Los internacionalistas Juan Francisco Contreras Arriechi y Elsa Cardozo destacan que el denominador común entre los países visitados por Nicolás Maduro en su gira por Eurasia es la producción de petróleo y que la cooperación tiende a enfrentar las sanciones impuestas al país por parte de la potencia norteamericana y la Unión Europea. Creen que la hegemonía de EEUU en América Latina ha mermado, pero no existe un contrapeso que permita que la región se presente con una agenda de desarrollo consensuado
Entre el 7 y el 18 de junio, Nicolás Maduro realizó una gira internacional que le llevó a visitar seis países de Eurasia, comenzando por Turquía y pasando por Azerbaiyán, Irán y Qatar, hasta llegar a Kuwait, e incluyendo a Argelia, ubicada en el continente africano. A pesar de que el mandatario aseguró que logró grandes alianzas que van a construir con el despegue de la economía nacional, el periplo apuntó más a lo geopolítico que a lo netamente económico, según aseguraron internacionalistas consultados por TalCual.
El gobernante venezolano arribó el 7 de junio a Ankara, la capital turca, donde suscribió acuerdos de cooperación en materia de ciencia, tecnología, agricultura, transporte, turismo, cultura y energía.
En Argelia se discutieron temas energéticos en el marco del impasse entre ese país africano y el Reino de España por el apoyo del país ibérico a la ocupación marroquí del Sahara Occidental; en Irán se buscó fortalecer la cooperación bilateral (incrementada por el respaldo de Irán a Venezuela para burlar las sanciones petroleras), con un esquema de ayuda en sectores como el energético, el militar, el agroalimentario y hasta el turístico.
En Kuwait, Maduro activó una comisión mixta para la cooperación en lo político, diplomático, petrolero y gasífero, además de fortalecer a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la OPEP+.
En Catar y Azerbaiyán se discutió el desarrollo de relaciones de amistad y cooperación. Con el país caucásico se acordó abrir una sede diplomática en Caracas y se anunció el otorgamiento de becas para que estudiantes venezolanos cursen estudios en esa nación.
A su regreso a Venezuela, Nicolás Maduro destacó la importancia de los países de Eurasia al asegurar que, en conjunto, serán los de mayor crecimiento económico este 2022, muy probablemente tomando en cuenta que principalmente China, y en menor medida India, naciones que no estuvieron incluidos en la gira, son los de mayor crecimiento en esa región.
En este marco de referencia, la internacionalista Layla Tajeldine aseguró en una entrevista en la televisora del Estado, que EEUU había perdido la hegemonía en la región debido a una política errónea por parte de la potencia norteamericana y ascendencia de China , y declaró que la gira de Nicolás Maduro es importante porque se podía elevar el valor del petróleo.
Todos los países visitados por Nicolás Maduro este mes de junio son, en alguna medida, productores de petróleo y varios de ellos son abiertamente antiestadounidenses.
Nicolás Maduro y Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, durante la firma de convenios binacionales
Turquía fue el 49° productor mundial de Petróleo en 2020 y sus relaciones con EEUU se han debilitado desde 2016. El país fue objeto de sanciones por parte de la potencia norteamericana a partir de 2020.
Es por ello que, más allá de los anuncios en materia de agricultura o turismo, la tournée del dignatario venezolano parece orientada al ámbito energético y a lograr aliados que le ayuden a burlar las sanciones de EEUU y la Unión Europea, o al menos a buscar presión ante las grandes potencias para que flexibilicen sus posturas frente el gobierno de Venezuela.
Es este aspecto que los internacionalistas Juan Francisco Contreras Arriechi y Elsa Cardozo destacan como fundamentales en la gira que culminó el pasado 18 de junio.
La Gira no dará una salida para Venezuela
El presidente del Colegio de Internacionalistas, Juan Francisco Contreras Arriechi, considera que el gobierno de Nicolás Maduro, con su más reciente gira, está priorizando alianzas de tipo político más que los económicos que puedan servir para que supere la crisis por la que atraviesa.
«Cuando uno revisa los países visitados, se da cuenta de lo muy distantes que están, por lo que exportar o importar de ellos o hacia ellos resulta muy difícil. El hilo conductor que uno podría establecer para la búsqueda de alianzas con Irán o Turquía sería el antinorteamericanismo. Son países que han apoyado a Venezuela en el tema de las sanciones, pero no porque sean provenezolanos sino por su postura frente a EEUU o la Unión Europea», explica Contreras Arriechi.
El internacionalista advierte que estos países tienen visiones, principios, intereses e idiomas muy distintos a los venezolanos por lo que no pareciera posible tener una alianza muy estrecha.
Asegura que los países de Eurasia tienen intereses específicos y a veces se unen a través de la idea de un enemigo común, haciéndose eco de la máxima que dice «el enemigo de mi enemigo es mi amigo».
«Es un elemento fundamental tener buenas relaciones con esos países, pero no se debe considerar que una alianza con ellos va a ser una salida para Venezuela», sostiene Contreras Arriechi.
Proyección internacional
La internacionalista e investigadora Elsa Cardozo estima que el objetivo del viaje de Nicolás Maduro es proyectar internacionalmente el discurso repetido a nivel nacional de que «Venezuela ya se arregló», que fue seguido por uno más moderado según el cual hay una recuperación paulatina del país.
«En esta gira (el gobernante) buscó normalizar su proyección internacional. El tema es presentarse como un presidente que puede viajar y que está desarrollando sus propios contactos desde su propia concepción de lo que conviene a Venezuela geopolíticamente», precisa la experta.
En su opinión, es propicio ese acercamiento por el tema petrolero, y resalta que es imposible no tener en cuenta que, de los seis países que visitó, cuatro son miembros de la OPEP y uno más lo fue hasta hace pocos años (Catar), por lo que existe una intención de buscar tener una caja de resonancia con países con los que comparte rol de productor petrolero, que aunque disminuido conserva Venezuela, y que está buscando apoyo para reactivarlo.
«Intenta presentar su viaje como el de un presidente que está normalizando la situación interior y la de sus relaciones externas y buscando esos contactos, ese denominador común del sector petrolero y buscando inversiones, dar garantías y seguridad para esos países inversores», asevera Elsa Cardozo.
Agrega que el mandatario venezolano busca inversiones en áreas como agricultura, turismo, ciencia y tecnología, pero que el tema es el petrolero y la recuperación de la capacidad de producción de crudo de Venezuela, aunque admite que puede haber temas más opacos que no figuran en la agenda oficial pero que puede referirse a mostrar socios con los que puede evadir las sanciones de EEUU.
Hegemonía en picada
Para Juan Francisco Contreras Arriechi, la hegemonía de EEUU está siendo amenazada, aunque destaca que la potencia norteamericana es la principal potencia militar y económica del mundo, aunque no la única.
«China es una economía que viene creciendo muchísimo y disputa esa hegemonía, pero a los países de Eurasia les falta mucho todavía, tienen una reducida potencialidad económica y evidentemente, aunque son países con los que se debe tener una buena relación, no se deben apostar todos los huevos en la canasta de esos países», advierte el internacionalista.
Resalta Contreras Arriechi que América Latina tiene una potencialidad importante para su desarrollo, pero que no se utiliza por una especie de «miopía ideológica», que se une a una carencia de visión global, lo que hace que no termine de despegar económicamente.
Desde la perspectiva del internacionalista, China tiene el interés de aprovechar las potencialidades de la región y tiene una presencia importante, sobre todo en países como Perú y Venezuela, pero en el caso de los países visitados por Nicolás Maduro durante su más reciente, el acercamiento se debe a una situación coyuntural que se presenta, pero no pareciera haber una posibilidad de tener una alianza estrecha.
A su vez, Elsa Cardozo estima que la posición de EEUU en el mundo se ha debilitado mucho a partir del gobierno de Donald Trump y cree que la propia Cumbre de las Américas es una muestra de ello, en vista de que la declaración final se refirió a un solo tema, importante, pero único, como fue el migratorio.
Sin embargo, cree que tampoco América latina presentó contrapropuestas concertadas y coordinadas que le presentaran como una región que busca una relación diferente con EEUU.
«El mensaje del fin de la hegemonía de EEUU es el mensaje del gobierno, un mensaje de que ya lo que importa es buscar vínculos por otro lado. Fue el discurso que llevó Alberto Fernández (presidente de Argentina) a la cumbre, donde habló de invitar a (Joe) Biden a participar en una cumbre de la Celac, que se unió al desafío de México, que fue más comedido porque tiene muchas relaciones que cuidar con EEUU, pero en cuanto a aprovechar el momento hubo un vacío gigantesco», expresa la investigadora.
Cardozo llamó la atención sobre que Nicolás Maduro no asistió al Foro de San Petersburgo, en el que estuvo presente el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en una de sus pocas apariciones públicas recientes, algo que, a su juicio demuestra que Rusia tiene otras prioridades.
Insiste en que en el discurso del gobernante venezolano sobre Eurasia hay una mescolanza de varias cosas. «Está el tema petrolero, que es el mínimo denominador común, quizás hubiera querido extenderlo a China y en su discurso probablemente tiene eso en mente, pero eso tiene sus bemoles, sus complicaciones, porque la relación con China sigue siendo mucho más pragmática mientras que con Rusia tiene más elementos claramente y explícitamente políticos».
En definitiva, estima que Nicolás Maduro buscó con la gira contar con su propio contrapeso internacional frente a lo que no deja de ser importante para el gobierno venezolano, como es la presión de Europa y EEUU para que el gobierno de Venezuela se siente a negociar sobre el tema electoral.