LA DICTADURA MILITARIZA CARACAS: movilizó baterías antiaéreas de origen ruso en medio de la lucha contra las bandas criminales

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El régimen chavista dispuso que las FAES irrumpan en los vecindarios más peligrosos para combatir a las megabandas delictivas. Se produjeron incautaciones de armas de guerra

Infobae

Para mostrar que intenta controlar la dramática situación que se vive en la capital venezolana, la dictadura que conduce Nicolás Maduro ha desplegado en las últimas horas baterías antiaéreas por temor a que el enfrentamiento que mantiene con bandas criminales de Caracas se extienda más allá de los límites terrestres. La cadena NTN24 ha mostrado las imágenes de las tanquetas ingresando a las barriadas más peligrosas de la ciudad: Cota 905, El Valle, El Cementerio, Santa Rosalía, Roca Tarpeya y La Vega.

El sistemas de defensa aérea de mediano alcance “Buk-M2E” son de origen ruso y pueden verse recorrer las calles de Caracas sin sus misiles, que por lo general son transportados en otro vehículo militar. Está diseñado para destruir aviones estratégicos y tácticos, helicópteros, incluidos los que flotan, misiles de crucero y otros objetos aerodinámicos voladores, en todo el rango de su posible uso, misiles tácticos balísticos y de aviación, guiados por bombas de aire en condiciones de intensa electrónica y reacción de fuego enemigo, así como para disparar objetivos de radio y contraste de superficie y tierra.

Sin embargo, según expertos en algunos casos este tipo de material bélico podría tener una “función multipropósito”. No se descarta tampoco que el Palacio de Miraflores haya hecho un uso psicológico del despliegue de los Buk y que luego argumente que lo hizo para evitar cualquier irrupción extranjera en el país. No sería la primera vez que la dictadura se escuda en esa narrativa para justificar la militarización del país.

Durante los operativos que comenzaron en horas de la mañana, el régimen mostró además los secuestros de las poderosas armas que hicieron durante múltiples redadas. Entre ellas se destaca una M20 Super Bazooka, munición de calibre .50 utilizada para contrarrestar a blindados, cajas de lo municiones 7.62×51(unos 760 proyectiles), balde con munición para AK-103 y las MPi.

Las FAES

Las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), brazo armado del régimen chavista conocido por cometer crímenes como ejecuciones extrajudiciales, entraron este viernes por la mañana en las colinas de la Cota 905, reducto de bandas criminales dirigidas por Carlos Luis Recete, alias “Koki”, que en las últimas horas libra una guerra abierta contra la policía en diferentes puntos de la ciudad y ha llegado a atacar la sede de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

“Haciendo historia, Operación Liberación del Pueblo, Cota 905, venimos en batalla”, se oye decir a uno de los oficiales que registra con su cámara la subida de un vehículo blindado que desplaza a un automóvil aparcado sobre la calle que sube el cerro.

Entre gritos y pedidos de cuidado, el vehículo debe dar marcha atrás y evita chocar contra la ladera, para luego continuar avanzando con la unidad de infantería que lo sigue. “Vamos para adelante”, celebra entonces el soldado que la sigue. Se aprecia desde su punto de vista el panorama de una Caracas nublada, no solo por el cielo encapotado sino por una humareda que se eleva desde lo alto del cerro que está trepando la unidad de la fuerzas de seguridad.

El diálogo entre ellos continúa, señalan probables lugares “tomados” y el video se corta cuando retoman la marcha con precaución entre las precarias viviendas de alrededor y la ladera. Si bien los uniformados tratan de darle épica a su incursión, muchos caraqueños recuerdan que no es la primera vez que se realiza. La última vez fue hace algo más de un mes, cuando tras una operación en la que “se tomaron algunas fotos y se fueron”, según fuentes de la zona.

La información inicial es que hay 800 oficiales movilizados para este operativo, que busca retomar el control de una ciudad que se ha visto envuelta por el terror en la jornada del jueves.

Ataques en toda la ciudad

Durante la noche y la madrugada de este viernes se sucedieron los tiroteos en diferentes partes de la capital de Venezuela. Hubo un apagón en la zona de la Cota 905, atribuido a una estrategia de las fuerzas de seguridad para complicar la logística de los criminales. El intercambio de disparos tiroteo se intensificó después que se produjo un corte de luz, pasada la media noche, en las zonas donde operan los delincuentes.

El cruce armado comenzó en la tarde del miércoles y mantiene en alta tensión a toda la zona oeste de Caracas. Las informaciones que se manejaban hasta el jueves por la tarde indicaban ocho muertos, aunque las autoridades del régimen han guardado silencio en cuanto al balance de fallecidos y heridos. Al menos dos de los fallecidos son policías.

El relato de los vecinos que buscan refugio o se parapetan bajo las ventanas de sus casas es escalofriante: “Están sonando tiros (…) en este momento están sonando tiros”, describió por teléfono a Efe un joven de 23 años, vecino del sector Prados de María que prefiere no ser identificado por temor a represalias.

En ese momento, la GNB se encontraba en una de las avenidas enfrentándose a las bandas y avanzando a tiros para recuperar espacios.

Las imágenes de los enfrentamientos, muchas de ellas poco claras y más centradas en el sonido de las ametralladoras que dominan el ambiente de la parte de ciudad en la que se combate, se multiplican en las redes sociales, lo que refleja la desesperación de los habitantes por dar cuenta de la angustia que conlleva el nivel de violencia que están padeciendo.

El impacto de la tarde del jueves fue la ofensiva contra la sede de la Comandancia General de la Guardia Nacional Bolivariana en El Paraíso, en la capital venezolana.

El hecho quedó registrado en un video grabado desde el interior de la sede militar. En las imágenes se observa a varios uniformados escondidos detrás de barricadas hechas con sacos de arena, y se pueden escuchar decenas de detonaciones de armas de fuego.

El ataque fue perpetrado por el mencionado Revete, alias “Koki”, por quien las autoridades chavistas ofrecen una recompensa de medio millón de dólares, al igual que por Garbis Ochoa Ruíz, alias “El Galvis”, y por Carlos Calderón Martínez, alias “El Vampi”.