draconiana y discriminatoria», y ha señalado que viola sistemáticamente los derechos de las personas LGBTQ. Activistas y académicos han impugnado la ley en los tribunales, pero aún no se ha establecido una fecha para las audiencias.
A finales de julio, varios miembros del Congreso de los Estados Unidos instaron al presidente del Banco Mundial a suspender todos los préstamos a Uganda hasta que se derogue la ley. También el Departamento de Estado de los Estados Unidos actualizó su aviso de viaje aconsejando a los ciudadanos que reconsideren viajar a Uganda debido a la delincuencia, el terrorismo y la legislación anti-LGBTQI+.
Además, la oficina de derechos humanos de las Naciones Unidas en Uganda ha cerrado después de que el gobierno no renovara el acuerdo que permitía su operación en el país. Esto ha generado preocupación debido a las violaciones de derechos humanos, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, y la ley que impone la pena de muerte por actos homosexuales. La oficina en Kampala suspendió oficialmente sus operaciones, mientras que las oficinas secundarias en Gulu y Maroto cerraron a finales de junio.
Volker Türk, el alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, lamentó el cierre de la oficina en Uganda después de 18 años de trabajo conjunto con la sociedad civil y las instituciones estatales para promover y proteger los derechos humanos. Türk expresó su preocupación por el ambiente hostil hacia los defensores de derechos humanos y periodistas en Uganda, especialmente de cara a las elecciones de 2026.