Inauguró el Sambil de La Candelaria, un titán que proyecta los contrastes de Caracas

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Unos 40 establecimientos comerciales se activaron en la primera etapa de apertura del Sambil de La Candelaria. Constructora Sambil afirma que la inauguración oficial, con los espacios habilitados en un 100%, se llevará a cabo el 28 de mayo de 2023. Hay vecinos preocupados por las consecuencias que provoque un centro comercial de gran magnitud en la zona

Brian Contreras| TalCual

Frente al caos de la congestionada avenida Vollmer, entre calles con pavimento resquebrajado y poca iluminación, este miércoles 30 de noviembre abrió sus puertas de manera oficial el Sambil de La Candelaria, una colosal edificación que ansía convertirse en la meca del comercio de una de las zonas con más actividad comercial en el centro de Caracas.

Para las 10:00 am, una larga fila de personas se extendía desde la entrada principal de la edificación. Los directivos de Constructora Sambil dieron la bienvenida a los interesados y subieron por primera vez la Santamaría del centro comercial.

Uno de los directores de la compañía, Alfredo Cohen, explicó en la apertura que este acto era apenas un primer paso que antecedería a una inauguración completa programada para el próximo 28 de mayo, pues muchos de los operadores de los espacios habilitados por el Sambil no están preparados para iniciar aún. Fueron 40 los establecimientos operativos durante este primer día de actividades.

Otro de los directivos de Constructora Sambil, Ricardo Cohen, declaró a TalCual que, a pesar de que el centro comercial se encuentra habilitado en un 100%, los locatarios que reservaron sus espacios todavía tienen trabajo por hacer. En los próximos días, hasta el fin de semana, se prevé la activación de al menos otra docena de establecimientos y se espera alcanzar los 80 previstos para la apertura en las próximas semanas.

«El centro comercial está listo en un 100% por nuestra parte. Estamos esperando que los operadores, que son nuestros aliados, que han creído en nosotros, terminen sus remodelaciones y puesta en marcha del comercio», explicó.

El flujo principal de actividad comercial en este primer día se registró en el primer nivel, cerca de la entrada. Los visitantes se aglomeraron en los establecimientos de marcas consolidadas como Farmatodo, Canguro, Apolo, Palacio del Blumer y Perfumes Factory, las cuales llevaron a cabo actos inaugurales con eventos y regalos para los presentes.

Pisos más arriba, el panorama era distinto. Con la excepción de algunos comercios habilitados en la plaza central, los espacios se encontraban desocupados, con cintas o pancartas que impedían el paso e instruían que para la inauguración del 28 de mayo esos espacios estarían ocupados y operativos.

El centro comercial, ambivalente entre estos espacios ya operativos y otros en vías de adecuación, reflejaba también la naturaleza de las visitas que recibió a lo largo del día. Por una parte, ciudadanos interesados en gastar dinero en los comercios abiertos; por otra, visitantes que veían con curiosidad y abandonaban la edificación a los pocos minutos con cara de decepción.

Reactivación desigual
Las desigualdades evidenciadas en este espacio de 21.600 metros cuadrados se proyectan hacia toda la zona. Así lo dejó ver Ivar Chacón, un vecino de la comunidad que manifiesta tener «sentimientos encontrados» ante la inauguración del centro comercial. Si bien cree que beneficiará la economía de la ciudad y generará empleo, también remarca que podría afectar la calidad de vida de los residentes de La Candelaria y que esa activación comercial dentro del edificio no corresponde con la realidad de las calles adyacentes.

«Por una parte, la reapertura la veo muy positiva y creo que será a favor de toda la comunidad, de la ciudad e incluso el país. Se ve muy avasallante. Por otro lado, se ve como una contraparte de lo que realmente vivimos. Vengo de un lugar en el que veo destruidas las calles, no hay aceras, no hay alumbrado, las camionetas son un desastre, no hay semáforos ni seguridad; luego llegas al Sambil y te impresiona», razonó.

Como habitante de la zona, teme que una estructura tan demandante en cuanto a servicios públicos pueda perjudicar la prestación de servicios en su edificio, a apenas una cuadra de distancia. La experiencia con otra edificación importante, el hotel Waldorf, le ha traído problemas en los últimos años.

«Como vecino, siento que puede ser hasta negativo. Vengo padeciendo desde que está el hotel Waldorf, es un hotel excelente de 5 estrellas, pero me deterioraron mi calidad de vida. No tengo agua y la luz me falla todo el tiempo. Los servicios son patéticos. Ahora que tenemos este monstruo ¿Qué va a pasar con la electricidad y el agua en mi vida cotidiana? Tengo mis dudas», manifestó.

Además, Chacón asomaba otra preocupación que tiene que ver con la actividad comercial en los alrededores. Teme que un flujo mayor de personas dispuestas a gastar dinero en la zona provoque un incremento de precios en los comercios adyacentes al centro comercial.

El temor de Chacón no nace de la nada. Este proceso es común en otros países, se denomina «gentrificación» y se produce cuando un espacio urbano económicamente deprimido sufre una transformación con la aparición de empresas y dinámicas comerciales a las que solo pueden acceder personas con mejores ingresos, marginando a los comerciantes y habitantes de la zona.

«Va a venir mucha gente para acá quizás a quitarnos las pocas cosas buenas que tenemos. Mucha gente que tiene como sustentarse, no le importa venir al centro comercial a gastar dinero, pero hay muchos que vienen solo a mirar, irán a los alrededores a comprar en los comercios de la zona y estos van a subir sus precios. Mientras tanto, los ingresos y la economía siguen igual. Es una burbuja. No es la realidad que tenemos», resaltó.

El Sambil de La Candelaria es solo una muestra de lo que ha ocurrido a gran escala en todo el país, con una reactivación comercial que dinamiza la economía, pero no establece una base de crecimiento sustentable, ya que el comercio no genera los suficientes empleos, ni la producción de bienes y servicios para que la economía desarrolle un efecto multiplicador.

Esta tendencia, aunque pueda traer ciertos beneficios a la economía, también hace más evidentes las desigualdades al garantizar oportunidades solo para un porcentaje diminuto de la población. Así lo evidenció la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) aplicada por la Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello (IIES-UCAB) este año.

Locales y trabajadores expectantes
Con o sin desigualdad, las empresas involucradas en el proyecto del Sambil de La Candelaria esperan lo mejor para las próximas semanas, tras las importantes inversiones hechas en los últimos meses.

Las inversiones no vienen únicamente por parte de grandes empresas asentadas en el país desde hace décadas. También hay marcas nuevas que intentan hacerse un lugar, como es el caso de Pippa Cote, un establecimiento de ropa de damas y niños administrado por María Fernanda Chataing, quien relató a TalCual la experiencia de su llegada al Sambil.

«Apenas nos enteramos de que la comercialización estaba abierta, nos activamos. Hicimos varias visitas al centro comercial y terminamos apostando por ubicarnos con dos locales en dos de las plazas centrales. Firmamos inmediatamente y apenas terminamos el proyecto, empezamos con el trabajo fuerte, durante mes y medio», detalló.

Locales del Sambil de La Candelaria

Chataing quedó gratamente impresionada con la receptividad de la comunidad en esas primeras horas, pues recibió muchos clientes y concretó algunas compras incluso antes de abrir oficialmente el establecimiento.

Ricardo Cohen comentaba que la asistencia registrada con la apertura fue completamente orgánica, puesto que Constructora Sambil no hizo ningún esfuerzo por hacer publicidad en torno a esta primera apertura.

En ese abundante flujo de personas que se acercaron al centro comercial, no todos curiosos o potenciales clientes. En muchos casos, se trataba de personas que buscaban empleo con la esperanza de que algunos de los locales que apenas están empezando los recibieran con los brazos abiertos.

*Lea también: Cepal y OIT: la recuperación del empleo en Latinoamérica es «incompleta y desigual»

Todos los encargados de locales que hablaron con TalCual indicaron que recibieron mucho interés sobre oportunidades laborales en sus comercios. Aunque la mayoría ya había cumplido con la tarea del proceso de contratación, establecimientos como Canguro confesó tener vacantes y estar evaluando hojas de vida.

Cohen instó a todos los interesados en buscar trabajo a visitar el centro comercial y tocar las puertas. «Estoy seguro de que hay muchos operadores buscando gente para trabajar, y el venezolano es muy trabajador, así que vamos a tener respuestas en ese sentido», resaltó.

¿Qué hay en el Sambil de La Candelaria?
El centro comercial consta de siete niveles: Río, Andrés Bello, Miranda, Galería, Paseo, Superior y Gourmet.
Los establecimientos operativos se ubican especialmente en los primeros tres pisos. En los superiores —con excepción del Gourmet—, hay muchos espacios vacíos, reservados para los más de 300 comercios que se irán instalando en el transcurso de los próximos seis meses.
El área gastronómica se ubica en el último piso y concentra más de 22 locales diferentes. Aunque muy pocos estaban ya instalados, se apreciaban publicidades de las marcas participantes con un mensaje de «próximamente». TalCual pudo identificar los siguientes locales:

  1. Beijing Asian Cusine
  2. Pizza Hut
  3. Caracas Burger
  4. Zaituna Café
  5. Holy Chicken
  6. Makoto Sushi
  7. Camaron Chicken
  8. Asia Gourmet Market
  9. Arturo’s
  10. McDonald’s
  11. Trinchero Fresh Burger
  12. Tu Ensalada Express
  13. Gelatería Bambola
  14. Pizza Mía
  15. La Montserratina Grill
  16. Chicken Box
  17. El Piquín Taco Bar
  18. Chichas Mr. Patty
  19. Enrolados
  20. Mr. Golfeado
  21. Churro Manía
  22. Cinna Rolls