Este acuerdo profundizaría la relación energética entre Venezuela e Irán, la cual se ha convertido en un salvavidas para la dilapidada industria petrolera del país
Por El Nacional
Tras firmar un contrato para reparar y ampliar la producción de la refinería El Palito, un grupo de empresas estatales iraníes también se harán cargo de la renovación del Centro de Refinación Paraguaná, el más grande del país. Así lo revelaron a la agencia Reuters, cuatro personas cercanas a las conversaciones.
Este acuerdo profundizaría la relación energética entre Venezuela e Irán, la cual se ha convertido en un salvavidas para la dilapidada industria petrolera del país en medio de una crisis provocada por décadas de mala gestión y falta de inversión.
Una unidad de la Compañía Nacional de Refinación y Distribución de Petróleo de Irán firmó este mes un contrato de 116 millones de dólares con la petrolera estatal venezolana Pdvsa para reparar y ampliar la refinería El Palito, que actualmente cuenta con una capacidad de producción de 146.000 barriles de petróleo diarios.
En El Palito, una unidad de destilación de crudo reinició en mayo después de meses de cierre. La refinería está operando a aproximadamente a la mitad de su capacidad, por lo que aún requiere de mantenimiento para ampliar la instalación. Estos trabajos serán reembolsados a Irán mediante combustible de la misma refinería, dijeron dos de las personas.
Las fuentes señalaron que se estaría negociando otro contrato para renovar la refinería de Paraguaná, que operó aproximadamente a solo 17% de su capacidad en abril. Este complejo, uno de los más grandes del mundo, puede producir hasta 995.000 bpd.
“En aproximadamente un año, Irán debería poder traer a su gente a Paraguaná. Han estado muy concentrados en los preparativos, incluida la vivienda para los trabajadores”, dijo una de las fuentes a Reuters.
A principios de este año, las empresas estatales iraníes suministraron al Centro de Refinación Paraguaná piezas para reiniciar una unidad de fabricación de gasolina. El equipo, fabricado en América del Norte, llegó a Venezuela desde China.
Muchas empresas chinas evitan los negocios directos con Venezuela para reducir el riesgo relacionado con las sanciones o las facturas impagas, y solo aceptan acuerdos si un tercero maneja los pedidos y los pagos, agregó esa persona.