El Darién, una brecha entre la esperanza y la desesperación para migrantes venezolanos

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Con una bolsa llena de esperanzas y sueños, Iriana Ureña, madre venezolana de 32 años, llegó con sus dos hijos a una Estación de Recepción de Migrantes (ERM) en San Vicente, ubicada al borde del Tapón del Darién. La mirada en sus ojos era testimonio del sufrimiento de una madre que haría cualquier cosa con tal de proteger a sus hijos.

Por OIM

Iriana, su esposo Eduardo y sus dos hijos decidieron emprender el viaje hacia el norte desde Venezuela a través de la selva, a la búsqueda de mejores oportunidades. La decisión de irse del país, de dejar su hogar, su familia, sus amigos, y una vida de trabajo para volver a empezar desde cero fue difícil pero necesaria, para ellos y para muchos otros migrantes. Estaban hambrientos, deshidratados y cansados cuando llegaron a la estación.

“El camino no fue para nada fácil. Sentí que nuestras vidas realmente estaban en peligro. Fue un gran desafío porque vimos cosas muy feas a lo largo de la ruta, cosas que nunca imaginé llegar a ver en mi vida”, dijo Iriana.

De acuerdo con las Estadísticas de los Servicios Migratorios de Panamá, casi 134.000 personas, el 80% de las cuales son de Haití, han arriesgado sus vidas a través de la densa jungla en 2021. Es una cifra record de personas que cruzan el rectángulo de selva sin sendas, con una superficie aproximada de 25.900 kilómetros cuadrados, con montañas escarpadas, ríos muy turbulentos, pantanos y ofidios peligrosos y que se extiende a ambos lados de la frontera entre Colombia y Panamá.

Actualmente el viaje a través del tapón se ha hecho aún más peligroso por la presencia de grupos criminales y traficantes que controlan la región, a menudo extorsionando y a veces atacando sexualmente a los migrantes.

Sin embargo, las dinámicas están cambiando y los sonidos de la selva ya no son exclusivamente “Creole”. Los haitianos, que con anterioridad solían cruzar este peligroso camino en masa, ya no representan la gran mayoría. Siguen intentando ir desde Colombia a los Estados Unidos, pero el español y la resonante palabra “pana” de los migrantes venezolanos son los sonidos que más se escuchan en el mencionado camino.

Las cifras de venezolanos que han cruzado el Tapón del Darién en los primeros dos meses de 2022 (cerca de 2.497) casi alcanzan el total final del 2021 (2.819), convirtiéndose en el principal grupo que ha cruzado el corazón de la selva tropical. Pero en esta lista también cabe agregar a cubanos, haitianos, senegaleses, y nacionales de Uzbekistán, entre otros.

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