Nace una pequeña Caracas en los suburbios de Queens, Nueva York

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Los venezolanos se estan convirtiendo en uno de los grupos de inmigrantes de mas rapido crecimiento en Nueva York.

Con Informacion de NYT

A pesar de que Nueva York tiene una gran diversidad de barrios de inmigrantes, nunca antes había surgido un barrio venezolano.

Bajo una vía elevada del metro en el barrio Queens de la ciudad, Victor José Hernández estaba preparando los pepitos que había perfeccionado en Caracas, Venezuela.

Acomodó pollo y carne de res recién asados junto con otros ingredientes sobre un pan francés cortado a la mitad y roció la pila con salsa de ajo casera y queso cheddar rallado. Luego lo derritió con un soplete.

El puesto de pepitos apareció el invierno pasado en Roosevelt Avenue, un bullicioso corredor que se extiende junto a las comunidades de habla hispana en Jackson Heights, Elmhurst y Corona. A solo unos pasos, un restaurante ecuatoriano ofrece karaoke con canciones de amor venezolanas. Y la fila para comprar arepas se extiende hasta la banqueta de un café venezolano.

¿Podría estar emergiendo una Pequeña Venezuela?

Aunque la ciudad de Nueva York tiene una rica historia de barrios de inmigrantes, nunca antes había surgido uno específicamente venezolano. Muchos de los primeros venezolanos que llegaron tenían recursos y no necesitaron agruparse.

Pero eso ha cambiado a medida que los venezolanos se convierten en uno de los grupos de inmigrantes de más rápido crecimiento en NY.

“Siempre comienza con un restaurante o un carrito de comida”, dijo Murad Awawdeh, de la Coalición de Inmigración de Nueva York, un grupo de defensa. Eso lleva a otros negocios e instituciones culturales.

En el 2021, antes de la reciente oleada, solo 15,182 neoyorquinos de los 8.7 millones de residentes de la ciudad eran de ascendencia venezolana, según un análisis del censo realizado por Social Explorer, una empresa de investigación de datos. Los hogares venezolanos reportaron un ingreso promedio de $74,936 al año, en comparación con $48,866 anuales para los hogares hispanos en general.

Pero desde la primavera del 2022, más de 136,000 inmigrantes, muchos de ellos venezolanos, han llegado a Nueva York, muchos con una necesidad desesperada de ayuda.

Miguel Linares, de 23 años, rentó un cuarto el año pasado después de mudarse con su familia de Florida y, antes, de Perú y Venezuela. Su madre, Georgina Bencomo, lo ayudó a organizar una pulga, vaciando bolsas de ropa sobre mantas tendidas en la acera.

Sandra Sayago, de 36 años, era doctora en Venezuela antes de emigrar en el 2016 con su hija. Halló trabajo en un restaurante mexicano y luego se casó con el dueño, Alfredo Herrero. Nostálgica, comenzó a preparar la comida que había aprendido a cocinar de su abuela. La pareja abrió El Budare Café en el 2021. Dieron la bienvenida a inmigrantes venezolanos con comidas gratis y, recientemente, han visto que a muchos les ha ido mejor.

En el Palacio De Los Pepitos, el jefe de Hernández, Marvin Ramírez, de 34 años, hijo de una madre inmigrante colombiana que creció en Manhattan, dijo que decidió abrir su propio puesto de pepitos después de escuchar de amigos venezolanos que no podían encontrar auténtica comida callejera venezolana en Nueva York.

Dijo que se propuso hacer buena comida y terminó reuniendo a los venezolanos en un vecindario que quizás algún día podrían llamar Pequeña Caracas.

“Creo que es hora”, dijo. “Todo el mundo debería tener ese lugar donde pueda sentir que no está a tantos kilómetros de casa”.

Por: WINNIE HU y RAÚL VILCHIS

The New York Times