La crisis del arroz ya es una realidad en Asia y África y podría extenderse al resto del mundo

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La crisis del arroz se está convirtiendo en un problema real en muchos países de África y Asia, y si no se toman medidas urgentes, podría extenderse al resto del mundo.

La combinación de los efectos del fenómeno de El Niño, que causó una sequía de un año en el Cuerno de África, el aumento en el precio de los fertilizantes y la guerra en Ucrania, junto con las interrupciones en el Acuerdo del Grano, ha dificultado e incluso impedido la producción de arroz en la región. En aquellos lugares donde no se ha visto afectada la producción, ha habido un aumento inesperado en el precio del arroz.

En países como Kenia, donde la crisis económica dificulta que la gente pueda alimentarse adecuadamente, el arroz barato importado de la India se había convertido en una solución práctica para poder comer todos los días. Sin embargo, los comerciantes en el barrio de Kibera, en Nairobi, dudan que los vecinos puedan permitirse seguir comprando este producto con sus ingresos diarios de menos de dos dólares.

Desde junio, el precio de un saco de arroz de 25 kilos ha aumentado casi una quinta parte, pasando de 14 a 18 dólares, y los envíos desde Nueva Delhi se han reducido debido a una orden del gobierno para controlar los precios internos. Según Ashok Gulati, del Consejo Indio de Investigación sobre Relaciones Económicas Internacionales, la mitad de las exportaciones habituales de arroz de la India se suspenderán este año.

Esta decisión unilateral del gobierno indio amenaza aún más la seguridad alimentaria mundial, ya que se espera una escasez de 10.4 toneladas de arroz en todo el mundo, lo que representa una quinta parte de las exportaciones mundiales.

En Vietnam, el precio del arroz también ha aumentado, pero solo para el destinado a la exportación. El país está aprovechando la situación, con el precio de los envíos de arroz alcanzando su nivel más alto en 15 años. Además, está trabajando para expandirse a otros mercados que dependen de la India, como el Reino Unido.

Esta situación ha dejado a miles de personas vulnerables sin alternativas. El responsable de recursos naturales de la ONU para la Agricultura y la Alimentación, Beau Damen, ha advertido que el mundo se encuentra en un «punto de inflexión» y que la crisis empeorará si no se produce un cambio drástico.

Aunque India se mantiene firme en su decisión de prohibir las exportaciones de arroz basmati, muchos expertos temen que esto pueda tener un efecto dominó en otras naciones. Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos ya han adoptado la misma medida para proteger sus reservas nacionales.

Además, la amenaza de El Niño continúa y podría causar sequías o inundaciones que arruinen los cultivos. Algunas naciones, como Senegal, han logrado alcanzar cierto nivel de independencia de las importaciones indias después de que los altos precios las volvieran prohibitivas. Sin embargo, otros países asiáticos que consumen y cultivan el 90% del arroz mundial están luchando con la escasez.

Filipinas, el segundo mayor importador de arroz después de China, se encuentra en una situación difícil para comprar el grano del exterior y carece de reservas adecuadas. El país está trabajando en aumentar la superficie de cultivo de arroz en el delta del Mekong y manteniendo conversaciones con Vietnam para obtener el grano a un precio más favorable.

En Tailandia, los comerciantes están siendo cautelosos debido a la incertidumbre sobre los precios y los contratos comerciales. A la espera de nuevas definiciones por parte de India y los efectos futuros de El Niño, aún no han actualizado los valores y los contratos.

En resumen, la escasez de arroz ya se está sintiendo y requiere medidas urgentes para evitar que empeore.