El régimen norcoreano ha lanzado una amenaza contra el portaaviones estadounidense USS Ronald Reagan, que recientemente llegó a Corea del Sur como una muestra de fuerza en respuesta al programa nuclear de Pyongyang. En un editorial publicado por la agencia de propaganda de Kim Jong-un, se califica el despliegue del buque como una «provocación militar manifiesta» y se advierte que el régimen está listo para hundir el portaaviones en caso de un ataque nuclear por parte de Estados Unidos.
Corea del Norte ha acusado a Washington de planear un ataque nuclear y ha afirmado que sus fuerzas están preparadas para lanzar un «ataque rápido y poderoso» contra los objetivos estadounidenses. Según Pyongyang, la presencia de activos nucleares estratégicos estadounidenses en la península coreana ha llevado la situación a un punto de «circunstancias catastróficas irrevocables».
Esta retórica belicista se produce en un momento de alta tensión en la península coreana, después de que se haya planteado la posibilidad de anular un acuerdo intercoreano de 2018 para reducir la tensión militar. Corea del Norte ha rechazado cualquier oferta de diálogo y ha intensificado sus pruebas de misiles, mientras que Estados Unidos y Corea del Sur han reanudado sus maniobras militares conjuntas y han desplegado activos estratégicos en la región.
El USS Ronald Reagan permanecerá en el puerto de Busan hasta el lunes como parte de un acuerdo bilateral para aumentar la presencia de activos estadounidenses ante el avance del programa nuclear de Kim Jong-un. Esta visita coincide con las crecientes preocupaciones sobre la posibilidad de que Corea del Norte obtenga tecnologías armamentísticas sofisticadas de Rusia a cambio de proveer municiones para reponer los arsenales rusos en Ucrania.
Corea del Norte ha llevado a cabo un número récord de lanzamientos de misiles este año, desafiando las sanciones internacionales, y recientemente consagró su condición de potencia nuclear en su constitución. Además, ha prometido lanzar un satélite espía militar en un futuro próximo.
Con los esfuerzos diplomáticos estancados, el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, ha buscado mejorar las relaciones históricamente tensas con Japón. En agosto, Yoon y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, participaron en una cumbre tripartita con el presidente estadounidense Joe Biden en Camp David, donde acordaron un plan plurianual de ejercicios conjuntos regulares.
En resumen, la tensión en la península coreana continúa en aumento debido a las amenazas y provocaciones tanto de Corea del Norte como de Estados Unidos. La visita del USS Ronald Reagan y la respuesta amenazante de Pyongyang son señales de una situación cada vez más volátil en la región.