INTELIGENCIA NACIONAL DE EE.UU: China representa la mayor amenaza para la democracia y la libertad en todo el mundo

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El director de Inteligencia Nacional de EE.UU., John Ratcliffe, en su artículo de opinión para The Wall Street Journal, afirmó el 3 de diciembre que «China representa la mayor amenaza para Estados Unidos en la actualidad, y la mayor amenaza para la democracia y la libertad en todo el mundo desde la Segunda Guerra Mundial».

RT

Refiriéndose a los datos de la Inteligencia, Ratcliffe señaló que «Pekín tiene la intención de dominar a EE.UU. y al resto del planeta económica, militar y tecnológicamente».

«Dominar económicamente»

«Muchas de las principales iniciativas públicas de China y empresas destacadas ofrecen solo una capa de camuflaje a las actividades del Partido Comunista Chino», aseveró, incriminando al gigante asiático en el robo de propiedad intelectual y el espionaje económico, acusaciones ya hechas por el director del FBI, Chris Wray, y el fiscal general de EE.UU., William Barr.

«A su enfoque de espionaje económico lo llamo ‘robar, replicar y reemplazar’. China roba a las empresas estadounidenses su propiedad intelectual, replica la tecnología y luego reemplaza a las empresas estadounidenses en el mercado global», escribió Ratcliffe. Aseguró que el Gobierno estima que «el robo de propiedad intelectual de China le cuesta a EE.UU. hasta 500.000 millones de dólares al año, o entre 4.000 y 6.000 dólares por hogar en EE.UU.»

«Dominar militarmente»

De acuerdo con Ratcliffe, el presidente Xi Jinping tiene un «plan agresivo para convertir a China en la principal potencia militar del mundo» y el gigante asiático está robando tecnología militar estadounidense para lograrlo.

Además, el director de Inteligencia Nacional de EE.UU. afirmó en su artículo que Pekín «hasta ha realizado pruebas en humanos a miembros del Ejército Popular de Liberación con la esperanza de desarrollar soldados con capacidades mejoradas biológicamente». «No existen fronteras éticas para Pekín en su búsqueda del poder», agregó, sin compartir más detalles sobre el supuesto programa chino de súper soldados.

Ratcliffe escribió que «China cree que un orden global sin ella en la cima es una aberración histórica», por lo que «su objetivo es cambiar eso y revertir la difusión de la libertad en todo el mundo». El jefe de Inteligencia estadounidense anunció que con el fin de «hacer frente a estas amenazas y más» transfirió recursos dentro del presupuesto de Inteligencia anual de 85.000 millones de dólares para aumentar el enfoque en China.

Pekín denuncia «dobles estándares» de EE.UU.

Después de que el artículo de Ratcliffe fuera publicado, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, sin nombrar específicamente al director de Inteligencia Nacional, a través de su cuenta de Twitter ha denunciado que EE.UU. está practicando «los típicos dobles estándares». El verdadero propósito de tales acusaciones «es crear excusas para justificar el bloqueo de alta tecnología contra China, y esto eventualmente dañará los intereses de China, Estados Unidos y el mundo entero», tuiteó la vocera.

Por su parte, el embajador de China en Estados Unidos, Cui Tiankai, hablando en la apertura de la conferencia anual del Instituto de Estudios China-EE.UU., indicó que el mundo pospandémico no sería estable «sin unas relaciones sólidas y estables entre China y Estados Unidos». Añadió que para Pekín «la elección es clara: China y EE.UU. pueden ganar con la cooperación y perder con la confrontación».

El diplomático reconoció que «siempre hay diferencias entre los dos países», pero «ninguna de ellas justifica el enfrentamiento y la guerra, fría o caliente». «Con suficiente respeto mutuo y entendimiento mutuo, somos capaces de manejar estas diferencias para que no descarrile toda la relación», continuó.

«Todo depende de las decisiones que tomemos. El juego de suma cero es anacrónico. Los intentos de incitar la desconfianza e incluso el odio entre diferentes naciones y civilizaciones son extremadamente irresponsables», advirtió el embajador. «En cambio, deberíamos, basándonos en una comprensión clara de las nuevas realidades del mundo actual, unirnos para construir un nuevo tipo de relaciones internacionales y una comunidad de futuro compartido para la humanidad», concluyó.