Refidomsa es una pequeña refinería con capacidad para manejar 34.000 BPD, comisionada en 1973 y que básicamente operaba una unidad de destilación atmosférica, reformación de naftas y alguno que otro proceso de tratamiento básico. Fue creada mediante una sociedad de distribución igualitaria 50/50 (joint venture) entre el gobierno dominicano y Shell. Se encuentra localizada en Haina, un puerto occidental de la república dominicana. Fue diseñada como una refinería rudimentaria y poco eficiente, que apuntaba a satisfacer un incipiente mercado caribeño con combustibles de poca calidad. De allí que Shell no estuvo nunca ganado a realmente operarla.
Para la fecha en que fue comisionada, la exposición de capital de cada parte rondaba alrededor de US$15 millones C/U, lo cual a dólar actual equivale a alrededor de US$70 millones corrientes (RT:2021), aunque algunos especulan que en realidad el nivel de inversión fue muy inferior. Pero tomemos la cifra oficial.
A pesar que el presidente de Refidomsa era nombrado por el gobierno de Republica Dominicana, el operador era por supuesto Shell, quien se eventualmente sacaría provecho, valiéndose de la ignorancia reinante en dicha isla en materia petrolera.
La alimentación de procesos en dicha refinería era crudo dulce liviano [BP awarded tender to sell U.S. crude to Dominican Republic: traders | Reuters], del mismo tipo de crudo que producía Shell para el momento, desde los campos ubicados particularmente en el Lago de Maracaibo. Dado que dicha isla no producía, ni produce petróleo, todo el insumo a procesos era importado; particularmente desde Venezuela, a través de una red de empresas que terminaban en una especie de ciclo de cobrar y darse el vuelto, dado que Shell se compraba y se vendía a ella misma, a través de una intrincada red de empresas offshore.
Shell en el inicio se comprometió contractualmente a refinar crudos en Refidomsa, pero a lo que realmente se dedicó fue a importar derivados, particularmente Venezolanos al menos hasta antes del golpe petrolero, constituyéndose en un simple intermediario, comprándose básicamente a ella misma aunque especulando márgenes.
Para 2007, una institución gubernamental dominicana realiza una auditoria especial a las importaciones de petróleo efectuadas por Refidomsa entre 2004-2007, detectando graves irregularidades que comprometían penalmente a la administración de la refinería, la cual como dijimos era llevada por Shell. Entre las tantas irregularidades aparecía la compra «spot» de volúmenes elevados de crudo a «Shell Western Supply & Trading», una empresa subsidiaria/relacionada con la administración de dicha refinería [INFORME CÁMARA DE CUENTAS – Auditoría revela que Shell violó leyes en la Refidomsa | Listín Diario (listindiario.com)].
Es por ello que Shell decide abruptamente vender sus intereses al estado dominicano durante en 2007, pasando este a ser el accionista único de la misma para dicho momento. Pero Shell, al igual que sucede con ExxonMobil en Guyana, engatusó al gobierno dominicano con dicha venta, ya que sin haber invertido un solo centavo logra pactar un precio de venta de US$183 millones de entonces. Shell debía al estado dominicano unos US$73 millones entre impuestos y beneficios retenidos, quedando un remanente de US$110 millones.
En Diciembre’2008 el estado dominicano adquiere formalmente la totalidad de los intereses de Shell en Refidomsa, pagando $US110 millones por la otra mitad de una refinería cuyo valor real no superaba los US$57 millones. Las protestas y críticas locales no se hicieron esperar; los dominicanos se sentían estafados y buscaron un tonto útil; PDVSA-Venezuela.
En 2005 H. Chávez en su afán expansionista lanza la alianza Petrocaribe, una burda gesta proselitista-clientelista basada en el petróleo y su dependencia, que terminó siendo un desperdicio de nuestros dineros y un interminable antro de corrupción y perdidas para nuestra patria. Mediante esta mala alianza, Republica Dominicana tuvo acceso a la compra de hasta 185.000 BPD de crudo Venezolano, que se suponía serian pagados con «facilidades o en especies», pero que nunca en realidad pagaron completamente.
En Noviembre’2009 a escasos 11 meses después de haber cerrado cuentas con Shell por el 50% de sus acciones por US$110 millones, el gobierno dominicano vende el 49% (no el 50%) de las acciones de Refidomsa a Petróleos de Venezuela por US$133,5 millones. Este dinero fue entregado como abono por una deuda que sostenía Republica Dominicana con Venezuela, por el orden de US$1.100 (un mil cien) millones por la venta (con facilidades) de crudo entregado bajo el convenio de Petrocaribe.
No contento con ello, Venezuela se comprometió a entregar unos 30.000 BPD de sus crudos a república dominicana como parte y bajo las condiciones de dicha alianza. Venezuela estaba siendo estafada en nombre de una supuesta hermandad que nunca existió ni ha existido, valiéndose tanto del ego e ínfulas de libertador fallido del expresidente H. Chávez, como de la ignorancia del entonces ministro-presidente de PDVSA, Rafael Ramírez.
Para 2015 y con el apalancamiento de PDVSA se ejecuta la primera renovación de los principales equipos y procesos de Refidomsa en 40 años, con una inversión de capital asociada de $28 millones, elevando el valor de nuestra participación.
Hacia finales de 2015 y ya en medio de las primeras sanciones, comienza la presión desde la isla alegando incumplimiento de los envíos de crudo desde Venezuela, a pesar que Venezuela nunca protestó por el incumplimiento de su multimillonaria deuda desde Petrocaribe.
Así las cosas y en Agosto’2021 PDVSA-Venezuela decide erróneamente ceder el control del restante 49% a la isla. A través de dicha transacción, Santo Domingo recupera el control accionario depositando tan solo US$88.1 millones a cambio de bonos emitidos por el Banco Central de Venezuela. Por supuesto que los dominicanos celebraron la entrega de PDVSA, debido a que el valor de compra fue inferior a los US$133.5 millones recibidos durante el auge de Petrocaribe, mientras Venezuela aún se hunde en inflación y miseria. Esos US$133.5 millones de 2009 presuponen un valor actual de $165 millones, además del valor de nuestra inversión por renovación de 2015 y sin añadir el valor de oportunidad; llevando la valorización real de dicha refinería hacía los US$195 millones. PDVSA había rematado un activo de $195 millones (su 49%), por menos del 46% de su valor.
Que justifica que se haya rematado nuestra participación en Refidomsa?
Donde están las instituciones Venezolanas que no cuestionan, ni profundizan sobre dicha materia?
Quien o quienes son los responsables de dicho daño patrimonial?
Por: Einstein Millán Arcia
Fuente: Aporrea