El ciudadano sufrió un infarto. Estaba casado y tenía una hija. Familiares indicaron que la última vez que tuvieron contacto con él fue el 14 de julio cuando les dijo que estaba cerca de cruzar el tapón, pero no volvieron a saber del migrante sino una semana después
Por El Nacional
Otro migrante venezolano falleció en la selva del Darién, entre Colombia y Panamá. Gabriel Ignacio Guevara Sulbarán, originario de la ciudad de Maracay, en el estado Aragua, estaba en Ecuador. Pero decidió junto a unos amigos, que también se encontraban en ese país, comenzar la peligrosa travesía hacia Estados Unidos.
El ciudadano, de acuerdo con lo reseñado por Núcleo Noticias, sufrió un infarto. Estaba casado y tenía una hija. Familiares indicaron al medio digital que la última vez que tuvieron contacto con la víctima fue el 14 de julio. Ese día, les contó que estaba entrando al tapón. Luego perdieron la comunicación.
Estimaron que el migrante podría cruzar el Darién en tres días, pero no recibieron noticias. Fue el miércoles 20 de julio, una semana después, que tuvieron conocimiento de que el hombre había fallecido. Los allegados reconocieron que las personas que mueren en el Darién son enterrados en esa misma selva por lo difícil que es acceder.
Más de 70 desaparecidos
En días pasados se difundió una lista de más de 70 venezolanos que estarían desaparecidos en el tapón. En ella no aparecía el nombre de Gabriel Ignacio Guevara Sulbarán, por lo que se presume que el número de personas que no se comunicaron nuevamente con sus familiares podría ser mayor.
El tiempo para cruzar la selva varía según las condiciones climáticas y las posibilidades de los propios migrantes. En un reportaje del medio digital Todo Noticias, la periodista Carolina Amoroso conversó con una familia de venezolanos: un hombre y una mujer que caminaban con sus dos pequeños hijos. Estimaron un tiempo de, al menos, 10 días para avanzar con tranquilidad, considerando que llevaban con ellos a los niños.
Este año han atravesado la selva, el infierno como lo describen sus sobrevivientes, más de 46.000 migrantes irregulares, la mayoría haitianos y venezolanos que viajan hacia Estados Unidos o Canadá por mejores condiciones de vida.