A partir del año 2008, la delincuencia en el estado comenzó a aumentar. Antes de ese momento, el hampa estaba dominada por Antonio Jesús Meleán Vergel, conocido como «Antonito», y el clan Meleán. Su muerte marcó el fin de esa calma, según informes de los medios.
El colapso económico, político y social del estado más poblado del país coincidió con el fin del imperio criminal de los Meleán. Esto ha dado paso a una clase criminal violenta y caótica que está asfixiando a los negocios legítimos que aún quedan en el estado, según han reportado los medios.
La investigación sobre la evolución del crimen en el Zulia comenzó en 2021. Durante ese tiempo, el equipo de investigadores entrevistó a exfuncionarios políticos y de seguridad, así como a residentes del estado y expertos en el tema.
Desde la década de 1980 hasta 2008, Antonito y su familia dominaron el mundo del crimen en el Zulia. Era conocido como un caballero mafioso que podía controlar a las bandas pequeñas que operaban con su aprobación y seguían sus reglas. Antonito también actuaba como mediador para resolver disputas entre sus miembros y mantenía la paz según sus propios códigos.
Su autoridad era tan grande que los políticos locales y regionales acudían a él para discutir el manejo de sus municipios. Antonito también se preocupaba por proteger a los zulianos y prohibió el asesinato de mujeres y niños.
Sin embargo, en 2008, Antonito comenzó a perder el control de sus bandas. Fue acusado de asesinar a un líder estudiantil y esto desafió su reputación. Ante esta acusación, Antonito respondió a través de una carta abierta en la que acusó al alcalde de corrupción. Pero esto provocó que las personas cercanas a él se volvieran en su contra.
El 27 de diciembre de 2008, un día antes de cumplir 70 años, Antonito fue asesinado fuera de una barbería. Las autoridades responsabilizaron a Daniel David Leal Prieto, alias «Danielito», por su muerte. Sin embargo, uno de los líderes de una banda leal a Antonito negó cualquier conexión con el asesinato.
Otra versión sugiere que el asesinato de Antonito fue parte de un golpe criminal perpetrado por una facción de los Meleán que buscaba tomar el control del imperio familiar. Pero este intento de golpe fue fallido.
Desde entonces, diferentes bandas han buscado tomar el control del hampa en el Zulia, lo que ha desencadenado una guerra violenta. Algunas bandas han dejado de seguir las reglas y principios que Antonito estableció, empleando la violencia y la extorsión contra los negocios y comunidades.
El colapso económico del estado, la falta de seguridad y las expropiaciones han llevado a un aumento de la criminalidad en el Zulia. Los jóvenes se han unido con más frecuencia a las bandas criminales y esto ha generado una ola de violencia relacionada con el crimen organizado.
El panorama criminal del Zulia es ahora dominado por bandas capaces de inspirar terror y violencia en cualquier momento. La banda de Yeico Masacre, que antes formaba parte de los Meleán, ha vuelto a aparecer en el estado y ha sido incluida en la lista de los más buscados del país.
Las fuerzas de seguridad enfrentan dificultades para combatir la delincuencia debido a la ineficacia y lentitud de las operaciones militares. Además, muchas veces las denuncias de extorsión no reciben la atención necesaria.
Los dueños de negocios se enfrentan a extorsiones repetidas de diferentes bandas y muchos han tenido que cerrar, lo que ha empeorado la crisis económica en el estado. La violencia y la inseguridad han llevado a que muchos habitantes del Zulia abandonen el país en busca de mejores oportunidades y envíen remesas a sus familias.
A pesar de los intentos del Estado por controlar la situación, la rápida rotación de bandas y la falta de cooperación entre los países vecinos dificultan el combate contra la delincuencia. El panorama actual no ofrece garantías de mejora y muchos residentes del Zulia consideran que la situación es insostenible.