En Venezuela, los presidentes democráticos constitucionales que gobernaron desde 1958 hasta el final del siglo, como Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins y Jaime Lusinchi, se enfocaron en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos a través de la atención a la salud pública, la educación, la seguridad ciudadana y la generación de empleo.
Tanto Rafael Caldera como Carlos Andrés Pérez fueron reelegidos para un segundo mandato debido a su compromiso con los programas propuestos y al respaldo económico del sector petrolero. La industria petrolera, representada por la empresa nacional Pdvsa, fue un motor clave para el crecimiento y desarrollo del país.
Venezuela cuenta con una gran reserva de crudo en la faja bituminosa del Orinoco, que se estima en 330.000 millones de barriles. Para comercializar estos crudos, se implementó una estrategia de internacionalización, mediante la cual se establecieron acuerdos con refinerías en otros países, que además de beneficiar al consumidor final, garantizaban la operación de mercadeo.
En la década de los ochenta, se concretaron acuerdos accionarios con Veba Oel en Alemania, que posteriormente fueron intercambiados por material bélico con Rusia. También se establecieron negociaciones con Nynas en Suecia, pero las refinerías fueron vendidas y no se conoce el destino de los fondos de la transacción. En Estados Unidos, se realizaron intercambios accionarios por crudo pesado, lo que benefició a los empresarios y a la administración federal, pero lamentablemente, la mayoría de estas instalaciones fueron expropiadas por el gobierno de Chávez.
Actualmente, solo quedan tres refinerías propiedad de la empresa Citgo, que están en litigio legal debido a expropiaciones realizadas por el gobierno de Maduro. Sin embargo, existen instituciones como Pdvsa ad-hoc y PDV holding, creadas por la Asamblea Nacional legítima, que intentan proteger los activos de la empresa para el beneficio de los venezolanos.
En cuanto a Curazao, tradicionalmente ha procesado el bitumen venezolano, pero no se estableció una sociedad de títulos accionarios entre ambas partes.
Pdvsa, a finales del siglo pasado, tenía la mayor capacidad de refinación a nivel mundial, con 3,3 millones de barriles diarios, sumados a la producción interna y externa. Sin embargo, todas estas refinerías fueron vendidas, y algunos expertos opinan que se subvaloraron, considerando su valor de mercado y su importancia estratégica.
Durante la presidencia de Hugo Chávez y bajo la recomendación del entonces ministro de Energía y presidente de Pdvsa, Rafael Ramírez, se continuó con esta práctica de venta de refinerías, lo que ha generado pérdidas para el país y cuestionamientos sobre el destino de los fondos.
Un ejemplo de esto es la venta del 49,5% de Citgo a la petrolera rusa Rosneft, que fue objetada por las autoridades del tesoro de Estados Unidos. Actualmente, Citgo será entregada a los acreedores como parte de pago de una deuda de 20.000 millones de dólares.
Ante esta situación, surge la pregunta: ¿Dónde están los fondos provenientes de la venta de las refinerías?