El servicio eléctrico en Venezuela ha sido motivo de preocupación para su población desde la nacionalización de las empresas eléctricas privadas en 2008. En particular, la calidad del servicio de CADAFE, una empresa estatal descentralizada que solía ser confiable, se ha visto afectada desde la unificación de las empresas en CORPOELEC.
Desde entonces, los venezolanos han experimentado cortes de luz y suministro irregular, una situación similar a la que se vive en Cuba. Esta crisis energética ha afectado tanto a los usuarios como a los trabajadores de la empresa eléctrica, quienes no pueden resolver las quejas debido a su bajo salario y la fuga de talento humano hacia otros países.
En 2023, los apagones y las interrupciones del servicio eléctrico han aumentado en todo el país, afectando a casi todos los estados de Venezuela. La situación es especialmente calamitosa en algunos estados. La crisis eléctrica ha generado frustración y lamentaciones en la población, ya que el sistema eléctrico nacional no cumple con su función principal de generar energía eléctrica.
La crisis energética en Venezuela comenzó en 2010 debido a una sequía, lo que llevó al gobierno a proponer la construcción de dos plantas en la zona donde se encuentra la principal central hidroeléctrica del país, la de Guri. A pesar de contar con numerosas centrales termoeléctricas, incluyendo la Planta Centro, la más grande de América Latina, la crisis eléctrica persistió. En marzo de 2011, Venezuela sufrió un apagón que provocó el cierre de escuelas y empresas durante cinco días. Aunque se responsabilizó a los enemigos políticos del gobierno, no se presentaron pruebas para respaldar esta afirmación.
La crisis energética ha tenido graves consecuencias en la economía del país, incluyendo una disminución del 60% en los últimos años, una hiperinflación que ha llevado a la pobreza a gran parte de la sociedad y una diáspora de venezolanos en busca de mejores oportunidades en otros lugares. La falta de energía eléctrica también ha causado daños incalculables en diversos sectores.
Es lamentable ver cómo a pesar de los altos montos de inversión destinados al sistema eléctrico en Venezuela, no se han obtenido resultados positivos. Los constantes cortes eléctricos generan quejas diarias por parte de los usuarios, lo que refleja la gravedad de la crisis. Incluso se han creado caricaturas y chistes que atribuyen los cortes de energía a personajes imaginarios. La incertidumbre respecto a la duración de los apagones agrava aún más la preocupación de la población.
La crisis eléctrica en Venezuela es una situación grave que ha llevado al pueblo a expresar su dolor y tristeza por la pérdida de calidad de vida. Al igual que en el Libro de Lamentaciones de la Biblia, los venezolanos se lamentan por las consecuencias de esta crisis en su día a día.
En resumen, la crisis eléctrica en Venezuela ha generado una serie de problemas que afectan tanto a los usuarios como a los trabajadores del sector, y ha tenido un impacto negativo en la economía del país. A pesar de los esfuerzos realizados, la situación no ha mejorado y la incertidumbre y la frustración continúan en la población.