Freddy Superlano: Este es el peor CNE de la historia, pero si votamos masivamente ganaremos la elección

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“De muy buena fuente te confirmo que la pugna es grande y por eso hasta el momento de la sesión de la Asamblea oficialista los diputados miembros de la Comisión Electoral no conocían los nombres de los nuevos rectores. El tema se trató al más alto nivel del Gobierno: los hermanos Rodríguez, Diosdado Cabello, Cilia Flores, Maduro y muy pocos más”, palabras de Freddy Superlano precandidato presidencial de Voluntad Popular a la Primaria opositora.

Con Informacion de La Gran Aldea ALEJANDRO HERNÁNDEZ 

El precandidato presidencial de Voluntad Popular, Freddy Superlano fue categóricamente crítico con la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que designó el oficialismo, “ni cuando estaba Jorge Rodríguez la foto era tan mala”. Asegura que está diseñado para espantar el voto e incentivar la abstención. Sin embargo, dice que si las fuerzas democráticas hacen las cosas bien, la victoria podría lograrse.

Fue muy enfático en alertar sobre las amenazas que existen sobre la Primaria prevista para el próximo 22 de octubre y explica las consecuencias negativas que traería no hacerlas. Con tono muy llanero dijo que su miedo no es que haya una elección interna con un millón de votos, porque para él eso sería “un coñazo” para el régimen; sino que su temor es que no se materialicen las primarias.

El barinés asegura que no está con ningún extremo, ni con la participación “sí o sí, ni con la abstención o las salidas locas a la calle”. También fue muy duro con el proceso de negociación de México, dice que “está muerto” y que no tiene sentido seguir en él si en las próximas tres o cuatro semanas no hay respuestas a los temas cruciales. 

“Poner a Amoroso al frente del organismo electoral es exactamente igual que poner a Nicolás Maduro, pero si el voto es masivo, no podrán detener la victoria popular”Freddy Superlano

-¿Qué opinión tiene sobre los nombres que componen el nuevo CNE?

-La presencia de Elvis Amoroso en el CNE es para espantar el voto y tratar de incentivar la abstención. Es la única razón por la que colocan en una posición tan importante al mismo individuo que ha sido el encargado de inhabilitar a los liderazgos con oportunidad de derrotar a la dictadura en las urnas. Es muy claro el mensaje que quieren enviar, pero aun con este CNE, no perderíamos una elección si hacemos las cosas bien. Para mí un tres a dos en el directorio es lo mismo que un cuatro a uno o un cinco a cero; ya que ahí las decisiones se toman por mayoría. Poner a Amoroso al frente del organismo electoral es exactamente igual que poner a Nicolás Maduro, pero si el voto es masivo, no podrán detener la victoria popular.

-¿Qué interpretación hace de que un militar sancionado como el general Fabio Zavarce haya quedado como rector suplente?

-La presencia Zavarce, que está sancionado por violar derechos humanos, no es otra cosa que una bofetada a la democracia, la comunidad internacional y a la Corte Penal Internacional; igual que este otro sujeto, Carlos Quintero, que también está sancionado y lleva años plegado a la cúpula gobernante. Este es el peor CNE que hemos tenido en la historia, ni con Jorge Rodríguez la fotografía era tan mala como la de hoy. Por eso quiero dejar muy claro que fue configurado con la finalidad de espantar el voto.

-¿Qué hay detrás de estas designaciones y por qué fueron pospuestas durante más de una semana?

-Yo creo que se estaban dando varias negociaciones en el Gobierno, tanto a lo interno como a lo externo. A lo interno tuvieron una gran discusión sobre quién puede asumir la Contraloría en sustitución de Elvis Amoroso. El conflicto se generó porque Diosdado Cabello hizo algunas exigencias allí, y se ha rumorado hasta la absurda idea de que Pedro Carreño pudiera ser el nuevo contralor. De muy buena fuente te confirmo que la pugna es grande y por eso hasta el momento de la sesión de la Asamblea oficialista los diputados miembros de la Comisión Electoral no conocían los nombres de los nuevos rectores. El tema se trató al más alto nivel del Gobierno: los hermanos Rodríguez, Diosdado Cabello, Cilia Flores, Maduro y muy pocos más.

-Ha surgido información sobre una negociación directa sobre el tema electoral entre Estados Unidos y el régimen venezolano, ¿tiene conocimiento de lo que pudieran estar acordando?

-Estamos claros de que hay negociaciones en paralelo entre la administración Biden y Maduro desde hace tiempo y no tengo duda de que estén esperando una nueva carantoña por parte de los americanos para tomar decisiones. Ojalá se produzca alguna carambola positiva con los estadounidenses, pero no soy muy optimista.

-¿Desmotivará la participación en la Primaria este nuevo CNE?

-Sí va a tener algún impacto, pero ojalá podamos lograr una elección robusta; estamos hablando de cinco mil mesas, que no es cualquier cosa. Nosotros, cuando estaba la discusión de si hacíamos la Primaria con o sin el CNE; decíamos que no era prudente descalificar al organismo electoral, porque después íbamos a tener que acudir a él. Con esto no quiero decir que debemos confiar en el CNE, pero debemos enfocarnos en construir una verdadera maquinaria electoral que cuide nuestros votos. Yo pude demostrar, con menos del 1%, que en Barinas no había ganado Argenis Chávez. Este ejemplo lo coloco porque es la exigencia que tenemos que hacer a nuestros cuadros.

-Para tener una elección robusta es fundamental que la organización y la logística de los centros de votación sea impecable, ¿ve eso posible?

-Quizás el problema va a estar en la localización de los puntos, más que en la cantidad de centros. Es decir, el principal reto es difundir dónde estarán los centros de votación, porque no es lo mismo decir que es en la escuela tal, a explicar que es en la casa de equis persona. Esperemos que de aquí a la fecha no le lleguen a tocar la puerta al dueño de esa casa para amenazarlo. Sabemos que eso puede pasar. El otro tema a resolver es la organización de los miembros de mesa, porque no veo que la gente vaya a sumarse abiertamente a ejercer este rol. Por lo general eso tienen que asumirlo las organizaciones políticas, que son las que tienen dolientes y capacidad de movilización a lo largo del país. Creo que ahí puede haber un escollo, pero lo importante es que a esta hora, y en líneas generales, la Primaria estaría montada.

-¿Por qué la competitividad entre los candidatos a la Primaria ha bajado tanto las últimas semanas?

-Lo atribuyo a temas de costos. Conseguir recursos en este momento es muy difícil y cualquier movilización en un estado o municipio del país, cuesta mucha plata. Cuando te pones a sumar lo que representa comprar gasolina, pagar movilización, etcétera para visitar tres o cuatro pueblos por semana, el costo es muy alto. Por eso pienso que aguantar el ritmo de campaña inicial está resultando inviable para todos, pero seguro que en el último mes se calienta más el proceso y los recorridos. Otro factor igual de importante, es el miedo que hay por parte de quienes nos prestan logística, hoy nadie quiere alquilar un camión de sonido o una tarima, porque saben que el Gobierno se lo puede confiscar. A las radios regionales se les complica vendernos espacios publicitarios, por temor a que las sancionen. Son dos elementos de mucho peso, pero te insistiría que el más influyente es el económico. Por cierto, tenemos que preguntarle al doctor Jesús María Casal si todos los candidatos ya pagaron lo que se estaba exigiendo para poder colaborar con el costo de la Primaria.

-¿Qué pasa si sale una sentencia del Tribunal Supremo de Justicia de Maduro y prohíbe la Primaria?

-Allí hay dos momentos diferentes, el primero es al salirle al paso a la sentencia; ahí hay que decirles que “no sean pendejos”, continuar con nuestro proceso y demostrar, de inmediato, solidaridad total con la comisión organizadora. No tendría sentido entregarnos a las primeras de cambio por una sentencia ilegal. El segundo momento es el complicado, porque es ver qué implica o con qué viene esa decisión y llamar a todos los que puedan estar en riesgo. Se debe tener una respuesta política, que no significa una guerra, sino un compromiso con la ciudadanía de que vamos a defender nuestro derecho a elegir.

-¿Y hay unidad para eso?

-Yo creo que para esa primera reacción sí la hay, porque lo hemos conversado. Luego sí podría haber una división entre los que van a querer acatar la sentencia, y quienes van continuar con la ruta establecida. Hay que esperar, para no planificar sobre supuestos.

-¿Cómo va la propuesta de la observación internacional para la Primaria?

-A eso solo le ha hecho caso públicamente Carlos Ocariz y Roberto Enríquez, pero debo tener una reunión en los próximos días con el presidente de la Comisión Nacional de Primaria, porque estamos a sesenta días de la elección y el régimen ya ha sacado sus cartas y va a empezar a montar ollas. La Primaria tiene muchas amenazas en simultáneo, como las sentencias del Tribunal Supremo de Maduro o la violencia de los grupos armados del oficialismo; y la mejor forma de proteger nuestro proceso es contando con observación internacional, no solamente durante el día de la votación, sino desde ya mismo. Hay quienes me dijeron que para que eso ocurra el Gobierno tiene que dejarlos entrar al país, pero es que impedirles el ingreso tiene un costo político. Para lograr el triunfo de Barinas fue fundamental contar con observadores. Sé que genera costos y habrá que buscar algún mecanismo de cooperación o financiamiento, pero es prioridad tener testigos de lo que pueda pasar aquí, tanto en la campaña electoral, como el día de la elección primaria.

-¿Cómo está su relación con los demás candidatos?

-Diría que buena. Yo he conversado con todos sin ningún tipo de complejos. Con Henrique Capriles me reuní, también con Andrés Caleca. Con Roberto Enríquez cantidad de veces…

-¿Y con María Corina Machado?

-Sí, claro, para intercambiar información y visiones sobre lo que se nos viene. Fue muy bueno. Yo entiendo su postura, porque cuando tienes una narrativa que te da resultado, no puedes abandonarla. El problema viene más adelante, cuando la realidad te toque la puerta. Nosotros estamos en una especie de centro, es decir, no estamos con ningún extremo; ni con el de la participación sí o sí, ni tampoco con el de las salidas locas a la calle o la abstención. Estoy seguro de que vamos a tener que tomar decisiones al calor de lo que vaya ocurriendo, pero hay que buscar la manera de obligar a estos tipos a someterse a una elección real.

-¿Hay posibilidades de unificar criterios sobre el tema de la sustitución de candidatos?

-Yo tengo ahí una opinión mixta, porque sí creo que debemos ejercer presión. Si yo gano la elección, claro que presiono para que me habiliten. Sería una pendejada no hacerlo. Pero si no lo logro, por lo menos mi acción ayudará a que lo mismo no le suceda otro. Es aumentar el costo político, para que quien quede pueda competir. Eso no significa prender el país por los cuatro costados o movilizar gente a Miraflores, sino tomar el nicho electoral. Lo que no puede pasarnos, es que llegue el momento donde no podamos avanzar más y no tengamos un plan de sucesión o un “Protocolo Barinas”, como le digo yo. Entiendo que no lo hagamos público, porque sería mostrarle las cartas al régimen para que nos joda, pero a lo interno hay que discutirlo, ¿o es que acaso no estamos en dictadura? Hay que actuar en consecuencia, y eso no es declinar, sino prepararnos, porque nuestro reto es presentar la opción que va a medirse con Maduro en 2024, y ganar. Demostrar que ganamos con millones de ciudadanos detrás. Si implosionamos esta opción antes, no llegaremos al hito, que es la elección.

-¿Le dio este argumento a María Corina Machado cuando hablaron?

-Sí, palabras más palabras menos. Ojalá haya gente en su equipo pensando en este tipo de cosas, porque el país no está para meterlo en una sola dirección. Debemos tener opciones siempre en función de un cambio político. La gente está detrás del cambio político y tenemos la responsabilidad de liderar todas las posibilidades, eso es lo que hace un gerente de la política. El Gobierno, para enredarnos más, nos puede tirar las elecciones municipales y regionales junto con la presidencial; y veremos golpes entre la misma oposición, porque no tenemos un mecanismo de toma de decisiones ni de selección para organizarnos y responder. Tal vez el gran parámetro sería la Primaria, por eso es que mi gran temor no es que se haga la Primaria y haya un millón de votos, porque para mí un millón de votos en dictadura es un coñazo; mi miedo es que no tengamos Primaria. Lo digo por qué, porque esta elección interna podría darnos el marco para ejecutar decisiones. La idea es que el ganador tenga un peso muy importante, pero que no sea un caudillo o caudilla que llegue a pasarle la planadora a todo el mundo, porque así no se gana.

-¿Por qué Juan Guaidó y Leopoldo López no hacen campaña pública por usted?

-Hay dos posiciones, la de Juan la entiendo y la acompaño. Se vería muy feo que él se parcialice por una candidatura, por el rol que jugó. Más bien, ojalá se reactivara porque tiene las relaciones necesarias para ser una voz internacional importante y denunciar lo que ocurre en Venezuela. Con Leopoldo tenemos la mejor de las relaciones, pero él tiene mucho tiempo apartado de la conducción interna del partido, por eso el año pasado pidió que fueran los de adentro quienes tomáramos las decisiones y dirigiéramos, porque cuando uno está afuera pierde el pulso de las cosas. Ciertamente, han existido reclamos de la dirigencia para que ambos se involucren más públicamente en nuestra campaña; pero en lo organizativo han estado presentes, sobre todo Leopoldo. No hay una confrontación a lo interno, eso ha sido una gran mentira; lo que sí veo de ellos es que se han vuelto más pesimistas con respecto al cambio político. Sin embargo, yo estoy satisfecho con lo que hemos avanzado, porque logramos levantar la moral de nuestros compañeros de partido y hemos podido conciliar posiciones con otros actores políticos que dicen “oye vale, con Superlano se puede hablar, hay una propuesta de Voluntad Popular”.

-¿Por qué hubo renuncias en Voluntad Popular?

-La única renuncia que hemos tenido desde que soy candidato, es la de David Smolansky, quien tenía años separado del partido. En 2021 dijo que no había que votar y con eso marcó distancia de la organización. Por cierto, no sé qué ha cambiado desde ese momento hasta hoy; más bien, creo que ahora estamos peor. Pero, insisto, ha sido la única desde que estoy con la candidatura. Antes, cuando se cayó el interinato, hubo algunas más, como el de Emilio Graterón. Lo que pasa es que cuando nos ocurre a nosotros se le da más volumen, pero la verdad es que no han sido de mayor relevancia.

-¿Y cómo ve el proceso de negociación de México?

-A ese proceso yo lo veo muerto. Parece que le están inyectando ya formol. Pienso que si México no presenta señales de vida en las próximas tres o cuatro semanas, hay que retirarse de manera formal. Porque no tiene sentido seguir haciéndole comparsa a los americanos y al Gobierno, si eso no va a aportar ningún resultado sustancial. No se justifica que a pesar de todas las amenazas y el andamiaje que viene montando el régimen para perjudicar la Primaria y la elección del año que viene, el proceso este callado y sin respuestas de nada. ¿Entonces para qué sirve estar ahí? Yo creo que los noruegos hoy deben estar hasta evaluando la posibilidad de marcar la milla.

-¿Para usted hay alguna diferencia entre lo que fue Hugo Chávez y lo que es hoy Nicolás Maduro?

-Sí la hay. Enormemente. Maduro es la represión, la crisis económica, la migración, la persecución; él se impone por la fuerza, no porque tenga liderazgo. Ese no fue el caso de Chávez, que sí tuvo un apoyo popular importante. Negar eso es ilógico. Su presidencia fue negativa para el país, pero su liderazgo es innegable. Esa diferencia se siente mucho en el ánimo del oficialismo; hoy la gente les cumple por razones clientelares, no por ideología, pues son muy pocos los resultados que pueden mostrar quienes dirigen la revolución, e ideológicamente no tienen ningún tipo de moral. Cuando uno logra hablar en privado con los cuadros de base de los partidos del régimen, ellos reconocen que esto no sirve para nada.

-¿Cómo está Arreaza en Barinas?

-Ese huevo sin sal no da pie con bola. Él tiene un problema muy difícil con los hermanos Chávez. Él ejerce como “protector” sin que lo hayan nombrado, por eso llega con los ministros y con la logística del Gobierno central; pero dentro del oficialismo tiene una muy ruda competencia política en el estado, porque toda la familia Chávez allá se ha colocado alrededor de Adán, quien retornó de su embajada en Cuba y ahora es el rector de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora. Un espacio con poca importancia, pero que le funciona para operar políticamente y no cederle espacio a Arreaza. Yo no sé si Maduro o Diosdado están peleados con los Chávez; pero los Chávez ganaron la elección interna y el Partido Socialista impuso a Arreaza, entonces creo que ahí hay una disputa interesantísima. Pero respondiendo a tu pregunta, es un tipo que no genera ningún arraigo, es frio, insípido y reacciona mal con la gente.

-¿Cuál es su opinión hoy con respecto al tema de las sanciones?

-Yo creo que cuando iniciaron tuvieron un propósito, que era quitarle maniobra a la dictadura y a algunos actores en particular. También contribuyeron con el objetivo de producir una negociación política con el régimen y eso se logró con México; pero, lamentablemente, ese proceso no ha producido mayores beneficios. Considero que sobre las sanciones hay que hablar con crudeza, porque no generaron los resultados esperados y pudieron haber ayudado a que ahora Maduro tenga una falsa narrativa para justificar todo su fracaso. Sin embargo, hay que esperar, porque aún estamos a tiempo de ver resultados de la negociación.

 -¿Y sobre las sanciones personales?

-Las sanciones personales creo que deben mantenerse porque en este país no hay ningún tipo de justicia, ni de Estado de Derecho. Aquí nadie tiene cómo defenderse de quienes tienen el poder, porque no hay institucionalidad. Además, hay varios señalados de cometer crímenes de lesa humanidad que no hacen nada para corregir sus actuaciones, sino todo lo contrario, buscan excusas y argumentos para continuar con los atropellos.

-¿Lo ocurrido en Cúcuta le ha generado algún peso en su candidatura a la Primaria?

-No, porque yo lo he dicho todo al respecto con mucha franqueza. Pero es una cobija que vengo arrastrando desde 2019 y ha sido duro para mí, no por los comentarios malintencionados, sino porque en ese hecho murió mi primo, que era un muchacho de treinta y cuatro años que estaba ahí solo porque le pedí el favor de llevarme un traje, para poder acompañar a Juan Guaidó a la gira que tuvo los días siguientes. Ese suceso no tiene misterio, lo que paso fue que después del concierto yo me fui a cenar con dos compañeros del partido que estaban de cumpleaños y de ahí nos fuimos a una especie de tasca que daba a la calle. Ahí mi primo y otro amigo se consiguieron a esas muchachas y querían salir los cuatro; pero como yo no tenía plata les pedí que antes me dejaran en el hotel; ellos aceptan y nos montamos en un taxi. Mi siguiente reacción consciente, fue en un hospital. Esa es la verdad, por eso la Fiscalía señaló que ahí hubo homicidio a Carlos Salinas y un intento de homicidio contra mi persona. Nos dieron a probar un sorbo del licor que ellas estaban tomando y todo se apagó. Entonces, yo asumí lo ocurrido con total transparencia tanto con mi familia, como con la gente. No tuve miedo a reaparecer públicamente nunca y puedo decir que conté con mucha solidaridad en todas partes. La mejor demostración fue lo que pasó en las elecciones regionales de 2021, creo que ahí quedó claro el apoyo y el respeto que tengo en mi estado.