En el mes de agosto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de Venezuela experimentó un incremento mensual del 13,6%, en comparación con el 7,2% registrado en el mes anterior. Sin embargo, en términos interanuales, este índice ha disminuido en 17 puntos porcentuales, alcanzando el 422%, la cifra más baja del año.
Después de cuatro meses de declive entre febrero y junio, la inflación en Venezuela volvió a aumentar en julio, pero ha descendido a niveles no vistos en los primeros ocho meses de 2023, según los datos proporcionados por el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), una fuente independiente de información económica.
A pesar de esto, la inflación en Venezuela sigue siendo una cifra alarmante, reflejando un escenario de hiperinflación y contrastando drásticamente con el resto de los países de América Latina y el Caribe (excepto Argentina, donde también se enfrentan a una inflación de tres dígitos).
Entre los rubros que han experimentado mayores aumentos se encuentran los servicios de comunicaciones, con un incremento mensual del 26,7%, especialmente en el servicio de internet y telefonía móvil. Otros grupos que han reflejado aumentos de precios son los alimentos, con un incremento mensual del 8%, el doble de lo registrado en el mes de julio, transporte (9,9%), educación (9,4%) y alquiler de vivienda (10%).
Este comportamiento de la inflación en agosto ha ocurrido en un contexto en el cual la tasa de cambio del bolívar respecto al dólar ha aumentado un 8,3% en el mercado paralelo, mientras que la tasa de cambio oficial del dólar ha subido un 10,5%.
Esto indica que los precios han reaccionado excesivamente a la depreciación del bolívar, lo cual podría indicar una trayectoria inflacionaria difícil de detener, ya que la economía carece de un ancla o punto de referencia para la formación de precios.