¡HAY VICTORIAS QUE HUELEN A DERROTAS! La Columna del Guerrillero…Con los pies en la tierra (Aporrea)

0
148

Como están las cosas a muchos de los ganadores en las elecciones del 21N, no le agrada saber que tendrán que enfrentar las justificadas demandas de los electores que acudieron a votar en dicho proceso atraídos por las promesas tanto del gobierno como de la «oposición».

Ellos saben que tuvieron que acudir a las mismas promesas que se hicieron en las anteriores elecciones a gobernadores y alcaldes con la intención de despertar interés en muchos de los que todavía siguen creyendo en pajaritos preñados.

De acuerdo a cómo se manejaban las informaciones entre bastidores los resultados de estas elecciones estaban cantados, un poquito de gobernaciones y alcaldías para la «oposición» complaciente y el resto para el gobierno.

El tema de aquí en adelante para el gobierno es cómo convencer a ese 64 % que no acudió a votar, para que crea en la palabra de quienes siendo gobierno, no cumplieron con su palabra empeñada y que por esas cosas que tiene la política fueron reelectos muchos de ellos.

A partir de este momento se comienza a percibir en las palabras de Maduro un signo de preocupación, por aquello de que quien mucho promete poco cumple y es allí donde está el detalle de como lograr que la eficiencia de su gestión de gobierno comience a desmontar la desconfianza y el desaliento que espanto a los electores de los centro de votación, en buena parte gente del chavismo que no voto por los candidatos del presidente, asunto que necesita ser tratado con sapiensas porque la próxima elección no es de gobernadores y alcaldes, es nada menos donde estará en juego su reelección para presidente-

Por lo tanto corresponde a los nuevos gobernadores y alcaldes producir cambios verdaderos que se reflejen en el bienestar de la gente porque de lo contrario se acentuara el malestar que viene arrastrando la población producto del abandono en que han caído los servicios públicos y la errada y costosísima política económica del gobierno y las andanzas irresponsables de una parranda de delincuentes políticos que arrasaron con los bienes y dineros que tenia la nación en el exterior. Algo así como lo están haciendo con los precios los comerciantes de la nueva «burguesía revolucionaria» dignos representantes del dólar, la moneda extranjera que acabo con nuestro signo monetario.

El despojo que hacen dichos comerciantes del pobre sustento de la familia venezolana y de la clase trabajadora es un crinen de lessa humanidad.

Panorama nada fácil de manejar por los personajes que acompañan el proyecto político de Maduro, a quien nadie puede criticar que le quiera dar un sello personal a su gestión de gobierno para apalancar su imagen sin la sombra de su benefactor el comandante Chávez

Proceso de deslinde que se nota en los actos donde se pone de manifiesto el abandono de los proyectos que venía impulsando el comandante que despuntaron con mucho acierto y de gran aceptación en las filas del chavismo y buena parte de la población-

Esta situación tiene impactado a los gobernadores y alcaldes que sienten el peso de sus nuevas responsabilidades, aparte de las arengas del presidente pidiendo eficiencia y respuestas concretas a los problemas del pueblo de a pie, toda vez que si por esa causa las cosas se agudizan, la aspiración reeleccionista de Maduro, se pone en pico e zamuro.

El grueso de la población ya no aguanta más el carrusel de de promesas incumplidas.

Soberano riesgo representa para Maduro haber ganado estas elecciones ya que en las mismas hubo una expresión de rechazo a su gestión producto del cúmulo de factores adversos que ha soportado esta población durante sus 2 mandatos.

En cada elección hay un rosario de promesas, que al pasar las mismas se olvidan por parte de los gobernadores y alcaldes electos, pero a quien no se le olvidan es a ese pueblo, que siempre los espera en la bajadita para pedirle cuenta. En consecuencia vuelvo a afirmar «»Una victoria mal administrada se puede convertir en una derrota» y una derrota bien administrada se puede convertir en una victoria»

La Columna del Guerrillero

Por: Hernán Urbina 

Fuente: Aporrea