A medida que los sistemas de inteligencia artificial (IA) se vuelven cada vez más sofisticados y tienen el potencial de transformar la sociedad, hay un creciente llamado de expertos, legisladores y ejecutivos de empresas de IA para que el gobierno de Estados Unidos regule esta tecnología de manera rápida y efectiva.
Sin embargo, la historia nos muestra que es probable que la regulación federal integral de la IA no ocurra pronto. Históricamente, el Congreso y las agencias federales han tardado décadas en establecer regulaciones para tecnologías revolucionarias, como la electricidad y los automóviles. La regulación tiende a llevar tiempo, según Matthew Mittelsteadt, tecnólogo del Centro Mercatus de la Universidad George Mason.
Aunque los legisladores están trabajando arduamente para comprender y regular la IA, esta tecnología presenta desafíos que dificultan su regulación. La IA tiene el potencial de invadir la privacidad, desinformar, discriminar en la contratación, perturbar el trabajo y ser utilizada como arma por gobiernos hostiles. Además, la IA evoluciona rápidamente, lo que dificulta establecer regulaciones efectivas a largo plazo.
La regulación de la IA también implica encontrar un equilibrio entre minimizar los riesgos potenciales y aprovechar los beneficios de la tecnología. La sobrerregulación puede sofocar la innovación y llevar a las industrias a otros países. Además, las regulaciones pueden ser imprevistas y los beneficios de la tecnología a menudo no se anticipan.
A pesar de estos desafíos, los legisladores están avanzando en la comprensión y regulación de la IA. Han celebrado audiencias y se han reunido con líderes y expertos de la industria. El presidente Joe Biden también ha anunciado salvaguardias voluntarias acordadas por siete empresas líderes en IA.
Si se implementa una regulación federal para la IA, podría basarse en los poderes regulatorios existentes de varias agencias federales. Por ejemplo, la Comisión Federal de Comercio podría utilizar sus poderes antimonopolio para evitar la dominación de las grandes empresas de IA sobre las más pequeñas. La Administración de Alimentos y Medicamentos ya ha autorizado dispositivos médicos compatibles con IA. Estas agencias podrían emitir regulaciones graduales y específicas para la IA en uno o dos años.
Sin embargo, algunos aspectos de la IA pueden no estar cubiertos por ninguna agencia federal existente, lo que podría requerir la creación de una nueva agencia reguladora. Esto llevaría tiempo y no garantiza el éxito. Además, algunos expertos creen que la regulación de la IA será un proceso continuo a medida que la tecnología evolucione.
En resumen, aunque hay llamados para una regulación federal rápida de la IA, es probable que la regulación integral tome tiempo. La IA presenta desafíos únicos y la regulación debe encontrar un equilibrio entre minimizar los riesgos y aprovechar los beneficios de la tecnología. Aunque los legisladores están trabajando en la comprensión y regulación de la IA, es probable que sea un proceso gradual y continuo.