¡EL MUNDO CAMBIÓ! El papa Francisco advierte que la pandemia no muestra “signos de pararse”

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En vista de que los comportamientos irresponsables menudean en numerosos países, el papa Francisco ha advertido este domingo que «la pandemia no muestra signos de pararse», y ha mostrado su preocupación no solo por los enfermos sino también «por las consecuencias económicas y sociales», tanto más graves en la medida en que no se atajen los contagios.

ABC

El Santo Padre está pasando las «vacaciones en casa» durante el mes de julio, y su única intervención pública cada semana es el rezo del Ángelus del domingo con los fieles que acuden, con mascarilla y convenientemente separados, a la plaza de San Pedro.

En el encuentro de hoy, marcado una vez más por la pandemia de coronavirus, Francisco ha dicho que «mi pensamiento va de modo especial a las poblaciones cuyo sufrimiento resulta agravado por las situaciones de conflicto».

En ese cuadro doblemente trágico, «y siguiendo la reciente Resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, renuevo el llamamiento a un alto el fuego global e inmediato, que permita la paz y la seguridad indispensables para proporcionar ayuda humanitaria».

Francisco ha manifestado que sigue «con preocupación el reavivarse de las tensiones armadas entre Armenia y Azerbaiyán en el Cáucaso», y ha asegurado su «plegaria por las familias de los que han perdido la vida en esos choques».

Al mismo tiempo suplica que «con la ayuda de la Comunidad Internacional, y a través del dialogo y la buena voluntad de las partes, se pueda alcanzar una solución pacífica duradera».

El Vaticano ve la situación mundial con gran realismo. Hace tan solo doce días, el cardenal Peter Turkson, prefecto del departamento de Desarrollo Humano Integral, advertía que «las crisis interconectadas -sanitaria, económica y ecológica- están ampliando la brecha no sólo entre los ricos y los pobres, sino también entre las zonas de paz, prosperidad y justicia ambiental y las zonas de conflicto, privación y devastación ecológica».

Según Turkson, «esas crisis interconectadas -sanitaria, económica y ecológica- muestran la urgente necesidad de una globalización de la solidaridad que refleje nuestra interdependencia mundial».

Según el cardenal ghanés, los tres problemas encadenados son los ingredientes de «la tormenta perfecta», por lo que resulta urgente desactivarlos cuanto antes.