¡MARAVILLOSO! Orar… Simplemente orar

0
288

Si queremos vencer limitaciones nacidas de dudas sobre los dogmas de fe, solamente tenemos que acudir a ese Jesús que todos llevamos en nuestros corazones, a ese Jesús sencillo que predicaba desde colinas al descubierto y a la orilla de los ríos entre pescadores. A ese Jesús que nos invito a comunicarnos con el “Padre” de manera humilde y sencilla dejando de lado la soberbia de las ideas doctas y los ceremoniales complicados.

El Impulso

Basta rezar, simplemente rezar poniendo todos nuestros sentidos en la comunicación que intentamos con el poder supremo que rige el cosmos, basta orar dejando de lado los inconvenientes de la rutina, los ruidos ambientales, y los desarreglos del mundo. Si rezamos colocando nuestro ser en el propósito de estar con Dios, el amor de Dios nos llevara a la paz, a esa paz verdadera donde no hay consuelo porque no hay dolor, donde no hay culpa porque no hay pecado donde no existen deudas porque no hay ambición.

El amor verdadero, la paz verdadera es la calma interna que nos permite movernos en el mundo sin sacrificar en el altar de las ambiciones nuestras esencias espirituales. Esa virtud la tienen los humildes, los santos. Recemos entonces para que Dios nos de humildad entre tanto grito de soberbia que nos rodea.

En estos momentos cuando que Venezuela esta abatida por la impiedad de crímenes brutales, donde las penurias económicas hacen estragos dentro de las clases medias y sectores populares y la ambición del Poder enceguece a los líderes del gobierno tenemos que hacer contacto con esa luz interna para desde allí tomar fuerzas y luego dar las batallas en contra de los demonios encarnados en dirigentes codiciosos que no piensan en el país sino en alcanzar metas personales.

Quédate Señor Conmigo, del Santo Padre Pio, con ella podemos resolver sin acudir a procesos complicados de introspección nuestra necesidad de paz, pero debemos repetirla en silencio de forma constante como lo enseña el Peregrino Ruso. Quédate Señor Conmigo para que con tu sangre sobre nosotros nos protejas de la maldad satánica que amenaza nuestra existencia. Quédate Señor Conmigo y que el Padre Pio con su inmanencia celestial pueda responder con su bondad infinita a los ruegos de millones de seres humanos que lo veneran como un canal que los conduzca a tu presencia, Quédate Señor Conmigo.

Señor Dios Mío, Santísima Virgen María, Venerado Padre Pio, haz que nuestros gobernantes entren y razón y que los líderes del gobierno se aparten del comunismo que amenaza con matarnos de hambre y los dirigentes de los partidos democráticos entiendan que ellos no son los dueños de la oposición y están en la obligación de escuchar a la Sociedad Civil. El Señor es mi Pastor nada me falta, Quédate Señor Conmigo.

Jorge Euclides Ramírez