El Observatorio Venezolano de Prisiones ha revelado que los líderes de las siete cárceles intervenidas por las fuerzas de seguridad del Estado han llegado a un acuerdo con el ministro de Relaciones Interiores, Justicia y Paz y vicepresidente de Gobierno para la Seguridad Ciudadana, Remigio Ceballos, para ser trasladados a un centro de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en Caracas.
Según un comunicado publicado en su sitio web, esta organización no gubernamental afirma que los prisioneros están siendo detenidos en el Centro de Control y Resguardo del Detenido de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en La Yaguara, Distrito Capital.
El Observatorio Venezolano de Prisiones ha denunciado que estas instalaciones policiales no cuentan con las medidas de seguridad necesarias para albergar a un grupo de reclusos que durante años han aterrorizado a la población penal y civil, incluso extendiendo su influencia a otros estados de Venezuela y países de América Latina.
Según esta organización, estos centros de detención deben tener infraestructuras diseñadas para prevenir fugas y enfrentamientos violentos. Esto implica sistemas de seguridad electrónicos avanzados, paredes fortificadas y una disposición espacial que dificulte la movilidad no autorizada.
Además, el personal penitenciario debe recibir una formación exhaustiva en tácticas de seguridad y en el manejo de situaciones de emergencia. También es crucial que el personal esté bien supervisado y reciba apoyo psicológico para hacer frente al estrés asociado con la gestión de reclusos altamente peligrosos.
Según fuentes no oficiales a las que ha tenido acceso el observatorio, entre los presos supuestamente recluidos en La Yaguara se encuentran algunos de los pranes más notorios del país, como el líder de Tocorón, el de La Pica en Maturín, el de Puente Ayala en Anzoátegui, los de Vista Hermosa en el estado Bolívar, el del Internado Judicial de Trujillo y su mano derecha, y el pran de La Cuarta en Yaracuy.
Además, se desconoce el paradero de Héctor Rusthenford Guerrero Flores, conocido como el «Niño Guerrero», y sus secuaces, quienes también lideraban el Tren de Aragua, una de las bandas delictivas más grandes y peligrosas de los últimos años. También se desconoce el paradero de Néstor Richardi Sequera Campos, alias «Richardi» o «El Papa», pran de la cárcel de Tocuyito en el estado Carabobo.
El Observatorio Venezolano de Prisiones también ha expresado su preocupación por el criterio utilizado para seleccionar a qué cárceles se ha trasladado al resto de los presos. Durante los últimos dos meses, miles de familiares han llorado la pérdida de sus seres queridos tras las rejas. No tuvieron más opción que aceptar que fueran trasladados a otros estados, donde ni siquiera pueden visitarlos debido a la falta de recursos económicos para sufragar los traslados y otros gastos derivados del caos penitenciario.
La organización ha recordado que los policías venezolanos están capacitados para mantener la seguridad ciudadana y no para atender a personas privadas de libertad. Sin embargo, en todo el país hay calabozos abarrotados de presos porque las cárceles han sido desocupadas.
«Ministro Ceballos y ministra Bautista, ¿creen ustedes que los calabozos policiales de la PNB en La Yaguara cumplen con estos requisitos para albergar a los pranes?», cuestionó el Observatorio Venezolano de Prisiones.