La Asamblea Nacional de Guyana ha aprobado una moción que confirma la soberanía del país sobre la región del oeste del río Esequibo, un territorio de aproximadamente 160.000 kilómetros cuadrados que está en disputa con Venezuela. Esta decisión se produce en un momento en el que Venezuela se prepara para celebrar un referéndum el 3 de diciembre con el objetivo de anexar esta zona.
La resolución, respaldada por unanimidad en una sesión extraordinaria, condena los planes del gobierno de Nicolás Maduro, calificándolos como «provocativos, ilegales y sin efecto». Además, reitera que Georgetown ejerce y seguirá ejerciendo el control sobre la Guyana Esequiba, una región rica en petróleo y otros minerales.
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Guyana, Hugh Todd, presentó la propuesta y afirmó que el país no tiene miedo y confía en que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) llegue a una conclusión lógica en esta disputa histórica.
Entre los puntos destacados de la moción, se encuentra el respaldo al gobierno de Irfaan Ali en la búsqueda de una solución pacífica y legal a la disputa, así como el rechazo a cualquier forma de diálogo con Venezuela fuera del proceso en la CIJ, posición que también ha sido rechazada por Caracas.
Además, la Asamblea Nacional de Guyana apoya la solicitud de medidas provisionales ante la CIJ para impedir que Venezuela se apodere o invada el territorio disputado, mientras se espera la decisión final del tribunal.
Por otro lado, se hace un llamamiento a todos los actores del país para que se comprometan aún más en la defensa del territorio que consideran propio.
Durante la sesión, Todd expresó su deseo de que la CIJ «ponga fin a la tiranía» de Venezuela sobre esta área.
Paralelamente, el gobierno de Nicolás Maduro ha iniciado una campaña para el referéndum no vinculante del 3 de diciembre sobre esta controversia. En esta consulta, los venezolanos serán consultados sobre si están de acuerdo o no con la anexión del Esequibo a su país, entre otras preguntas.
Por el momento, ninguna de las partes en disputa ha planteado la posibilidad de que los propios habitantes del Esequibo, que rondan los 125.000, decidan sobre su pertenencia a uno u otro país, o elijan mantenerse como territorio independiente y soberano.