HOSPITALES PEDIÁTRICOS EN EMERGENCIA: Una radiografía de la crisis en Venezuela

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Ascensores que no funcionan, áreas deterioradas, servicio de agua inexistente, renuncia de personal y falta de insumos, son parte del escenario que atraviesan las unidades pediátricas en los hospitales de Venezuela.

Por Provea

En Caracas hay dos hospitales conocidos que alguna vez llegaron a ser referencia, y hoy, son la radiografía de lo que ocurre en gran parte del país: Ambos, sumergidos en el colapso del sistema sanitario venezolano, lo que para un niño, niña y adolescente (NNA) representa un riesgo de vida y salud. En un país con un contexto de crisis económica, que no permite a todas las personas acceder a medicinas o atención en una clínica privada.

El Hospital de Niños Dr. José Manuel de los Ríos (J. M.) en la avenida Vollmer y El Pediátrico Luisa Cáceres de Arismendi, ubicado en el complejo hospitalario Dr. José Ignacio Baldó, conocido como El Algodonal, en Antímano, son dos casos con algo en común: El deterioro y la falta de insumos, una situación que no mejora y hace más complicada la vida de los jóvenes con enfermedades crónicas.

En el abandono y sin trasplantes: J. M. de los Ríos

“Cuando alguien muere pienso que seré el próximo”, fue una de las frases que usó en 2021 uno de los jóvenes del J.M de los Ríos, paciente de la unidad de Hemodiálisis, que participó en una audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para relatar la cruda realidad que vive un paciente a la espera de un trasplante, además de la falta de insumos. La audiencia fue en junio. Para diciembre de 2021 y hasta el último día de ese año los niños seguían muriendo sin respuestas contundentes de las autoridades.

Sebastián Morillo de 15 años pertenecía al servicio de Hematología y falleció el 31 de diciembre de 2021. Perdió la vida esperando un trasplante de médula ósea.

Los menores culminaron el 2021 muriendo y empezaron el 2022 bajo las mismas condiciones

Juan Morales de 17 años, era del Servicio de Nefrología y murió el 7 de enero de 2022 necesitando un trasplante de riñón.

La esperanza de los niños, niñas y adolescentes se mantiene presente a pesar de las circunstancias. Las madres denuncian constantemente “la mala dirección del hospital” y entre la desesperación no dejan de pedir al Estado que cumpla como garante del derecho a la salud.

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