Los Tiburones de La Guaira hacen historia al ganar la Serie del Caribe después de 15 años de sequía

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Ante una multitud delirante, los Tiburones de La Guaira quebraron un letargo de 15 años sin que un equipo de una de las naciones más emblemáticas del béisbol ganara una Serie del Caribe.

Los escualos, que nunca habían ganado este torneo en su historia, vencieron el viernes por la noche 3-0 a República Dominicana delante de 36,677 aficionados, en su mayoría seguidores de la vinotinto, que constituyeron la asistencia más alta en Series del Caribe y sobrepasaron la mayor del pasado Clásico Mundial de Beisbol del 2023 celebrado en este mismo loanDepot park, cuando 36,098 personas pagaron para ver la final ganada por Japón a Estados Unidos.

Pero este juego tuvo ese elemento que solo la pelota de la región puede ofrecer, donde el conocimiento del juego y la pasión van mano con mano y cada strike, cada bola, cada out y cada jugada llevan de la tristeza a la locura con velocidad pasmosa.

La victoria marcó la primera vez desde el 2009 que Venezuela gana en 66 ediciones de un torneo que comenzó en 1949 -no se disputó entre 1961 y 1969, así como en 1981-, mientras que los otros títulos de los sudamericanos fueron en las ediciones del 2006, 1989, 1984, 1982, 1979 y 1970.

Guillén, que no siempre tuvo los mejores recuerdos de Miami desde aquella lejana y polémica salida de los Marlins, se convirtió en el primer piloto latinoamericano en ganar la Serie Mundial, el torneo invernal doméstico y una Serie del Caribe.

El mejor equipo sin duda en la fase de todos contra todos, Venezuela llegó a la final a base de un bateo oportuno, un bullpen solvente, la sapiencia y carisma de Guillén y el brazo de Ricardo Pinto, quien con apenas tres días de descanso trabajó 5.2 entradas en blanco con solo cuatro imparables permitidos.

Con toda razón, Pinto fue elegido el Jugador Más Valioso de esta Serie del Caribe con el voto de la prensa que cubrió este evento, pero Venezuela pareció contar cada día con un héroe distinto, desde un Yasiel Puig que conectó un jonrón en el partido inaugural del equipo a un Ángel Padrón que lanzó un choque sin hit ni carrera en semifinales.

Pinto ponchó a seis antes de irse con las bases llenas y dos outs en la sexta tras ceder un sencillo a Emilio Bonifacio, caminar a Robinson Canó y golpear a Dawel Lugo, pero Jorgan Cavaniero vino en su rescate y eliminó la amenaza al hacer que el cubano Yadiel Hernández pereciera en rolling al campocorto.

Los tres ases de Guillén en el cuerpo de relevistas: Silvino Bracho, Anthony Vizcaya y Arnaldo Hernández se encargaron de cerrar el gasto ofensivo del Licey, que buscaba convertirse en el primer equipo que repetía como bicampeones de este evento.

La fórmula que había adelantado Guillén el día anterior de batear temprano, tomar ventaja y dejar que el bullpen se encargara del resto función a la perfección, cuando los Tiburones marcaron sus tres carreras entre la cuarto y quinta entradas ante el abridor de los quisqueyanos César Valdés.

Alcides Escobar remolcó la primera con un elevado de sacrificio en el cuarto, mientras que Hernán Pérez trajo la segunda en el quinto con triple al jardín derecho y la tercera se colaba en la pizarra con una jugada de selección sobre batazo de Odúbel Herrera.

Cuando cayó el último out, los jugadores de Venezuela se amalgamaron en una masa humana donde las lágrimas se confundían con las expresiones de alegría, mientras los más de 36,000 aficionados convertían al loanDepot park en un verdadero manicomio.

Guillén, que solo deseaba un momentico de felicidad a su tierra, no pudo imaginar la avalancha que ha desatado el triunfo de los Tiburones de La Guaira, flamantes y merecidos campeones de la Serie del Caribe en Miami.