El neurocientífico y profesor de la Universidad de Nueva York Gary Marcus ha avisado de que la inteligencia artificial a día de hoy aún no ha generado suficiente confianza en la población.
«Todavía no podemos confiar plenamente en la inteligencia artificial», expresó Marcus, que es profesor emérito de Psicología y Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York.
Marcus inauguró este lunes una conferencia de la organización de Evaluación de Tecnología del Parlamento Europeo (EPTA, en sus siglas en inglés), una red de organizaciones que asesoran en ciencia y tecnología a cámaras legislativas y que este año está presidida por el Consejo Asesor del Parlament en Ciencia y Tecnología (CAPCIT).
En la jornada, que ha tenido lugar en el auditorio del Parlament de Cataluña (España), Marcus justificó la falta de confianza en la IA porque sus modelos lingüísticos «no son herramientas convencionales, lo que quiere decir que se basan en suposiciones, por lo que tienen más facilidad de equivocación y margen de error».
Por eso mismo, consideró que sería necesario disponer de institutos de investigación especializados en la IA, para lograr que esta sea «mucho más fiable» y pueda generar más confianza.
En el marco de esta jornada, expertos debatieron los riesgos y retos de la Inteligencia Artificial Generativa en la democracia y políticas públicas (IAG).
La IAG es una rama de la Inteligencia Artificial destinada a la generación de contenido nuevo a partir de datos que ya existen, como por ejemplo el ChatGPT, y que ha irrumpido con profundas implicaciones en la democracia y la sociedad.
En la sesión dedicada específicamente a los efectos en la democracia de las nuevas tecnologías, el eurodiputado italiano y correlator de la ley europea sobre la IA Brando Benifei expuso la preocupación por el mal uso de la IA y los riesgos de la desinformación, así como las consecuencias que pueden causar.
En la jornada también se abordaron las posibilidades de la IA en el sector sanitario y educativo, así como también en el mercado laboral y en la desigualdad social.
Por EFE