Impacto de la pandemia en la salud mental de los niños, niñas y adolescentes ha sido “devastador”

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La salud mental de los más jóvenes en Venezuela está seriamente comprometida, en el primer trimestre de 2021 se han casi duplicado las solicitudes de atención psicosocial a Cecodap.

TalCual

El pronóstico de expertos sobre el impacto de la pandemia en la salud mental de niños, niñas y adolescentes en el contexto de un país en crisis como es el caso de Venezuela lamentablemente no estuvo errado.

Como “devastadora” cataloga Abel Saraiba psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap, la situación mental de los más pequeños y vulnerables en el país.

Este martes 4 de mayo Cecodap presentó su informe “Somos noticia: capítulo salud mental” en el que se refleja cómo fue el año 2020 en el servicio de atención psicosocial de esta organización, encargada de velar por los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes, así como de prevenir la violencia y promover el buen trato a la niñez.

Durante todo el 2020 Cecodap brindó atención a 3.516 personas, enfocados en los más jóvenes. La mayoría de las consultas se produjeron por petición de las madres, pero al menos un 34% de las solicitudes de terapia fueron realizadas por los mismos pacientes, quienes solicitaron de manera privada e individual el servicio de atención psicológica.

En un contexto de pandemia y ante la imposibilidad de brindar atención presencial, Cecodap se reinventó y cambió los métodos tradicionales de atención para adecuarse a las necesidades de las personas. Se desarrolló un esquema de atención para los 365 días del año.

El 66% de los pacientes atendidos por esta organización fueron niños, niñas y adolescentes, mientras que el otro 34% fueron padres, madres, abuelas y cuidadores, todos parte del entorno de los más vulnerables.

En el 57% de los casos la atención estuvo dirigida a mujeres, mientras que el 43% se identificó con el género masculino, lo que demuestra que, aunque las mujeres son más vulnerables ante diversos escenarios, se ha presentado una creciente necesidad de los hombres en buscar atención, aun cuando en el país se ha desarrollado una tendencia a no buscar ayuda, en especial de los hombres.

Por primera vez Cecodap logró brindar asistencia psicosocial a personas en los 23 estados del país y el Distrito Capital, lo que catalogaron como “imposible” en el contexto previo a la pandemia. Los estados donde hubo la mayor cantidad de solicitudes de atención fueron: Miranda, Aragua, Carabobo y Caracas.

La crisis de salud mental generada por la covid-19 comenzó a evidenciarse a partir de julio, cuando el crecimiento de número de solicitudes de consulta fue exponencial, alcanzando hasta 105 peticiones por mes.

Los motivos más comunes de consultas fueron:

El 39% de los casos fue por alteraciones del estado del ánimo: cuadros con orden de ansiedad, depresión y dentro de este paragua están rasgos de suicidio.
14% El conflicto en el grupo familiar.
14% comportamientos disruptivos en el hogar, padres reportan que el niño se está portando mal.
12% violencia.
6% migración.
Ansiedad y depresión
Fue en el segundo semestre del 2020 cuando las alteraciones del estado de ánimo aumentaron significativamente, pasando del 29% durante los primeros seis meses del año a ser el 44% de los motivos de consulta a partir de julio.

“Prácticamente se duplicó la cantidad de casos de niños, niñas y adolescentes afectados por ansiedad y depresión” detalla Saraiba.

De el total de estas consultas, 19% de los casos la depresión estuvo marcada como episodios únicos o recurrentes.
El 16% de los casos presentaba ansiedad, que puede presentarse como ansiedad generalizada, pánico, fobia específica o mutismo.
El 13% presentaba irritabilidad y explosión de rabia.
El 13% presentó sentimiento de llanto frecuente o tristeza.
El 12% presentó un proceso de duelo.
El 6% presentó ansiedad mixta combinada con depresión.
En un 21,24% de las consultas por alteraciones de ánimo los pacientes presentaron ideación y riesgo suicida. La ideación suicida puede presentarse de dos formas, una estructurada y la otra no estructurada. La primera es cuando la persona piensa que quiere acabar con su vida, tiene planes y ha pensado cómo realizarlo, en la segunda la persona tiene pensamientos recurrentes, pero no ha pensado cómo hacerlo.

Para el psicólogo Abel Saraiba es fundamental que los niños, niñas y adolescentes cuenten con la atención adecuada en los momentos oportunos, “nosotros en Cecodap no tenemos casos donde estos riesgos de suicidio se hayan materializado, lo que refleja que la atención oportuna” puede servir como muro de contención para los pacientes.

“A partir de marzo se produce un pico que se cristaliza en el mes de abril, donde la familia ve el impacto de la pandemia, la gente empieza a adaptarse, pero rápidamente empieza un aumento hasta dramático sobre los meses de septiembre y octubre”, detalla.

La violencia entra por casa
El 12% de las consultas de Cecodap se debieron a casos de violencia, que está dividida en subcategorías. Del total de pacientes en el 34% de los casos se produjeron por violencia sexual, y aunque desde esta organización tienen los derechos de los niños como foco, no fue su fuerte siempre la atención de estos casos, considerando que desde la creación de Cecodap, en el país ya existían organizaciones serias y responsables destinadas a la atención de este problema de forma especializada.

Saraiba subraya que la mayoría de las consultas por violencia sexual emergen en el contexto de citas terapéuticas a las que asisten los pacientes por otros problemas.

Es frecuente saber que la violencia en su mayoría está basada en el género, pues cerca de un 43% de las situaciones de violencia afectan principalmente a las mujeres, esto sumado a las denuncias de organizaciones que reflejan que durante el confinamiento obligatorio generado por la pandemia, las víctimas han pasado a convivir en su totalidad con sus agresores.

Mientras que en el 19% de los casos las personas fueron a consulta por violencia intrafamiliar, en el caso especifico de niños y adolescentes, “el hecho de que la escuela esté cerrada físicamente representa una gran amenaza para la salud mental de niños y adolescente, porque ella por sus características es un espacio natural de protección”.

En su informe “Somos Noticia: capítulo Salud Mental”, detalla que a pesar de estar alejados de las aulas de clases, los más pequeños continúan siendo víctimas de acoso escolar, ahora de manera virtual que se realiza a través de distintas plataformas.

Asimismo, en el 18% de los casos los niños son víctimas de castigo físico y humillantes. Además, se transmite un mensaje de “yo te quiero porque te pego, yo puedo infligirte un daño y es por tu bien”, es por eso que desde Cecodap insisten en promover el buen trato a la niñez.

La principal razón por la que los niños son castigados físicamente es por su comportamiento en el hogar.

Algo que llama mucho la atención es que los niños que sufren de alteraciones del estado de ánimo que derivan ansiedad o depresión, son víctimas de violencia, y es que muchos padres y madres pueden pensar que el desgano, la apatía y sus conductas son desafíos a sus cuidadores, cuando “esto puede estar enmarcado en un contexto de problemas emocionales”.

“La depresión y la ansiedad no se curan con correa, sino que se refuerzan los sentimientos de minusvalía, estas son cadenas en ciclos, padres violentos con hijos, hermanos, esto lo que hace es perpetrar un círculo de violencia.

En el 3% de los casos de violencia derivaron de violaciones a los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, que han tenido que sufrir la detención de sus padres por razones políticas, han sido testigos de la ejecución extrajudicial de sus seres queridos.

La niñez dejada atrás
Desde hace varios años Venezuela ha comenzado a vivir un ciclo migratorio nunca antes visto, un proceso de huida marcado por el dolor.

La niñez dejada atrás representó un 6% del total de consultas de atención que brindó Cecodap durante el 2020. Esto sigue siendo un grave problema que afecta a la sociedad venezolana. Estiman que más de 839 mil niños en el país pueden estar afectados por la migración de sus padres, quienes los dejaron a cargo de sus abuelos, abuelas, familiares o incluso terceros.

Menos de 4,2% de toda esta población infantil víctima de migración recibe algún tipo de atención psicosocial, las familias que están atravesando este tipo de proceso no identifican como prioridad este soporte emocional para los niños, niñas y adolescentes, que quedan en un estado de vulnerabilidad.

En el caso de la niñez dejada atrás, el 6% de todas las consultas que atendió Cecodap, los niños migraron para reencontrarse con sus familiares. “Aún con las fronteras cerradas, con riesgo de pandemia, sin acceso suficiente a documentos de identidad que permitan registrar estatus migratorio al país donde residen, los venezolanos han seguido migrando”, subraya Saraiba.

2021 un panorama oscuro
Entre enero y marzo de 2021, desde Cecodap han reconocido los siguientes hallazgos, la atención a distancia continúa porque la pandemia no ha frenado.

Hasta ahora la organización ha recibido 322 solicitudes de citas, lo que advierte un poco el panorama para este año, que hasta ahora acumula casi la mitad del total de peticiones de todo el 2020.

El 60% de los solicitantes son niñas y mujeres. El 48% de los casos atendidos hasta ahora han sido por alteraciones del estado de ánimo, lo que demuestra que ya casi el 50% de los casos presentados se deben a esta situación.

Asimismo, se ha incrementado la ideación suicida en un 25,93%, así como el uso de castigo físico y humillante. “La salud mental de los niños sigue agravando el panorama no pinta alentador”, advierte Abel Saraiba psicólogo de Cecodap.