El presidente y el primer ministro surcoreanos consumen productos del mar ante el vertido de agua de Fukushima

0
405

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, y el primer ministro, Han Duck Soo, han decidido dar un mensaje de confianza en los productos marinos a pesar del reciente vertido de agua contaminada de la central nuclear de Fukushima. Durante su almuerzo semanal, ambos líderes han consumido productos del mar para demostrar que son seguros.

El gobierno surcoreano está haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad de los productos marinos después de que Japón comenzara a verter agua tratada al océano. Para transmitir confianza, los altos cargos surcoreanos han incluido estos productos en el menú de la cafetería de la oficina presidencial. Incluso miembros del personal de la oficina presidencial han cancelado sus compromisos para unirse al almuerzo y mostrar su confianza en estos alimentos.

La seguridad de consumir productos marinos se ha convertido en un tema central después del anuncio de Japón sobre el vertido de agua tratada de Fukushima. Esta medida ha generado protestas, especialmente en el sector pesquero, y ha llevado a China a prohibir el consumo de estos alimentos. Sin embargo, las autoridades japonesas insisten en que los productos no representan ningún peligro para la salud humana y han seguido estándares internacionales y supervisión científica en el proceso de vertido.

El gobierno surcoreano ha confirmado que la concentración de tritio alrededor de las áreas de vertido está por debajo de los límites establecidos y, por lo tanto, es segura. Japón ha utilizado el Sistema Avanzado de Procesamiento de Líquidos (ALPS) para purificar y tratar el agua antes de liberarla al mar. Este sistema elimina las sustancias radiactivas, con la excepción del tritio, diluyendo el agua para cumplir con los estándares internacionales de radiación.

El vertido de agua tratada se ha vuelto una cuestión polémica a nivel nacional y regional desde que el gobierno japonés lo anunciara en abril de 2021. Tokio insiste en que es necesario liberar el agua para la reconstrucción de la central nuclear y para evitar la falta de capacidad de almacenamiento en los tanques de Fukushima. Sin embargo, algunos expertos expresan preocupación por la posibilidad de que estos tanques colapsen en caso de un nuevo desastre natural.