Wilfredo y Nataly, acompañados por sus dos hijos, cruzan el río Bravo desde México hacia Estados Unidos, evitando las boyas colocadas por Texas para bloquear su paso. Esta familia venezolano-ecuatoriana busca una vida mejor en suelo estadounidense tras una travesía que los llevó desde Ecuador a través de la selva del Darién en busca de oportunidades.
Con información de AFP
El río Bravo, que marca la frontera natural entre Texas y México, ha sido el escenario de un creciente número de cruces de migrantes en busca de asilo. En este caso, el río y las barreras metálicas no impiden que Wilfredo y su familia lleguen a suelo estadounidense, donde esperan tener la oportunidad de solicitar asilo y construir un futuro para ellos y sus hijos.
Sin embargo, la militarización de la frontera y la colocación de boyas en el río Bravo han generado preocupación y debate en la comunidad local. Las autoridades texanas han defendido estas medidas como necesarias para proteger la frontera, mientras que el Departamento de Justicia de Estados Unidos las considera un problema humanitario y diplomático.
A pesar de la controversia, los migrantes siguen enfrentando obstáculos para buscar una vida mejor en Estados Unidos, mientras la comunidad fronteriza lucha por mantener su identidad y valores humanitarios en medio de la crisis migratoria.