Indudablemente, las fronteras se han abierto, permitiendo la reactivación del intercambio comercial y aéreo. Sin embargo, todavía hay un enorme obstáculo entre Venezuela y Curazao: la necesidad de obtener una visa para los venezolanos que deseen viajar a la isla.
Este requisito no solo causa malestar entre aquellos que solían viajar a Willemstad de forma expedita y sin mayores problemas, sino que el proceso es descrito como lento, complicado y costoso por aquellos que han realizado los trámites en la oficina de la empresa encargada de brindar este servicio a la Embajada del Reino de los Países Bajos en Caracas.
«Son muy estrictos al momento de revisar los formularios y cobran sumas exorbitantes por cualquier cambio, incluso si se trata de una palabra o una letra. En muchos casos, las modificaciones que solicitan son absurdas», afirma un representante de una agencia de viajes que prefiere mantenerse en el anonimato.
Una gerente de un supermercado en Caracas solicitó una visa y por un error en el formulario le impusieron una multa equivalente a 125 dólares. Lo peor fue tener que reunir esa cantidad en bolívares.
«Tuve que pagar allí mismo o perder la cita. Después, cometí otros errores con los documentos y me solicitaron incluso un seguro de viaje, cuando yo esperaba obtener la visa para poder adquirirlo. No sabía que se requería todo eso para presentar los documentos», relata.
La señora tenía la cita a la 1:30 pm y, al llegar cinco minutos tarde, le informaron que sería atendida al final. Además, menciona que muchas personas se confundían al registrar la fecha de emisión de sus pasaportes, anotando la fecha de la prórroga y no la original.
«Ese error tiene un costo equivalente a 70 dólares y lo exigen en bolívares, lo que obliga a todo el mundo a buscarlos rápidamente. Me parece terrible que no adviertan sobre esto, y en general, toda la experiencia fue muy complicada», resume su vivencia.