La industria de la moda y el ocio en Venezuela se ha subido al tren de una recuperación económica que arrancó en la segunda mitad de 2021 y que promete continuar la escalada para intentar volver a ser el país de antaño, cuando destacaba en la listas de los más prósperos de la región.
Sabela Bello / ND
Estos sectores, que se encuentran entre los que más acusaron la crisis generada por la pandemia de la covid-19, aprovechan ahora el impulso económico que vive el país para recuperar parte de las pérdidas acumuladas por la cancelación de conciertos, eventos teatrales, festivales y desfiles.
Con estas cancelaciones, se vieron afectados miles de puestos de trabajo, tanto directos como indirectos, ya que, como contó a Efe el productor de eventos Félix Colmenares, simplemente en el montaje de un escenario de tamaño medio para una actuación musical, participan entre cinco y seis empresas, con unos diez empleados cada una.
La reactivación de la economía, que se hizo más evidente en el tercer trimestre de 2021, comenzó a percibirse en el sector del ocio y eventos ya avanzada la primera parte de 2022, con la programación de decenas de conciertos de bandas nacionales e internacionales.
La música toma la delantera
Si bien la pandemia supuso la estocada definitiva para el sector del ocio, la industria musical y artística ya llevaba más de un lustro en decadencia, provocada por la crisis económica a consecuencia de la hiperinflación que dificultó la contratación de artistas, en especial, internacionales.
Pero la dolarización, que se ha asentado en los dos últimos años, y la estabilidad que logró la moneda nacional —el bolívar— desde octubre pasado han hecho que productores y artistas recuperaran la confianza, tras una etapa crítica en la que tenían garantizadas las pérdidas al programar los eventos con meses de antelación.
Ese tiempo jugaba en contra, ya que la devaluación del bolívar hacía que el presupuesto fijado inicialmente y el acuerdo alcanzado entre artistas y productores no fuera rentable a la hora de pagar meses después, puesto que la moneda sufría, en el mejor de los casos, pérdidas de valor en porcentajes de hasta cuatro dígitos.
Este obstáculo quedó eliminado al fijar los precios en dólares, al margen de la moneda en que se efectúe el pago, ya que este se ajustará a la cantidad acordada en divisas, que se cancelará según la tasa oficial de la fecha de facturación, y no del día en que se firmó el contrato.
Esta posibilidad, que el Gobierno autorizó ante la dolarización imparable, hizo que los empresarios en general y los dedicados al mundo del ocio en particular recuperaran la confianza perdida y se aventuraran a programar eventos nuevamente, lo que lleva aparejada la creación de empleos.
«Esta reactivación ha caído muy bien en la comunidad y ha sido bien importante para la generación de empleos que estaban detenidos. Este mundo se ve superfluo, pero es una actividad económica que genera, en un escenario de tamaño medio, unos 50 o 60 empleos, solamente en la parte de la elaboración y la estructura de montaje», explicó Colmenares.
Además, detalló, «cada agrupación musical por sí misma emplea unas 20 personas aproximadamente, entre músicos, instrumentistas, ingenieros», que a su vez dan lugar a la generación de trabajo indirecto a otros sectores, como «mesoneros (camareros), seguridad, protocolo, transporte y hospedaje», que llegan a una media de 200 personas por evento.
Y aunque Colmenares reconoció que el arranque ha sido «un poco flojo», aseguró que «ha ido subiendo» y se mostró optimista ante el panorama que se presenta hasta finales de año.
La moda sigue la estela
La Hesperia Valencia Fashion Week (HVFW), que se celebró recientemente en el estado Carabobo aprovechando la reactivación económica, fue el primer evento de este tipo que acoge Venezuela y promete ser el primer impulso de una industria que permanecía en la retaguardia.
La organizadora de esta semana de la moda, Romina Palmisano, valoró como «positivo» el movimiento generado, tras unos 10 años sin actividades similares.
«Es súper positivo para la reactivación dentro de este movimiento de moda que en Venezuela llevaba tiempo descuidado, alrededor de 10 años sin tener una semana de moda tan completa», reiteró.
En el marco de la HVFW, se celebraron —además de los desfiles— conferencias y conversatorios, cuya organización contó con alrededor de un centenar de participantes, que se unieron a los diseñadores y modelos, generando más de 250 empleos directos.
Por su parte, el diseñador Giovanni Scutaro, quien también celebró el éxito del evento, explicó que un solo creativo llega a generar trabajo para más de 100 personas.
«En el atelier, como tal, somos 25 operarios. En mis producciones, lo menos que trabajan conmigo son 120 personas. Entre peluqueros, maquilladores, todo el equipo que colabora dentro de la organización como tal», aseguró.
Los profesionales de la moda y el espectáculo apuestan por aprovechar el momento de crecimiento que vive Venezuela que fue, según el Gobierno, del 7,6 % en el tercer trimestre de 2021 —última cifra global brindada por las autoridades—, pese a las sanciones de EE.UU. y otros países, provocando el bloqueo económico. EFE