ESTA NO ES UNA SUBIDA MÁS DEL DÓLAR: mercados prevén crisis social

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«Al infinito y más allá». Con el eslogan de Buzz Lightyear, el personaje de Toy Story, define Luis Oliveros la situación del mercado cambiario en Venezuela y las expectativas sobre el precio del dólar, que esta mañana llegó a 101 mil bolívares, según la referencia de Monitordolarve.

por PEDRO GARCÍA OTERO / Caraota Digital

Su colega José Miguel Uzcátegui define la situación como «la tormenta perfecta», pero no se atreve a dar un precio para la divisa, pero para Oliveros, en circunstancias normales, sin la crisis del coronavirus, el precio iba a duplicarse después de marzo. Ahora, no tiene techo, ni el bolívar piso.

Ambos coincidieron, en declaraciones por separado a Caraota Digital, en que esta no es solo otra alza estacional del dólar, que suele aumentar luego del pago del Impuesto Sobre la Renta. «El Gobierno tiene tres prioridades: conseguir algo de gasolina, comprar en el exterior las cajas CLAP y contener el dique cambiario. No puede hacer las tres, es más, ni siquiera creo que pueda hacer dos», señala Oliveros.

«Por el lado de la oferta el gobierno no está en capacidad de proveer divisas. Hay una crisis estructural que se suma a la crisis coyuntural del coronavirus, en términos de producción petrolera y de exportaciones no tradicionales; y además se le ha cerrado al Gobierno el financiamiento externo, la capacidad de contratar donaciones y financiamientos a fondo perdido», indica Uzcátegui, a lo que hay que sumar otro problema: «las remesas están prácticamente paralizadas», señala este experto, lo que es muy evidente, porque casi todos los grandes receptores de emigración venezolana también están en cuarentena por el coronavirus.

Malas perspectivas sociales
Como la fiebre, el alza del dólar, entonces, es el síntoma de una enfermedad que asola a Venezuela, que es la inestabilidad. «Hay mucho nerviosismo en el mercado», señala Oliveros, afirmando que la escasez de gasolina y alimentos, sumada a la crisis del coronavirus, puede hacer que muy pronto haya inestabilidad social, y esto es lo que está tratando de descontar el mercado, haciendo subir el precio del dólar.

Adicionalmente, y en esto coinciden Oliveros y Uzcátegui, el régimen de Nicolás Maduro ha vuelto a elevar el ritmo de emisión de dinero inorgánico: 21% (casi un equivalente al incremento del dólar en la última semana, cuando se cotizaba en los alrededores de 80 mil bolívares). El objetivo de la emisión era el pago de bonos denominados en bolívares por parte del Estado.

Básicamente, indican ambos, la hiperinflación ha eliminado las palancas del Banco Central de Venezuela para estimular o contraer la demanda por vías de política monetaria. «No podemos imaginar al BCV en el mercado, ni logrando algo con las tasas de interés, ni emitiendo bonos de redescuento, por ejemplo. Le queda el encaje, restringir para evitar que la inflación aumente», señala Uzcátegui.

Mientras, Oliveros agrega que la reducción del encaje legal de la banca en el mes de marzo es poco menos que un saludo a la bandera en un país en el que «estás produciendo el petróleo a pérdida y tienes la perspectiva de que el 22 de abril se te puede ir Chevron (por las sanciones). «Estamos metidos en un berenjenal, y además con la amenaza de un bloqueo naval», señala.

En tanto, Uzcátegui cree que no se puede hacer un análisis más que al «ojo por ciento» sobre lo que pudiera pasar con el tipo de cambio, porque hay demasiada opacidad en el mercado venezolano.

«Habría que hacer un análisis post-pandemia, esperar semanas, cuando en Venezuela se considere que no hay una amenaza. Hoy somos una economía cerrada hacia adentro, cerrada hacia afuera, sin ingresos ni internos ni externos, y además en pobreza, sin capacidad de ahorro, y que ya se gastó todo lo que acumuló», concluye este experto.