González Briceño: «un nuevo fracaso en el diálogo desanimaría a la población votante en Venezuela»

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«La oposición ha planteado en la negociación que quiere cambiar al régimen por la vía electoral, pero cómo lo va a hacer si ni siquiera está presionando por condiciones electorales, porque se cree un Consejo Nacional Electoral (CNE) independiente, porque se abra el Registro Electoral para que se inscriban al menos siete millones de venezolanos. Sin esa presión, los sectores que se hacen llamar Plataforma Unitaria no representan ningún peligro real para el chavismo», así lo considera el abogado y especialista en negociación, conflicto y pacificación, Humberto González Briceño.

Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA

A su criterio, el presidente, Nicolás Maduro, ha sido el gran beneficiado en este inicio de diálogo, porque la licencia que otorgó Estados Unidos para que la petrolera Chevron explote crudo venezolano y lo venda a ese país, corresponde al inicio de la flexibilización de las sanciones, y además un reconocimiento internacional del mandatario venezolano.

«Biden no sabe qué hacer con Venezuela y cree que levantando las sanciones e inyectando recursos, el gobierno de Maduro va a actuar de buena fe», enfatizó.

¿Qué opinión tiene sobre la reanudación de las negociaciones en México?

Considero que esto es la reedición de las mesas de negociación que auspició José Vicente Rangel, ya fallecido, en 2002 y 2003 después del golpe de Estado denominado «El Carmonazo». Siempre estas negociaciones le permiten al Estado chavista ganar tiempo. Tenemos que preguntarnos, ¿qué utilidad para los venezolanos tuvieron esas otras negociaciones? Porque siempre estas negociaciones ocurren dentro de lo que conviene al chavismo. Ellos son los que marcan la pauta. Estas negociaciones se habían paralizado porque ellos buscan la manera siempre de crear la expectativa de que algo puede cambiar por esa vía. Pero mientras la mano derecha dice que quiere cambio, en la mano izquierda hay personajes como Diosdado Cabello diciendo: vamos a negociar, pero nunca vamos a entregar el poder.

¿Cómo evalúa los dos acuerdos con los que se le da inicio a esta nueva negociación? Uno es la licencia de Chevron para explotar y vender a EE. UU. crudo venezolano.

Estamos frente a un engaño, esto es una burla que le están haciendo a los venezolanos tanto el Estado chavista como por parte de la «falsa oposición». La licencia que EE. UU. otorgó a Chevron no va a significar nada. Pdvsa está en quiebra, el chavismo necesita desesperadamente recursos, aunque ellos lograron burlar las sanciones internacionales vendiendo el crudo en barcos sin banderas. El supuesto bloqueo nunca operó. Pero este nuevo acuerdo lo que le va a permitir al Estado chavista son recursos que necesita para pagar sus actividades internas. Esto no se va a traducir en recuperar la industria petrolera.

El segundo acuerdo es la liberación de 3000 millones de dólares de activos para atender la emergencia humanitaria. ¿Puede haber corrupción con unos recursos que manejará la ONU?

Hasta ahora ni Gobierno ni oposición han explicado el mecanismo con el que serán manejados estos recursos. Pero lo que sí creo es que las Naciones Unidas no va a mandar a funcionarios en Venezuela para reparar los hospitales, para recuperar el sistema eléctrico nacional. Terminarán dándole esos recursos a quien está en el poder, que es el régimen de Maduro.

¿Por qué usted considera que en Venezuela hay una falsa oposición?

Porque una oposición verdadera tendría sentido histórico de oponerse al régimen político, no tratar de plegarse a él. Ellos quieren cambiar por la vía electoral, pero cómo se puede cambiar si ni siquiera han presionado para condiciones electorales. Si ellos aceptan un CNE que lo maneja el chavismo, si ni siquiera ahora quieren hablar de condiciones electorales en esa negociación, sino que simplemente pasan la página.

¿Usted es de los que creen que esa negociación no generará cambios positivos para el país?

Yo creo que en Venezuela se está viviendo una nueva etapa, esa donde hay una confrontación aparente, pero lo fundamental de la política se va a mantener sin cambios. No hay transparencia, no hay posibilidades de elecciones justas sin el cambio de los poderes públicos. Considero que si hay un nuevo fracaso en la negociación, eso desanimaría a mucha gente a ir a votar.

¿El objetivo de la oposición es simplemente reconocimiento?, ¿o que los dejen hacer unas primarias?

Lo que se trata acá es de establecer un nuevo status quo, donde hay una oposición que se opone dentro de los límites que el chavismo dice que se pueden oponer, más nada. Esta oposición a lo más que puede aspirar es a que el chavismo le reconozca algunas alcaldías, unas gobernaciones, algunos diputados seguramente en la Asamblea Nacional. ¿Ahora cambia esto lo fundamental de la política venezolana? Para nada.

Pero lo que ha dicho la oposición es que si logra la unidad y las primarias son para eso, ellos pueden obtener un triunfo electoral aun con el CNE actual, como lo hicieron en Barinas en enero de 2022. ¿No cree esto posible?

A mí no me engañan con ese cuento de que la oposición le ganó Barinas al Gobierno. No, el chavismo decidió entregar Barinas por razones de que le convenía internamente y porque el oficialismo necesita entregar gobernaciones para validarse a sí mismo. Entregaron Barinas y recuperaron otras gobernaciones. Y dentro de tres años recuperarán Barinas y entregarán otra cosa. Es una manera maquiavélica de manejar el poder, y eso es lo que tiene a mucha gente desanimada para votar.

¿Qué análisis hace del Gobierno en este momento?, ¿qué ha ganado Nicolás Maduro con esta nueva negociación en México?

Ha ganado reconocimiento internacional y eso ha sido una gran victoria para el Gobierno. Ese reconocimiento automáticamente lo ganó cuando EE. UU. extendió una licencia a Chevron para que explote y venda crudo venezolano. Hoy el Gobierno se da el lujo de tener relaciones normales con los norteamericanos, alianzas estratégicas con Rusia y con China, tiene una posición privilegiada en este momento. Pero también hay que tener claro que el gobierno de Maduro ha sido el más entregado a los intereses norteamericanos en la historia del chavismo. Porque ver cómo el oficialismo se arrodilla para que Chevron regrese a Venezuela y para que EE. UU. le compre petróleo al precio que sea, no importa que paguen a crédito, deja en evidencia el desespero de Maduro y la necesidad de obtener recursos para seguir manteniendo su poder.

¿Hay una transformación del Gobierno?

Si te vas a la calle te das cuenta que el chavismo como un movimiento político popular desapareció de Venezuela. O sea, quienes se proclaman furiosamente chavista son los que tienen alguna beca, algún dinero que reciben del Gobierno. Pero ese chavismo del pueblo desapareció. Ellos tienen el rechazo popular del 90% de los venezolanos, pero ¿cómo se mantienen en el poder?, porque lo sostienen la Fuerza Armada y los Poderes Públicos.

¿Cómo cataloga la política exterior de EE. UU. hacia Venezuela?, no sólo están flexibilizando sanciones a Pdvsa, también parte de la familia presidencial sancionados o condenados han sido indultados por Joe Biden y ahora hasta Camila Fabri, la esposa del empresario colombiano Álex Saab, integra la mesa de negociación.

EE. UU. toma decisiones con base en sus propios intereses. ¿Por qué ahorita el gobierno de Biden quiere normalizar las relaciones con el gobierno de Maduro?, porque necesita un proveedor confiable de petróleo frente a la crisis que hay en Ucrania y a los enfrentamientos que tiene EE. UU. con Rusia. EE. UU. prefiere hacerle concesiones al chavismo que tener que caer en esa situación de depender del alza y la baja de los precios del mercado petrolero.

¿Esto le ha traído costos políticos a Joe Biden?

Claro que sí y lo hemos visto, el voto hispano es muy sensible al tema Venezuela, y los venezolanos americanos que pueden votar en EE. UU., se han ido mayoritariamente con las opciones del partido Republicano, como una manera de rechazo, de repudio a una política que no llega a ninguna parte. Yo creo que EE. UU. ha desatendido el área de las Américas y ha manejado muy mal el tema de Venezuela, porque prácticamente la conclusión que hay es que EE. UU. no tiene una política frente a Venezuela.