ESTRÉS, HORMONAS Y COVID: las causas detrás del boom de consultas por la caída del cabello

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Tricólogos y médicos informan un aumento en las citas relacionadas con la pérdida de cabello para hombres y mujeres. Pero, ¿qué hay detrás de esto?

Infobae

La pérdida de cabello en los hombres es parte de la lotería del ADN. Algunos, como el duque de Cambridge, heredan el gen de la calvicie y comienzan a perder cabello a los 20 años. Otros llegan a la vejez con la cabeza llena. Si bien el adelgazamiento del cabello puede drenar la confianza de todos, hasta hace poco la pérdida de cabello en las mujeres se consideraba un tabú, y las soluciones se comercializaban únicamente para la población masculina.

Sin embargo, durante la pandemia, la conversación sobre la pérdida de cabello en las mujeres comenzó a escalar en línea. Solo en noviembre de 2021, las búsquedas relacionadas con la caída del cabello aumentaron un 44% en el sitio web de John Lewis, una marca de grandes almacenes de alta gama que opera en Gran Bretaña, en comparación con el mes anterior.

En Cult Beauty, un minorista de belleza en línea con sede en el Reino Unido, las ventas de tratamientos para la caída del cabello en 2021 aumentaron un 166% interanual. Los tricólogos, nutricionistas y médicos informan un aumento en las citas relacionadas con la caída del cabello.

Para Lucas Ponti, dermatólogo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), “la frase caída de pelo hace pensar muchas veces en los hombres, pero realmente esta patología no distingue sexo”. “El 90% de las mujeres afirman experimentar la pérdida de cabello. El 40% de han consultado o padecido una caída de cabello que les generó preocupación”, aseveró el experto.

Pero, ¿es normal la caída del cabello? “Cierta pérdida de cabello es una parte natural del ciclo de crecimiento del cabello, que tiene cuatro etapas”, explicó en diálogo con el diario The Telegraph, Anabel Kingsley, presidenta de marca y consultora tricóloga de Philip Kingsley, una autoridad mundial en la salud del cuero cabelludo y el cabello.

“La fase anágena, también conocida como fase activa o de crecimiento, es cuando se forma cabello nuevo en la raíz y crece alrededor de media pulgada por mes. La fase catágena es una breve fase de transición que señala el final del crecimiento activo del cabello y dura aproximadamente 10 días, antes de la fase telógena, un período de descanso en el que las hebras permanecen en sus folículos durante unos 100 días. Lo que sigue es la fase exógena, cuando los cabellos individuales se liberan de sus folículos y se caen… antes de que todo el proceso comience de nuevo”, aseveró la experta.

“Perdemos alrededor de 100 cabellos al día, que encontrarás en tu cepillo o cuando te lavas el cabello en la ducha. Durante una temporada de estrés, enfermedad o mala nutrición, las personas pueden comenzar a ver caer 300 cabellos por día y, en casos graves, pueden llegar a un máximo de 500 cabellos”, subrayó Kingsley. Tal repentina falta puede ser muy perturbadora.

Cuando el cuerpo atraviesa un trauma, ya sea estrés, menopausia, enfermedad, mala nutrición o problemas de salud intestinal, responde como si estuviera bajo ataque y desvía su atención de la producción de tejido no esencial, es decir, el cabello. Pero si bien nuestro cabello puede no ser necesario para nuestra salud física, es vital para nuestra autoestima.

Según Kingsley, cualquier enfermedad grave, incluido el COVID-19, puede provocar “efluvio telógeno”, el término técnico para la caída reactiva del cabello. “Este tipo de pérdida de cabello es causada por una inflamación en el cuerpo y puede deberse a una serie de razones, desde deficiencias nutricionales hasta el estrés o después de contraer fiebre. En la mayoría de los casos, el cabello comienza a caerse de seis a doce semanas después, pero en casos severos, como con el coronavirus, la caída del cabello ha sido más inmediata y puede ocurrir de cuatro a ocho semanas después de la enfermedad”.

Tiende a desaparecer de forma natural una vez que se restablece la salud, excepto cuando persiste la inflamación, lo que puede ocurrir con un COVID prolongado. Kingsley también cree que esto ha abierto de par en par la conversación sobre la caída del cabello: “La caída del cabello es increíblemente común, pero hasta hace poco generaba mucha vergüenza. Durante la pandemia, las mujeres hablaron sobre la pérdida de cabello relacionada con el COVID-19 en las redes sociales. Como resultado, hemos visto un aumento en la reserva de citas de los pacientes”.

La influencia de las hormonas y la nutrición

Ya sea que se trate de una caída en los niveles de estrógeno, un aumento de la insulina o una mayor presencia de testosterona o cortisol, nuestras hormonas casi siempre son las culpables del adelgazamiento del cabello. La pérdida de cabello posparto y el adelgazamiento en la menopausia están relacionados con los estrógenos.

“El estrógeno es amigable con el cabello. Las mujeres embarazadas han elevado los niveles de estrógeno y pueden sentir que su cabello se siente más grueso porque está en la fase de crecimiento por más tiempo. Una vez que han dado a luz, los niveles hormonales fluctúan, lo que puede causar un período de caída del cabello que eventualmente se estabilizará”, detalló Kingsley. Durante la menopausia, los niveles de estrógeno también bajan, lo que puede provocar la caída del cabello.

Esencialmente, todos tenemos receptores de estrógeno en nuestros folículos pilosos. Cuando el estrógeno disminuye, puede acortar el tiempo que el cabello pasa en su fase de crecimiento. La testosterona, por otro lado, reduce el ciclo de crecimiento; aquellos con niveles más altos de testosterona, como en casos de PCOS (síndrome de ovario poliquístico), o con alopecia androgenética, cuando los folículos pilosos son demasiado sensibles a la presencia normal de testosterona, pueden experimentar caída del cabello.

Según una revisión de 2008 de la terapia hormonal para la alopecia androgenética de patrón femenino, solo el 10% de las mujeres premenopáusicas muestran evidencia de alopecia androgenética, a diferencia del 50 al 75% de las mujeres de 65 años o más. También se cree que la resistencia a la insulina juega un papel importante, ya que “puede causar una cascada de problemas de salud, incluida la caída del cabello”, según la doctora Sabine Donnai, especialista en gestión proactiva de la salud y medicina preventiva. Sin embargo, sostuvo, “simplemente reducir la cantidad de azúcar y carbohidratos altamente procesados que come puede ayudar a calmar los picos de insulina”.

Mientras tanto, el cortisol, nuestra principal hormona del estrés, podría ser la causa más generalizada de los desequilibrios hormonales, incluidos los síntomas de la menopausia temprana, y desde la pandemia, los niveles de estrés, específicamente entre las mujeres, han sido más altos que nunca.

“El cortisol siempre tiene prioridad en el cuerpo”, indicó Donnai. Y agregó: “Está secretada para ayudarte a mantenerte alerta en momentos de peligro. Sin embargo, cuando está presente, puede desregular otras hormonas clave, como el estrógeno y la progesterona, lo que puede provocar síntomas menopáusicos, incluida la caída del cabello, mucho antes de lo esperado”.

En una entrevista con este medio, la nutricionista Laura Romano destacó que desde la alimentación podemos ayudar a darle batalla a este problema y buscar consumir alimentos que nos ayuden a fortalecer el cabello.

Para la especialista, “mucho podemos hacer desde nuestra alimentación, ya que la caída puede estar relacionada con la falta de algunos nutrientes fundamentales. Desde las proteínas y el zinc que forman parte de la estructura del cabello, hasta el hierro y otras vitaminas y minerales que son indispensables para el crecimiento y fuerza capilar”.

Asimismo Romano manifestó que, por ejemplo, “el ayuno prolongado, las dietas muy bajas en calorías como así también la alimentación vegetariana y/o vegana, si no son controladas por un especialista, pueden causar la pérdida del cabello debido al déficit de nutrientes esenciales. ¿Qué podemos comer para lucir nuestro cabello fuerte y hacer frente a la caída libre del pelo? Los nutrientes más importantes para una buena salud capilar son: proteínas, hierro, zinc, biotina (vitamina B8), vitamina C y Omega 3″.

“Para fortalecer el cabello y frenar la caída es primordial asegurar un completo aporte de vitaminas y minerales. Los suplementos dietarios son una importante herramienta para complementar dietas mal equilibradas”, recomendó en la misma línea Gabriela Perdomo, responsable de formación de Klorane. “Elegir un shampoo y bálsamo que respeten el equilibrio del cuero cabelludo pero que además estimulen la microcirculación, y aplicar tratamientos tópicos que aporten componentes que mejoren la red de vascularización capilar y que contrarresten la micro inflamación que suele acompañar estas patologías, son otras de las recomendaciones”, agregó Perdomo.

A lo largo y ancho de plataformas como Tik Tok se puede ver a cientos de usuarios que aplican productos naturales sobre el pelo y afirman que el efecto es una cabellera más resplandeciente y que crece más rápido. Lo cierto es que no existen estudios suficientes para confirmar estas teorías.

“No es cierto que el té de romero, por ejemplo, promueve el crecimiento del cabello ya que no existen tratamientos caseros que lo hagan. Podríamos hablar largo y tendido sobre todo lo que la gente usa con este objetivo pero no les funciona”, remarcó el dermatólogo y tricólogo Miguel Marti, en diálogo con Infobae.