La tragedia de Las Tejerías, Por El Nacional

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Una vez más Venezuela está de luto por la pérdida de vidas como consecuencia de una vaguada. Es como una marca que tiene la era chavista, que en sus inicios tuvo que enfrentar la tragedia del deslave ocurrido en La Guaira en 1999, un suceso que sirvió para desenmascarar las verdaderas prioridades de un presidente que prefirió su proyecto antes que socorrer a los venezolanos. Pero en ese momento, quizás, muchos no lo percibieron así.

El Nacional

Lastimosamente, este tipo de eventos naturales se repiten cada cierto tiempo en el país. No puede decir nadie, ninguna autoridad o especialista, que ha agarrado a la gente por sorpresa porque es una época de tormentas tropicales, vaguadas, huracanes y ciclones que se forman siempre en el área del Caribe y que afectan a los países de la zona. Lo que se espera de los gobiernos locales, regionales y nacional es que hagan trabajos de prevención, mantenimiento y, una vez ocurrido el suceso, de auxilio efectivo a las víctimas.

Desde hace 2 semanas, cuando comenzaron a sentirse las lluvias fuertes en el país, han muerto aproximadamente 43 personas. Pero es la tragedia de Las Tejerías la más reciente. Ayer aumentó a 37 el número de fallecidos, entre ellos 2 menores de edad, además de varias decenas de desaparecidos. Ha sido difícil el acceso de los medios de comunicación, pero las imágenes que se han podido ver por las redes sociales son de una población bajo lodo, troncos y piedras. Los periodistas que han llegado hasta allí cuentan que hay vecinos y familiares deambulando para ver si consiguen a sus parientes o amigos.

Las Tejerías es una ciudad pequeña que queda al borde de la Autopista Regional del Centro. Aunque hace calor, es una zona que comparte montañas y vegetación con los Altos Mirandinos, de los que son vecinos. Alrededor del año 2008 Hugo Chávez se encargó de expropiar los terrenos que colindaban con la arteria vial; desde entonces comenzaron las construcciones sin orden ni permiso en las riberas de ríos y quebradas y hasta en las cabeceras. Empezó a crecer lo que luego se conoció como Ciudad Tablita, de donde es originario el Tren de Aragua y desde donde protagonizaban las balaceras que llegaban hasta la autopista.

Esta es una de las zonas devastadas porque seguramente no se ha hecho limpieza de los caudales. Aunque la naturaleza puede ser inclemente, la irresponsabilidad de las autoridades tiene un papel importante en este tipo de tragedias. Pero más allá de eso, lo que se espera ahora es el auxilio para todas las víctimas y los damnificados que perdieron sus casas y sus medios de vida, porque hasta la zona comercial de Las Tejerías quedó arrasada.

Y ojalá el gobierno de Nicolás Maduro no vuelva a repetir la historia y sea capaz de aceptar lo que le ofrecen las embajadas de Francia o los Países Bajos e incluso la ONU, que quieren colaborar. Además, sería buena idea que redireccionara la ayuda que está mandando a Cuba por el huracán Ian, porque el país requiere atención y mucha; se necesitan transformadores, postes de luz y todo ese tipo de materiales que está enviando para la isla. Venezuela primero, hay un pueblo necesitado y se debe responder como es debido.