Los venezolanos constituyen la segunda población más grande desplazada a través de las fronteras. Casi todas se encuentran en la región de las Américas sin haber sido reconocidas formalmente con la condición de refugiado. En el último año la cifra de venezolanos que cruza el Darién crece mes a mes
Zulvyn Díaz | Luna Perdomo – TalCual
Tres meses y 12 días tardaron en llegar Nylia González, su esposo, y sus tres hijas (de 14, 9 y 1 año de edad) a Estados Unidos desde Perú caminando la mayoría del tiempo. Son venezolanos que decidieron emprender una segunda migración en 2021 porque sus condiciones de vida empeoraron a raíz de la pandemia de la covid-19.
«El empleo disminuyó, no había ingreso (económico) y la xenofobia se había incrementado. Había recibido muchas amenazas, trataron de romper las puertas y me dijeron que me iban a quemar la casa y eso fue el boom. Dije: ‘Ya no quiero estar más en este país’», cuenta Nylia vía telefónica desde Florida, EEUU.
La mujer y su esposo limitaron sus gastos lo más que pudieron para invertir cada sol en comprar dólares. Para terminar de reunir $1.350 —que fue con lo que viajaron— los cinco integrantes de la familia comieron por un mes seguidos sopas instantáneas.
Salieron el 24 de julio de Chimbote, Perú, y cruzaron el río Bravo el 13 de noviembre, tras un dificultoso recorrido entre América Latina y Centroamérica para llegar a Estados Unidos.
La información sobre cómo hacer el viaje y cruzar la selva del Darién la obtuvo Nylia por medio de grupos de Facebook y de WhatsApp. «Allí encontramos información sobre los guías, quién es confiable y quiénes no», explica la mujer de 29 años, oriunda de Propatria, Caracas.
Entre enero y abril de este año, unos 7.000 migrantes venezolanos cruzaron la selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá, con el sueño de llegar a Estados Unidos, informó Juan Pappier, uno de los investigadores de Human Rights Watch el pasado 25 de mayo.
Sin embargo, cifras más recientes del Servicio Nacional de Migración de Panamá dan cuenta de que por el Darién, en los primeros cinco meses de 2022, han entrado 32.797 migrantes; de los cuales 16.720 son venezolanos; solo en mayo ingresaron 9.844.
La cifra de venezolanos que toma esta peligrosa ruta ha aumentado y sigue creciendo drásticamente. Hasta el año pasado, la mayoría de migrantes que cruzaron esta ruta eran haitianos, seguidos de cubanos y en menor cantidad venezolanos.
Durante los primeros cuatro meses de 2021 solo 15 venezolanos cruzaron la selva del Darién, pero en lo que va de este año estos ciudadanos son los que más se atreven a tomar este trayecto.
Cruzar el Darién
Enfrentar la muerte
El tapón del Darién es uno de los tránsitos más peligrosos del mundo, no solo por el tipo de terreno sino por la inseguridad que enfrentan quienes deciden adentrarse en la selva del Darién buscando un «vivir mejor» en una nueva tierra, enfrentado la muerte.
Cadáveres en los ríos, robos, violaciones, tiroteos y enfermedades son algunas de las adversidades que desafían quienes emprenden este recorrido, la mayoría de las veces con el sueño de llegar a Estados Unidos.
En 2021 se marcó un récord en el número de personas que se arriesgaron a tomar esta ruta, impulsados por la falta de estabilidad y oportunidades en su país de origen o en otro país de acogida, dice Acnur.
Esta es la historia de Nylia González, quien salió de Venezuela en 2018 por la crisis económica y política del país, pero que se vio obligada a huir nuevamente a Estados Unidos el año pasado porque sentía que la vida de ella y de su familia estaba en riesgo en Perú a causa de la xenofobia contra los venezolanos.
«Yo me fui con coche (para la bebé), mantas, carpas y bolsas para dormir, pero todo desapareció en la selva; nada de eso te sirve. En la selva llueve todos los días y para hacer una fogata hay que tener mucha suerte», cuenta Nylia, quien además recuerda que al cuarto día dentro del Darién se quedaron sin alimentos y tuvieron que comer una gomitas que se encontraron, a pesar de que estaban abiertas y tenían moscas.
Pero ese episodio no fue lo más fuerte que Nylia, sus tres hijas y esposo tuvieron que enfrentar los siete días dentro de la selva. «El camino era muy complicado, más que todo por el pantano, voladeros (barrancos), muchos ríos, caminábamos desde que amanecía hasta que anochecía, no descansábamos», recuerda.
La hija mayor de Nylia, de 14 años, se perdió en la selva porque se quedó atrás y, después del desespero, apareció. Los robaron y a la niña de nueve años la apuntaron con una pistola en la cabeza. «A mi esposo lo querían apuñalar», asegura la venezolana, quien vio cómo desnudaron a un grupo de más de 100 haitianos y temió que su hija mayor fuese violada.
Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México fueron los nueve países que esta familia cruzó para llegar a Estados Unidos.
Los 1.350 dólares que llevaba esta familia se acabaron rápidamente; por lo que tuvieron que pedir comida y dinero para seguir su camino. Recibieron ayuda de Acnur, de la Cruz Roja, de iglesias, de particulares y de organizaciones no gubernamentales.
«Yo arriesgué mi vida y la de mis hijas y gracias a Dios todo salió como lo esperábamos; pero muchos no pudieron contarlo, muchos no lo lograron, hubo muchos muertos en la selva. Un maracucho que venía con nosotros murió en México y otra murió infartada en Costa Rica porque se sentía mal desde la selva», lamenta Nylia González.
A siete meses de estar en Estados Unidos, la familia de Nylia tiene el estatus de solicitante de asilo. Su esposo trabaja en una construcción, ella en una tienda y dentro de poco sus hijas comenzarán a estudiar.
108 mil venezolanos por la frontera terrestre
El Comisionado de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos para la Crisis de Migrantes y Refugiados venezolanos, David Smolansky, informó a TalCual «en 2021 ingresaron 108 mil venezolanos por la frontera terrestre de Estados Unidos» y explicó que esta cifra representa el mayor aumento —porcentualmente hablando— de cualquier población migrante ingresando por la frontera sur.
De la misma manera, Smolansky dijo que la mayoría de estos venezolanos que están ingresando a EEUU están indocumentados: sin visa, muchos sin pasaporte o con este vencido.
Desde la Comisión de la OEA que atiende la Crisis de Migrantes y Refugiados aseguran que están impulsando alianzas con la sociedad civil, como por ejemplo con la Fundación Hermanos de la Calle, para que los migrantes venezolanos sean atendidos con alimentación, hidratación y refugio. También están impulsando el mecanismo de protección para regularización como el Estatus de Protección Temporal (TPS).
Sobre este último punto, David Smolansky indicó que «la idea es que esta política pueda ampliarse a quienes entraron hasta el 31 de diciembre de 2021»; ya que aplica para quienes ingresaron hasta el mes de marzo del año pasado.
A los venezolanos que aún están pensando en planificar su viaje migratorio a través de esta ruta, Smolansky les pide que «eviten el Darién» porque «es el infierno en la tierra», como le dijo al Comisionado una refugiada venezolana que fue víctima de abuso sexual. Sin embargo, David Smolansky dice estar «consciente que cuando se huye de la violencia, hambruna, escasez de medicinas, falta de servicios y persecución que ha causado la dictadura, muchas veces no se puede elegir por dónde se huye».
El Comisionado de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos para la Crisis de Migrantes y Refugiados venezolanos cree que mientras se prolonguen las consecuencias antes mencionadas, «la gente seguirá huyendo»; por lo que se estima que para finales de 2022 haya siete millones de migrantes y refugiados venezolanos, superando la crisis de Siria y «nos convertiríamos en la crisis migratoria más grande del planeta», evalúa.
6,1 millones de venezolanos refugiados y migrantes
El Comisionado de la Secretaría General de la Organización de los Estados Americanos para la Crisis de Migrantes y Refugiados venezolanos, David Smolansky, aseguró el pasado 25 de mayo, por medio de su cuenta en Twitter, que el total de migrantes venezolanos ya alcanza los 6,2 millones de personas, siendo la crisis migratoria más grande del continente.
No obstante, el más reciente informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) que muestra los cambios de desplazamiento de enero a diciembre de 2021 reporta que existen 6,1 millones de venezolanos, refugiados y migrantes. Esta cifra incluye a refugiados, migrantes y solicitantes de asilo, de acuerdo con la Plataforma de Coordinación para Refugiados y Migrantes de Venezuela.
De la misma manera, Acnur alerta que «el número de personas venezolanas desplazadas en el extranjero también aumentó en más de medio millón» en el último año.
Solo la región de las Américas acogió a más de 5,1 millones de personas desplazadas a través de las fronteras, que representa 205 de la población global; de las cuales 86% eran venezolanas. Este gran aumento de la cantidad de venezolanos desplazados en el extranjero representó gran parte del incremento de 11% (524.000) en toda América.
Acnur estima que 42% de todas las personas refugiadas y venezolanas desplazadas en el extranjero a fines de 2021 eran niñas y niños.
Los venezolanos constituyen la segunda población más grande desplazada a través de las fronteras. Casi todas se encuentran en la región de las Américas sin haber sido reconocidas formalmente con la condición de refugiado.
En Estados Unidos de América, más de la mitad de todas las nuevas solicitudes en 2021 fueron presentadas por nacionales de solo cinco países: Venezuela (27.000 o 14%), Guatemala (23.000 o 12%), Honduras (19.600 o 10%), El Salvador (14.900 o 8%) y Cuba (12.900 o 7%).