Irrespeto a reglas democráticas obliga a pronunciamientos de líderes de izquierda

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La inhabilitación de María Corina Machado y el bloqueo a la candidatura de la profesora Corina Yoris sin ningún tipo de “explicación jurídica” activaron las alarmas de la comunidad internacional y “obligó” a los presidentes de Colombia, Gustavo Petro, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, a levantar su voz y realizar una enérgica condena. 

TalCual

Los cuestionamientos de ambos mandatarios -partícipes de iniciativas de impulso al diálogo mediado por Noruega y testigos del Acuerdo de Barbados- retumbaron en Venezuela y en la comunidad internacional. 

Sin ambages, Lula calificó los hechos de «graves» y sin sustento jurídico; Petro, por su parte, no dudó en tildar lo ocurrido como “un golpe antidemocrático”.

Su voz no solo se sumó, sino que amplificó las críticas realizadas por varios países del mundo que han venido alertando sobre irregularidades  y violaciones a los acuerdos establecidos entre el gobierno y la oposición de cara a las elecciones presidenciales del 28 de julio. 

Además de los llamados de Brasil y Colombia, destacan los pronunciamientos de los gobiernos de Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Panamá, Guatemala, Costa Rica, Panamá y Guatemala; aparte de los exhortos realizados desde Europa y Estados Unidos. La comunidad internacional cuestiona la inhabilitación de la coordinadora de Vente Venezuela y las trabas impuestas a Corina Yoris, la candidata designada por María Corina Machado.

En entrevista con TalCual, la internacionalista Elsa Cardoso y el analista internacional Alejandro Linares compartieron sus impresiones sobre el significado y la incidencia de los pronunciamientos realizados por líderes de izquierda en latinoamérica.

Para Cardozo uno de los aspectos que debe tomarse en cuenta es que ambos mandatarios “habían sido especialmente cuidadosos al expresarse sobre la situación política venezolana para evitar fricciones, fortalecer sus capacidades persuasivas y, por supuesto, atender los intereses y prioridades de sus países”.

Sin embargo, ante las denuncias de irregularidades en torno al proceso electoral, -agrega Linares- los dos gobiernos que le sirvieron de salvavidas a Maduro y que trabajaron para reinsertarlo en el escenario internacional, hoy se ven obligados a levantar su voz y cuestionar lo que está ocurriendo.

Irregularidades e incumplimientos

Al referirse a la actuación de la administración de Nicolás Maduro, la profesora Cardozo resalta “la inocultable acumulación de violaciones graves de derechos humanos, el incumplimiento de acuerdos, el empeño en la instrumentalización política de iniciativas de concertación regional como Unasur y la Celac”. 

Otro elemento que destaca la internacionalista es el tratamiento a la crisis nacional, cuyo impacto se ha evidenciado en la migración de más de 7 millones de venezolanos, según cifras de Acnur. Además del movimiento migratorio que afecta a la región, Cardozo añade otro punto de inflexión: “la criminalidad transnacionalizada”.

En este contexto se produce el alerta de los mandatarios, cuya incidencia real dependerá de la medida en que se expresen y sostengan con coherencia sus planteamientos. “Mientras haya más amplitud y pronunciamientos el impacto será mayor”, puntualiza Cardozo.

Además de los cuestionamientos al desarrollo electoral y la violación de derechos humanos, Cardozo observa un aumento de la represión con la aprobación de leyes como la ley contra el fascismo, neofascimo y expresiones similares. Asegura que todos estos elementos son obstáculos para un gobierno que aspira ser reelecto y lograr la normalización y legitimación internacional plena.

La izquierda en alerta

A las voces de Lula y Petro también se sumó la crítica del líder de izquierda y expresidente de Nicaragua, José Pepé Mujica.

Mujica ha señalado sin tapujos y en reiteradas oportunidades que la administración de Nicolás Maduro puede calificarse como una dictadura. El político calificó de «lamentable» la situación política en la que se encuentra Venezuela. «Parece que juegan a la democracia pero no juegan a la democracia», dijo.

Para Cardozo, estas declaraciones contribuyen a romper con la idea de que al régimen venezolano le queda algo de “progresista”. Además, dice, contribuyen a revalorizar los derechos políticos en general y el valor de resguardar la integridad de los procesos electorales y el ejercicio democrático del poder.

Linares también resalta la relevancia de las declaraciones del expresidente Pepe Mujica, un líder referencia de la izquierda latinoamericana que ha cuestionado en diversas oportunidades a Nicolás Maduro y su administración, tildandolo de dictador.

“La izquierda latinoamericana esa que en algún momento abrazó y arropó a Hugo Chávez al día de hoy está reconociendo que un sector de esa izquierda está tomando una deriva autoritaria que podría ser peligrosa para la región, para América Latina, sin importar si esa región tiende más a la derecha o la izquierda, no. La izquierda latinoamericana está reconociendo que un sector de ella misma se está convirtiendo en un apartado peligroso para la región”.

Gobierno se aisla

Las declaraciones de Petro y Lula fueron recibidas con beneplácito por  Frank Mora, embajador de Estados Unidos ante la OEA, quien las calificó como positivas y aseguró que el gobierno de Maduro se está aislando.

Elsa Cardozo coincide y opina que el gobierno se está aislando con sus acciones. Sin embargo, señala que la administración madurista cuenta con el apoyo de países como Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia que -aunque tienen un alcance más limitado que Brasil y Colombia- ya se han pronunciado a favor y seguirán siendo aliados “hasta donde les convenga”.

Hasta el momento -explica Cardozo- habían prevalecido los cuestionamientos a la oposición y el rechazo a la presión a través de las sanciones, pero ahora son las acciones del gobierno venezolano las que reciben mayor atención por parte de las democracias de la región. 

El gobierno de Nicolás Maduro ha rechazado con dureza y descalificativos cada una de las voces que se han levantado para pedir garantías electorales y rechazar las irregularidades que se han denunciado. Han atribuido sus posturas a la falta de información, al miedo e incluso a la sumisión.

Para Linares el gobierno seguirá “huyendo hacia adelante” procurando realizar unas elecciones no competitivas o provocando un escenario de manifestaciones por parte de la oposición. 

En su opinión, la presión internacional no ha sido suficiente para lograr que Nicolás Maduro y su administración cambien de rumbo y retomen la ruta electoral consagrada en los Acuerdos de Barbados.