Algunos pacientes con covid-19 sufren de insuficiencia respiratoria que los obliga al uso de oxígeno, un insumo difícil de costear en al empobrecida Venezuela por su fuerte impacto en la economía se la mayor parte de la población
Eran las 6:13 de la mañana y María Velásquez terminaba de arreglar las comidas para su esposo Juan, hospitalizado con diagnóstico de covid-19 en un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) en Caricuao. En ese momento recibió un mensaje que decía, “señora disculpe, pero a su esposo se le acabó el oxígeno y no contamos con reposición, deben buscar la bombona para salir a recargar”.
Un fuerte frío le invadió todo el cuerpo. El día antes había sido informada que los niveles de oxígeno de Juan Ramírez habían bajado a 80 y necesitaba recibir apoyo constante para respirar. Al ver el mensaje en su teléfono, María llamó a sus hijos y les pidió que de emergencia lo trasladaran hasta el centro asistencial.
La llegada al país de la segunda ola de covid-19 ha dejado en desnudo las malas condiciones del sistema sanitario. Las redes sociales, – twitter a la cabeza- se han convertido en el medio por el cual los ciudadanos apelan a la buena voluntad con el objetivo de recibir atención médica, costear el tratamiento de sus allegados, conseguir un lugar donde comprar, alquilar o recargar con urgencia bombona de oxígeno y hasta para lograr un cupo en algún hospital.