Lo que se sabe hasta ahora sobre el futuro de Movilnet: venta, arriendo o cesión

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Desde que (hace poco más de dos años), se anunció que Movilnet dejaba de ser una filial de Cantv, y se convertía en una empresa independiente, los rumores sobre su privatización han ido y venido; nunca con tanta fuerza como hoy, cuando, desde varias vías, se habla de su inminente venta, cesión o arriendo, que son las tres opciones que maneja el Ejecutivo, en el marco de la Ley Antibloqueo.

Caraota Digital

Así lo señalaron fuentes del sector telecomunicaciones a Caraota Digital, que hicieron la salvedad de que la posibilidad de que sea la luxemburguesa Millicom, propietaria de Tigo, la que finalmente se quede con Movilnet, depende de que pueda rodear las sanciones de EEUU, o que EEUU la dispense cuando compre tecnología de telecomunicaciones que, indefectiblemente, tiene patentes estadounidenses.

Clientes e infraestructura, los activos de Movilnet

“Quien compre Movilnet sabe que está comprando un cascarón vacío”, señala William Peña, periodista experto en telecomunicaciones, al analizar los rumores sobre la negociación con una de las empresas públicas que podrían ser tentadoras para la inversión extranjera. “Tiene infraestructura, y tiene 16 millones de clientes, pero la separación de Cantv le hizo mucho daño operativamente, y hoy prácticamente es una empresa a la deriva”, señala este experto.

Entre sus problemas, la falta de un backbone (anillo central) de fibra óptica, que hoy está en poder de Cantv, muy dañado, para bajar las búsquedas “aéreas” y llevarlas al exterior; una tecnología, CDMA, que está internacionalmente descontinuada desde hace casi dos años, y (también producto de su ruptura con Cantv) un sistema de cobranzas que no puede cargar en postpago y tiene graves problemas en recarga de prepago.

En el horizonte, y por la Ley Antibloqueo, aparece, señaló otra fuente que pidió el anonimato, la figura del arriendo de la empresa, su cesión, para que dentro de cuatro años pueda ser, entonces sí, vendida, una vez se le hayan hecho las inversiones.

Ese esquema, aparentemente, es el que se ha aplicado en empresas como Lácteos Los Andes o Agroisleña, cesiones al amparo de la Ley Antibloqueo a inversores que aún no se conocen; lo mismo ha sucedido con algunos de los activos de la cadena de Hipermercados Èxito, luego Abastos Pdval, luego Tiendas Clap, ahora privatizados a diversas empresas.

Peña calcula que a Movilnet “hay que invertirle entre $200 y $300 millones cada año, durante los próximos cuatro años, para que sea competitiva”. En ausencia de ese inversión, la lógica consecuencia será la quiebra de la empresa, señalaron las otras fuentes.

Es allí donde aparece Millicom, una empresa de capital luxemburgués, que opera bajo la marca comercial Tigo en América Latina (Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá y Paraguay) y África (Chad, Ghana, República Democrática del Congo, Ruanda y Tanzania).

Mercados de alto riesgo, en los que Venezuela presenta una alta potencialidad de retorno, pero no la suficiente si el negocio incluye una venta inicial y luego soportar las cargas de inversión necesarias para hacer competitiva a Movilnet, advierte Peña.

“Lo único que tiene Movilnet es la infraestructura física y la cobertura, que en algún momento fue la mejor del país, pero tienes que invertir en la malla de tecnología, en las celdas, y luego aliarte con un proveedor terrestre, que solo puede ser Cantv, que está destruido, o con Inter, que tiene 14 mil kilómetros de cable de fibra óptica, para el transporte de tus datos». Habría que meterle también dinero a Cantv para que Movilnet funcione, señala Peña.

Las otras fuentes señalaron que en el camino, las sanciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos también podrían hacer desistir a Millicom-Tigo de ofrecerse a manejar Movilnet, dejando, además, con poquísimas opciones al Estado venezolano de conseguir otro operador con prestigio para levantar la empresa.

Está claro, indicaron los voceros, que Millicom no asumiría una apuesta de riesgo para un mercado como el venezolano, y siempre necesitará licencias de Estados Unidos para la compra de equipos de telecomunicaciones, porque aunque los proveedores de equipos sean, por ejemplo, las escandinavas Ericsson o Nokia, o las chinas Huawei o ZTE, siempre tendrán componentes de tecnología con patente estadounidense.

Peña, por su parte, saluda la posibilidad de un tercer operador con músculo, tanto financiero como tecnológico, porque “en Venezuela hacen falta más operadoras celulares, y también porque, ante su deterioro actual, quien la administre puede pasar directo de la nada a 5G, para lo que se necesitan dos cosas: que el Estado garantice tarifas con las que pueda competir y que la banda de 700 MHz, que es en la que están actualmente las televisoras UHF que ya nadie ve en señal abierta, se dedique a la telefonía celular”.

Peña pone como ejemplo que en Panamá, con 3 millones de habitantes, hay seis operadoras de telefonía celular. En la República Democrática del Congo, donde también opera Tigo, Wikipedia da cuenta de cinco operadoras.

El periodista indica, además, que el verdadero drama de Venezuela es el del transporte terrestre de datos, donde solo hay tres operadoras, Cantv, GloboNet y Lumen, anteriormente CenturyLink.

¿Fusión en el horizonte?

Aunque este es un escenario muy adelantado a este momento, las fuentes señalaron que mientras Movistar está vendiendo todos sus negocios en América Latina (excepto Brasil) el posible aterrizaje de Tigo en Venezuela podría significar una fusión Movistar-Movilnet en un futuro.

Millicom ya estuvo a punto de hacerse con el negocio de Movistar en Costa Rica, pero el negocio finalmente se cayó el 1 de mayo y Movistar terminó vendiendo su operadora en el país tico a Liberty.