Durante la misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro, el papa Francisco sorprendió a todos al decidir no dar su homilía. A pesar de esto, continuó presidiendo el servicio, leyó su oración del mediodía y fue conducido entre la multitud en un papamóvil.
En las últimas semanas, el pontífice ha estado luchando contra una bronquitis y gripe intermitentes, lo que ha llevado a que delegue la lectura de sus discursos en un asistente. Sin embargo, el domingo decidió no leer el texto que había preparado.
La decisión de saltarse la homilía es muy inusual, especialmente en un evento tan importante como el Domingo de Ramos, que marca el comienzo de la Semana Santa. El Vaticano no dio ninguna explicación inmediata sobre este cambio de planes.
Durante la transmisión televisiva, la cobertura se centró en la multitud en lugar de mostrar al papa Francisco de cerca. Fue solo a través de un locutor de Radio Vaticano que se reveló que el papa había decidido no leer la homilía.
A pesar de esto, el papa Francisco continuó presidiendo la misa y leyendo partes importantes del servicio. Cardenales, sacerdotes y obispos se unieron a él en la conmemoración de la entrada de Jesús en Jerusalén, sosteniendo palmas y ramas de olivo.
Después de la misa, el papa Francisco pronunció su mensaje semanal dominical del Ángelus y la bendición desde el altar, en lugar de hacerlo desde la ventana del Palacio Apostólico como es habitual. En su oración, condenó el reciente ataque en el que murieron muchas personas y pidió oraciones por aquellos que sufren debido a las guerras.
A pesar de sus problemas de salud, el papa Francisco recorrió la plaza en un vehículo descapotable al final de la misa. Saludó y sonrió a la multitud, demostrando que no parecía tener ninguna dificultad.
La decisión de no dar la homilía del Domingo de Ramos por parte del papa Francisco dejó a muchos sorprendidos y sin explicaciones claras. Sin embargo, a pesar de esto, el pontífice continuó cumpliendo con sus deberes y transmitiendo su mensaje de paz y solidaridad.