Los regímenes de Venezuela e Irán pactaron un canje petrolero que viola las sanciones internacionales

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El acuerdo entre las estatales Petróleos de Venezuela y la Compañía Nacional de Petróleo de Irán profundiza la cooperación entre el chavismo y Teherán, y funciona como un auxilio financiero para el dictador Nicolás Maduro. La primera embarcación zarpó esta semana

Infobae

Venezuela acordó un contrato clave para intercambiar petróleo por condensado iraní que puede utilizar para mejorar la calidad de su crudo, con los primeros cargamentos planeados para entrega esta semana, dijeron cinco fuentes cercanas al acuerdo. El pacto entre las estatales Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la Compañía Nacional de Petróleo de Irán (NIOC) profundiza la cooperación entre los regímenes enfrentados a Washington, en momentos en que el país sudamericano busca reavivar sus exportaciones pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos, dijeron las fuentes.

Una de las personas dijo que, en principio, está previsto que el acuerdo de canje dure seis meses, con posibilidad de extenderse. Reuters no pudo determinar de inmediato otros detalles del pacto.

Los ministerios de petróleo de Irán y Venezuela y las estatales PDVSA y NIOC no respondieron a solicitudes de comentarios.

El convenio podría contravenir las sanciones estadounidenses a ambas naciones, según un correo electrónico enviado por el Departamento del Tesoro de ese país a Reuters, que hizo referencia a las órdenes según las cuales el gobierno estableció las medidas punitivas.

Los programas de sanciones de Washington no solo impiden a entidades de ese país hacer negocios en las industrias petroleras de Irán y Venezuela, sino que además advierten a personas y empresas no estadounidenses que hagan transacciones con sus petroleras estatales sobre la posibilidad de “sanciones secundarias”.

Las sanciones secundarias pueden acarrear una serie de penalidades, incluyendo el bloqueo de los implicados al sistema financiero estadounidense, multas o el congelamiento de activos en Estados Unidos. Cualquier “transacción con NIOC por parte de una persona no estadounidense generalmente está sujeta a sanciones secundarias”, dijo el Departamento del Tesoro en respuesta a una pregunta sobre la negociación.

También indicó que “se reserva la autoridad para imponer sanciones sobre cualquier persona que determine está operando en el sector petrolero de la economía venezolana”, pero no contestó específicamente a la pregunta sobre si el nuevo acuerdo de canje contraviene las sanciones.

Las sanciones suelen tener una aplicación discrecional. La administración del expresidente Donald Trump incautó cargamentos de combustible iraní que iban a Venezuela alegando la contravención de sanciones, pero su sucesor Joe Biden no ha hecho acciones similares.

En Washington, una fuente cercana al asunto dijo que el canje ha estado en el radar de funcionarios estadounidenses como una posible violación de sanciones, por lo que lo han estado siguiendo para ver hasta dónde llegará en términos prácticos.

A los funcionarios les preocupa, según la fuente, que el suministro de diluyentes iraníes le provea auxilio financiero a Nicolás Maduro mientras negocia con la oposición la posibilidad de elecciones.

Las sanciones sobre ambos países han reducido sus ventas de crudo en los últimos años, lo que ha llevado a NIOC a apoyar a Venezuela -a través de servicios de transporte e intercambios petroleros-, para la colocación de exportaciones en Asia.

En una reunión en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas el miércoles en Nueva York, los cancilleres de Venezuela e Irán se comprometieron públicamente a fortalecer el comercio bilateral, pese a los intentos de Estados Unidos por bloquearlo.

El endurecimiento de las sanciones por parte de Trump contribuyó en 2020 a una caída del 38% en las exportaciones de petróleo de Venezuela, la columna vertebral de su economía, a su nivel más bajo en 77 años, reduciendo también sus fuentes de combustible importado, lo que agravó la escasez de gasolina.

Un portavoz del Tesoro de Estados Unidos dijo que el departamento está “preocupado” por los reportes de pactos petroleros entre Venezuela e Irán, pero añadió que no había verificado los detalles. “Continuaremos haciendo cumplir nuestras sanciones relacionadas tanto con Irán como con Venezuela”, dijo el portavoz. Asimismo, agregó que Estados Unidos “ha demostrado su voluntad” de vetar a entidades que apoyen los intentos iraníes por evadirlas, así como a aquellos que “den lugar a su comportamiento desestabilizador en el mundo”.

El contrato de intercambio aseguraría a PDVSA una fuente de condensado, que necesita para diluir la producción de petróleo extrapesado de la Faja del Orinoco, su mayor región productora, dijeron las personas. Este crudo, muy denso y con alto contenido de azufre, requiere ser diluido para su transporte y exportación.

A cambio, se planea que Irán reciba cargamentos de petróleo pesado venezolano que puede comercializar en Asia, dijeron las personas, quienes declinaron ser identificadas al no estar autorizadas para hacer declaraciones.

INTERCAMBIOS DE PETRÓLEO

PDVSA ha impulsado los intercambios de petróleo para minimizar sus pagos en efectivo desde que el Tesoro de Estados Unidos le prohibió en 2019 realizar transacciones en dólares. Washington también ha sancionado a empresas extranjeras por transportar o recibir petróleo venezolano. Desde el año pasado, PDVSA ha importado dos cargamentos de condensado iraní en acuerdos específicos de intercambio para satisfacer necesidades de diluyentes, y también ha canjeado combustible de avión venezolano por gasolina iraní.

El nuevo contrato estabilizaría los inventarios de diluyentes y, por tanto, la exportación de mezclas de crudo de la Faja del Orinoco. Al mismo tiempo, permitiría liberar los crudos más livianos de PDVSA para refinarlos y producir combustibles para vehículos, dijeron tres de las personas.

El primer cargamento de 1,9 millones de barriles de crudo pesado Merey de Venezuela bajo el nuevo acuerdo de intercambio zarpó esta semana desde el terminal de Jose de PDVSA en el supertanquero Felicity, propiedad y operado por National Iranian Tanker Co (NITC), dijeron las tres personas y el servicio de monitoreo TankerTrackers.com.

NITC, una unidad de NIOC, no respondió a una solicitud de comentarios.

La embarcación no fue incluida en los cronogramas portuarios de PDVSA para septiembre, que enumera las importaciones y exportaciones planificadas. Sin embargo, TankerTrackers.com identificó el barco mientras estaba en Jose este mes.

El despacho constituye un pago parcial por un cargamento de unos 2 millones de barriles de condensado iraní que arribó a Venezuela el jueves, según las tres fuentes y uno de los cronogramas de PDVSA.

El año pasado, la administración de Trump incautó más de 1 millón de barriles de combustible iraní con destino a Venezuela y puso en la lista negra a cinco capitanes de tanqueros, como parte de una estrategia de “máxima presión”.

El Departamento de Estado de Estados Unidos declinó comentar. El portavoz del Tesoro estadounidense no respondió a una pregunta de Reuters sobre cuán preocupado estaría de que el nuevo acuerdo permita a PDVSA impulsar sus exportaciones.

Funcionarios estadounidenses han insistido en que no planean flexibilizar las sanciones a Venezuela a menos que el presidente Nicolás Maduro tome medidas definitivas hacia elecciones libres y justas.

Las restricciones de Trump a empresas establecidas que hacían negocios con PDVSA llevaron al gobierno socialista a recurrir a intercambios con Irán y otros países, mientras impulsaba pactos comerciales con clientes poco conocidos.

Los nuevos compradores y los canjes le han conferido cierta estabilidad a las exportaciones venezolanas, que promedian unos 650.000 barriles por día (bpd) este año, tras altibajos en 2020. Sin embargo, una escasez cada vez mayor de diluyentes ha limitado recientemente las exportaciones, colocando a la Faja del Orinoco en una situación de “emergencia”, según reportes operacionales de PDVSA de agosto y septiembre revisados por Reuters.

PDVSA planea mezclar el condensado iraní con petróleo extrapesado para producir crudo diluido (DCO, por su sigla en inglés), una variedad demandada por refinadores en Asia que la estatal no ha podido exportar en forma fluida desde que a fines de 2019 los proveedores detuvieron el suministro de diluyentes debido a las sanciones, dijeron las tres fuentes.

Por Marianna Parraga y Deisy Buitrago- Reuters