Humberto Calderón Berti: “Tener una Pdvsa similar a la que tuvimos antes de Chávez será prácticamente imposible”

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El expresidente de Petróleos de Venezuela y exministro de Energía y Minas afirmó que un posible levantamiento de las sanciones no se traduce en un apoyo a Nicolás Maduro. Dijo que este asunto debe analizarse con sentido de Estado porque a la oposición le convendría, en caso de participar en las elecciones presidenciales de 2024 y de resultar victoriosa, no conseguir la industria petrolera en las condiciones precarias en las que se encuentra

Por Luis De Jesús | @Luisdejesus_ El Nacional

Humberto Calderón Berti, expresidente de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), indicó que será prácticamente imposible que la petrolera estatal recupere los niveles de producción que tenía antes de que Hugo Chávez llegara al poder. Afirmó que el país no está en condiciones de suplir crudo en cantidades importantes en el mercado internacional debido a las actuales condiciones de precariedad de la industria.

El experto en materia petrolera indicó, en una conversación con El Nacional desde Madrid, que en cinco años la producción podría llegar a los 3.000.000 de barriles por día, pero para que eso suceda, resaltó, se necesitará una inversión de 100.000 millones de dólares, además de la participación mayoritaria de inversionistas privados extranjeros y nacionales.

Berti, exministro de Energía y Minas y y exministro de Relaciones Exteriores, cuestionó que Pdvsa esté manejada por personal no capacitado en todos sus niveles, que además hay una inusitada corrupción en los mandos de la empresa y una carencia absoluta del mantenimiento de las instalaciones. Aseguró que Chávez sustituyó la mano de obra calificada, de alrededor de 20.000 trabajadores, por personal chino, ruso e iraní que no tuvieron la capacidad de mantener la producción o de aumentarla porque el propósito, manifestó, era traer actores políticos al tablero venezolano.

—¿Cómo observa la industria petrolera de Venezuela? Se habla de la recuperación de la producción, pero cuando se compraran los datos oficiales con los de la OPEP se sugiere un escenario totalmente distinto.

—Los hechos están a la vista. Venezuela, cuando Chávez llegó al poder, estaba produciendo 3.300.000 barriles por día. Actualmente debe estar cerca de los 600.000 barriles, porque las cifras no son confiables y tampoco se hace mucho énfasis en eso. La producción cayó, y lo hizo dramáticamente por varias razones. La primera y más importante fue la destitución de más de 20.000 personas de Pdvsa hace 20 años. Eso trajo como consecuencia una descapitalización humana muy grande, de ejecutivos, gerentes, técnicos y personal especializado, que eran fundamentales para el mantenimiento de las operaciones. En segundo lugar, por el haber prescindido del apoyo de las petroleras que habían acudido a Venezuela después de la apertura, que fueron ConocoPhillips y Exxon Mobil, empresas básicamente de origen estadounidense acosadas y obligadas por el régimen. Eso hizo que se fueran de Venezuela. Eso también significó una caída en la producción importante, significativa. Y, por otra parte, ha habido un problema serio en la improvisación en el manejo de la empresa. Hay personal no capacitado, gente que no tenía ninguna experiencia, ningún conocimiento. Los pusieron a manejar la industria, desde los más altos niveles hacia niveles gerenciales y niveles regionales, todo eso acompañado de otros factores como ha sido una inusitada corrupción en todos los mandos de la industria. Ha habido una corrupción desatada y también una carencia absoluta de planes de mantenimiento y protección de las instalaciones. Las instalaciones de producción han sido desmanteladas, canibalizadas, desde cosas tan elementales como líneas de producción, de flujo, estaciones de recolección, plantas de compresión de gas, de agua, y múltiples cantidades de instalaciones petroleras han sido vandalizadas y eso ocurre también a nivel del lago de Maracaibo, y todo el apoyo logístico que había para el soporte de las actividades fue totalmente desmantelado cuando incautaron las empresas, un apoyo que es fundamental para el sostenimiento de las operaciones. Todo eso ha conllevado a que la industria petrolera haya caído dramáticamente en la producción. Y si nos vamos a las refinerías, son instalaciones que requieren de un mantenimiento muy estricto preventivo —no correctivo, después de que ocurren los accidentes— esa es la única forma con la que se evita que ocurran los accidentes, que ahora son frecuentes. Y la falta de mantenimiento preventivo ha hecho que las refinerías también adolezcan de las mismas fallas que tiene el resto de las instalaciones. Ha habido gran cantidad de accidentes y la capacidad ha disminuido de una manera notable. En estos momentos estarán quizá refinando 100.000 o 150.000 barriles por día. Las refinerías están en muy mal estado, precisamente por ese descuido generalizado de los planes de mantenimiento y conservación de las instalaciones, y ha traído como consecuencia lo que estamos viviendo en estos momentos: que Venezuela está produciendo la quinta parte de lo que producía anteriormente.

—Maduro aseguró con mucho entusiasmo que Venezuela producirá 2.000.000 de barriles de petróleo diarios. Esto lo dijo días después de la reunión con delegados del gobierno de Estados Unidos. ¿Es posible?

—No le han puesto plazos a las cosas. Se dicen 2.000.000. ¿Cuándo? ¿En cuánto tiempo? Lo que sí es cierto es que la capacidad de producción de Venezuela puede aumentarse de 200.000 a 300.000 barriles por día, en relativamente corto plazo, me refiero a ocho meses o un año, pero eso requiere de inversiones importantísimas, de 3.000 millones de dólares por la medida chiquita. Pero para que haya un real crecimiento de la producción se requieren muchas cosas, aparte del levantamiento de las sanciones, se requiere que haya condiciones legales que lo permitan. Habrá que aprobar una nueva ley de hidrocarburos que garantice la mayoría accionaria de los inversionistas privados, extranjeros y nacionales, que deseen participar en toda la cadena de valor porque, de lo contrario, no hay seguridad. No solamente es una cuestión legal, sino de que haya la seguridad de que las cosas van a cambiar. Habrá que tirar al cajón de los recuerdos o al cajón de la basura todas las cosas que se han dicho todos estos años al hacer un cambio dramático en la conducción de la industria petrolera venezolana. Porque la gente no solamente se guía por las leyes, tiene que ver que hay realmente una conducción profesional del sector petrolero. Y me estoy refiriendo no a Pdvsa, porque está muy dañada, habrá que hacer un esfuerzo para recuperar lo que sea recuperable, pero tener una Pdvsa similar a la que tuvimos antes de la llegada de Chávez será prácticamente imposible. Entonces, hay que abrir las puertas del país a la inversión privada, tanto extranjera como nacional. Venezuela ofrece un cúmulo de oportunidades en campos pequeños en el oriente y en el mismo lago de Maracaibo que no requieren de grandes capitales ni de grandes recursos tecnológicos que perfectamente pudieran ser operados por grupos venezolanos, que están en todas partes del mundo y que han demostrado ser muy competentes; y eso requeriría levantarles el veto que existe para que los venezolanos que estaban antes en Pdvsa participen en la actividad de la industria. No me refiero a Petróleos de Venezuela, porque la mayoría de la gente, por no decir todos, no va a querer regresar. Lo que creo es que estarían dispuestos a trabajar en empresas privadas que no tengan control por parte de Pdvsa.

—Se ha hablado de que Estados Unidos y Venezuela discutieron un posible levantamiento progresivo de las sanciones. Incluso parece que Pdvsa comenzó a prepararse para cuando eso ocurra.

—No conozco la profundidad de las conversaciones que hubo entre funcionarios estadounidenses y el régimen venezolano, pero, en todo caso, hay cuestiones de fondo. El tema central de todo esto radica en que haya en Venezuela una nueva administración. No creo que con esta administración sea posible lograr lo que se pretende lograr, pero, en todo caso, el levantamiento de las sanciones no debería ser una cosa gratuita. No hay almuerzo gratis, como se dice. Han cambiado tantas cosas importantísimas que hay que considerar en cualquier momento: la situación de los presos políticos, civiles y militares, la situación de los exiliados, de los refugiados, que son millones y que pudieran regresar a Venezuela si las condiciones se las permitieran, y otros que por razones políticas no pueden regresar. La situación que los que están dentro del país, pero que tienen prohibición de salida, que son muchos, una legislación de hidrocarburos moderna y, al propio tiempo, el levantamiento del veto a los exfuncionarios de Pdvsa que tienen una prohibición que no les permite trabajar en estos momentos. Esas son condiciones sine qua non y fundamentales para que todo esto se produzca.

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